Cuando el corazón se daña por no poder reparar pérdidas que son irreemplazables, la fuerza natural que el instinto de supervivencia elabora, hace que uno intente rearmarse desde donde puede y desde donde le nace. Buscar refugio donde uno mejor se siente es lo más saludable para el alma y para la mente. Mi guarida es la música y por eso, concentraré mi energía en ella. Mi amigo Matías Mc Cluskey, además de ser un hermano que la vida me concedió, es mi motor propulsor, y por más que ya se lo dije personalmente, quiero hacerle público mi agradecimiento por transmitirme su energía y cariño genuino para impulsarme, nuevamente, a abordar un nuevo disco desde la transformación y el compromiso artístico que compartimos desde hace tantos años. Junto a otro querido amigo, talentoso, sensible y creativo como pocos, Pablo Marino, iniciamos un nuevo desafío musical que servirá como resplandor a mi vida personal y profesional. Gracias, Mati, gracias, Pablito, por la confianza, el apoyo y la amistad. Desde mi corazón.
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