El tiempo nos modifica la figura, los años son inevitablemente rigurosos con nuestra apariencia, las coyunturas van variando según el destino que nos toca en suerte, pero lo que realmente importa es la esencia interior, aceptarse a uno mismo desde el alma y no tanto desde la imagen. Igualmente, me llevo bien conmigo mismo en ambos aspectos, aunque siempre priorizo lo primero ante lo segundo. Siempre.
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