RACIOCINIO, SENTIDO COMÚN Y MEMORIA

Entiendo que cada uno es dueño de creerse lo que quiera, de sí mismo y del mundo que lo rodea. También comprendo que mucha gente trata de mostrarse hacia los demás, de una manera determinada y en el fondo, muchas veces, es de otra; pero el que mantiene su esencia, el que refleja su alma sin inhibiciones, el que demuestra franqueza y nobleza en su accionar cotidiano, es el que mejor va por la vida. Siempre digo que mirar a cualquiera a los ojos sin tener que bajar la mirada, es de las cosas más preciadas que podemos tener, más allá de posicionamientos sociales, poderes económicos y relaciones de clase. El mundo siempre fue complejo y las desigualdades, cada vez están más marcadas; la especie humana no ha tenido la capacidad de aprender de los errores históricos que ha cometido a lo largo del tiempo y en vez de evolucionar, en muchos aspectos, retrocede e involuciona. Un enorme segmento de la sociedad está cada vez más dividido, más mezquino, más materialista, más egocentrista, más codicioso y mucho más agresivo sin darse cuenta que ese no es el camino para mejorar, o, por lo menos, intentarlo. Me resisto a creer que todo está perdido, sin dejar de ver que existe una realidad desalmada, encarnizada y violenta. Estoy convencido que está en nosotros, los ciudadanos comunes, poder revertir esta cruel situación que nos acecha universalmente, pero para eso tenemos que comprometernos de verdad, desde el lugar que nos toca, sino va a ser muy difícil restablecer lo que la inmensa mayoría desea: vivir tranquilos, sin distinciones, con fraternidad, respeto, libertad, más educación, con justicia en serio, ayuda hacia el que lo necesita, armonía y solidaridad de verdad. Pareciera una utopía, pero no lo es… La voluntad de llevarlo a cabo es la que lo puede lograr y somos nosotros los artífices de concretarlo, en tanto y en cuanto votemos con la cabeza, razonando, utilizando el sentido común y la MEMORIA.