.jpg)
Entre estas dos fotos hay 40 años de distancia que grafican mis inicios adolescentes en la música hasta la actualidad. Desde siempre, Argentina ha vivido vaivenes políticos, sociales y económicos muy variados y dispares; hemos tenido épocas de contención, bienestar y prosperidad, pero, también, hemos sufrido zozobra, tragedia y desasosiego. La actualidad nos encuentra en un momento extremadamente comprometido y delicado, donde cualquier proyecto personal se siente afectado en mayor o menor medida. No es fácil abstraerse de todo lo que nos pasa como país y seguir adelante como si nada ocurriera; sin embargo, no podemos paralizar la existencia por la enorme cantidad de arbitrariedades, atropellos e injusticias existentes. Es difícil comprender que en la supuesta era de la comunicación, estemos cada vez más distantes, enfrentados y apartados, donde ese presunto intercambio de conexión, produzca cada vez más rivalidad, más hostilidad y más desprecio por el prójimo. No lo entiendo; me cuesta mucho adaptarme y aceptarlo como algo natural, que uno tiene que asimilar por el solo hecho de vivir ‘esta época’. Nos venden que “las cosas” son así y que “la gente” es así… No sé… Cada vez me siento más alejado de las imposiciones que nos quieren instalar; cada vez me alejo más de lo ‘estipulado’ por quienes con dinero y poder determinan qué es lo que hay que hacer y qué no se debe efectuar. Han logrado el desencanto, la frustración y el desengaño como sistema de vida y eso es realmente una mierda. Muchos se dejan llevar por la corriente y eligen acomodarse, como pueden, en algún rincón medianamente aceptable, si es que lo encuentran, por más que eso les signifique amargura y quebranto; Es triste, doloroso y desesperanzador. Personalmente, me cuesta mucho acceder al sometimiento y asumo las consecuencias con pesares, angustias y penas de por medio. Tengo falencias como todos, pero, también, tengo entereza para afrontar los inconvenientes que se presentan cada vez más complejos y agobiantes. En los momentos críticos es donde los dedos de una sola mano, alcanzan para saber, verdaderamente, quién es quién en nuestra vida y cuando el vendaval pase, hay que tenerlo muy presente para valorar y retribuir a esas personas, el cariño y el acompañamiento. Con orden, esfuerzo, inteligencia, confianza, habilidad, algo de suerte y mucho de trabajo, deseo que podamos revertir la tragicómica realidad desastrosa que nos envuelve y avasalla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario