No es cuestión de centralizar el tema en cálculos numerológicos absurdos, si 30.000, 6.000 o un desaparecido; es tomar conciencia, darnos cuenta que por más debates, polémicas y controversias de izquierda y de derecha, de centro o de adentro que existan, lo único que importa en realidad, es valorarnos, respetarnos, reitero, y saber que más allá de nuestras ideas, sean del sector que fueran, lo fundamental y absoluto es generar un mundo mejor.
Sin querer confrontar con nadie, ni posicionarme en un lugar extremo (siempre los extremos me parecieron errados e incómodos), escribo estas líneas en pos de expresar mi sentimiento en estado puro, sin molestar, sin herir, sin agredir, sin embestir, sin injuriar, sin ofender, sin ultrajar, sin perjudicar absolutamente a nadie; todo lo contrario, creo que lo mejor que podemos hacer como sociedad, es intentar mejorar, acercarnos, gratificarnos espiritualmente, desagraviar, reparar, sumar para bien propio y ajeno, considerarnos unos a los otros y darnos cuenta, de una vez por todas, que la única verdad de esta corta vida que nos toca en suerte, es tratar de vivir un poco mejor a lo que estamos acostumbrados. Cada uno en su condición, en su núcleo, en su forma, en su contexto, para lograr nuestras metas sin molestar al prójimo, sin ofensas ni malestares. Quizás suene un poco lírico y algunos me traten de ingenuo, pero estoy convencido de que nada es más importante para llevar adelante cualquier idea, cualquier objetivo, que la libertad. Esa misma libertad que ha sido capturada en muchos casos, en beneficio de unos pocos para manejar el destino de otros muchos. Esa misma libertad a la que aún hoy, algunos obsesionados con el poder, intentan manipular burdamente. Esa misma libertad que no es propiedad ni de milicos, ni zurdos, ni fundamentalistas, ni guerrilleros, ni líderes políticos, ni guías religiosos… Esa misma libertad es justamente libre para cualquiera de nosotros, los humanos, que equivocados o no en nuestras ideas, tenemos el derecho de emplear la libertad para expresarnos, como símbolo justo, ecuánime, imparcial e íntegro. Esa expresión abierta, libre, a la que me refiero, es la que provoca el intercambio, el reajuste, la modificación, la superación…
Nada es fácil, muchas veces, las energías se dejan influenciar equivocadamente y provocan confrontaciones populares que nos llevan tristemente a lugares poco deseados, pero como soy optimista por naturaleza y creo que somos más los buenos que los malos, a pesar de que parezca lo contrario, quiero dejar asentado en este humilde comentario, que es momento, es hora histórica para empezar a modificar para bien, el mundo que tenemos. La naturaleza es sabia, bella, incomparable y también es libre; es un mensaje que tenemos y debemos capitalizar en beneficio propio y de los demás, porque al embanderarnos libres, seguramente, vamos a vivir mejor.
Por todo esto y por una infinidad de cosas más… NUNCA MÁS.