MOTIVO

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miércoles, 29 de julio de 2020

IDIOSINCRASIA ARGENTA

Repasando la historia, los pensamientos y las acciones del Dr. René Favaloro, a 20 años de su suicidio, me doy cuenta que nuestra idiosincrasia argentina, además de particular, pintoresca y controversial, entre muchas otras características, es muy injusta e improcedente. Estoy generalizando, como una manera de abarcarnos a todos como grupo humano, pero, me corrijo… hablo por mí; como ciudadano argentino, que ama nuestra tierra y nuestra gente, hago mea culpa, aunque no tenga responsabilidad en la trágica decisión que tomó este gran hombre de la ciencia médica, de quitarse la vida, porque ninguno de nosotros, que habitamos nuestro bendito y hermoso país, hizo nada por ayudarlo, apoyarlo o siquiera acompañarlo en su reclamo desesperado. Solo pedía que lo escucharan, que le prestaran atención y le brindaran alguna alternativa factible para poder mantener su Fundación, su Instituto y su estructura médica que salvó millones de vidas (y lo sigue haciendo). Nadie salió a la calle, nadie cortó una Avenida, nadie protestó para que Favaloro pudiera solucionar ese problema económico y financiero que lo agobiaba, consecuencia de un sistema corrupto, hipócrita y desigual. Hoy, a tantos años de su partida física, su imagen tiene la dimensión de lo que significó en nuestra historia: un verdadero héroe, solidario, honesto y humanitario, creador del by-pass coronario con empleo de vena safena, que fue ignorado en esa circunstancia límite por políticos y compatriotas. Nuestra idiosincrasia argenta, después del tiempo transcurrido, parece no haber aprendido nada… el egocentrismo, la ingratitud y la codicia de una nutrida fracción de nuestra población, sigue imperante, muy a pesar de otra gran parte de los habitantes, que sí ponderan la ayuda, el compañerismo y la fraternidad por el prójimo. Cualquier cosa que se diga, tributo que se realice o recuerdo que invoque a René Favaloro, no volverá atrás la historia, pero sí espero, deseo, añoro que sirva para que las nuevas generaciones reviertan algunas particularidades perniciosas de nuestro ADN, que aún quedan por corregir y subsanar.  

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