MOTIVO

Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)

domingo, 12 de febrero de 2012

SIEMPRE TE AMAREMOS WHITNEY


No es éste espacio un lugar necrológico, ni nada que se le parezca, pero en los últimos tiempos las muertes de artistas sobresalientes que admiro, hacen que quiera volcar aquí, algo de lo que han significado para mí y dejar registro en este pequeño rincón cibernético, de la dimensión artística y el talento de estas figuras.

Hace cuatro días atrás, pasaba a la eternidad, nuestro querido “Flaco” Spinetta, grande entre los grandes de nuestra cultura argentina, a quien dediqué, humildemente, un recuerdo afectuoso de mi admiración a su obra y su persona y ayer, después de conocerse la noticia del fallecimiento de Whitney Houston, me produjo también tristeza, saber que otra gran artista, en este caso estadounidense, dejaba de existir físicamente a una edad tan temprana.

La vida nos brinda muchas opciones de cómo transitarla, y cada uno de nosotros lo hacemos como nos sale, como queremos y/o como podemos; Whitney conoció lo mejor y lo peor, en todo sentido, en lo artístico, en lo social, en lo comercial y en lo humano. Es muy lamentable perder personas con tanto talento, que se destacan del común denominador y llegan a la gente desde un lugar absolutamente único y diferente. Y mucho más, cuando las partidas se concretan siendo tan jóvenes. Es inevitable hacer referencia a Michael Jackson, que también murió joven y en circunstancias más o menos similares o por lo menos, relacionadas a problemas de adicciones, al igual que Elvis Presley o tantos otros que tienen como denominador común, quizás, el estigma de no poder manejar o no saber cómo afrontar lo que les tocó en suerte: ser nada más y nada menos que “elegidos”, “fueras de serie”, “originalmente extraordinarios” para el resto del mundo.

Whitney Houston es en mi parecer, una de las cantantes más increíbles que haya escuchado, junto con Barbra Streisand, Aretha Franklin, Mariah Carey, Celine Dione y muchas otras, pero ella, además de su inigualable voz, tenía el plus de su “ángel”, de su belleza, de su carisma y su personalidad. Una artista única, magnífica, que tan solo vivió cuarenta y ocho años y que seguramente, se transformará de aquí en más en historia sobresaliente de la música mundial.

Su voz es mágica, era mágica, tenía casi todos los matices que se pueden pedir en una cantante: dulzura, intensidad, calidez, potencia, emotividad, sostenimiento, afinación, color, aire, expresión, interpretación, en fin… rozando la perfección vocal, sumado a la bella presencia física que había heredado, su simpatía, espontaneidad y solvencia profesional. Whitney era puro talento, por eso duele profundamente que se haya ido tan joven, porque indudablemente, nos privó de seguir disfrutándola en toda su plenitud.

Las cifras de venta, los premios y las estadísticas, dan como antecedentes suyos, la dimensión de lo que significó Whitney Houston: 415 premios, entre los cuales se cuentan 2 galardones Emmy, 6 distinciones Grammy, 30 lauros Billboard Music Awards, 22 American Music Awards y más de 170 millones de discos vendidos. Es la cantante femenina que logró el récord de venta de su álbum debut con 30 millones de copias en la historia de la música y se transformó en la primera mujer que más semanas estuvo en la primera posición de las listas de éxitos, durante más de un año. Su canción “I will always love you” se convirtió en el disco simple más vendido de la historia por una artista femenina. En el año 2001, firmó el contrato más alto de la historia con la compañía discográfica Arista por 140 millones de dólares. Incursionó en el cine y su primera película “El Guardaespaldas” junto a Kevin Costner, se transformó en la banda de sonido más vendida de todos los tiempos, alcanzando el puesto número 3 de los 100 álbumes más vendidos en la historia. Números impresionantes que más allá de la frialdad que conllevan estos registros, hablan de la inigualable significación artística que tenía Whitney Houston. Y también demuestran que por más millones, trascendencia, logros, fama y éxito profesional que se tengan, si no nos rodea una familia que nos contenga, la calidez necesaria, el afecto sincero, el amor desinteresado de amigos y parientes cercanos, nada sirve, nada tiene sentido, nada es más importante.


La tragedia de una superestrella

Pasar de oír la inconfundible voz de Whitney Houston en las décadas de 1980 y 1990, a ver su cuerpo adelgazarse y su voz deteriorarse en los últimos 10 años fue una experiencia impactante para todos sus fanáticos.

Su serena imagen, que se iluminaba al entonar esa voz majestuosa, se vio trastocada en los últimos años de su carrera y se convirtió en el guión de una historia de suspenso que invadió las portadas de los periódicos sensacionalistas.

Houston nació con unos genes musicales inusuales: era hija de la cantante de gospel Cissy Houston, prima de la diva del pop en la década de 1960 Dionne Warwick y ahijada de la legendaria y reina del soul Aretha Franklin.

Desde que tenía cinco años, Houston estaba entonando canciones de gospel en New Hope Baptist Church, una iglesia cristiana en New Jersey.

Pasó su niñez haciendo las segundas voces de artistas como Chaka Khan y Low Rawls, así como las de su madre.

El acenso

Pronto fue motivo del interés de Clive Davis, dueño de Arista Records, un bar en Manhattan, y, a los 19 años, ya se podía considerar una artista de reconocimiento.

Davis solo dejó que los compositores más prestigiosos hicieran parte del equipo que produjo el primer álbum de Houston, "Whitney Hoston". Cuando fue lanzado, en 1985, se convirtió en el disco más vendido de una artista debutante.

Dio con diferentes éxitos, varios de los cuales ganaron premios Grammy, como "Saving All My Love for You", "How Will I Know", "You Give Good Love", y "The Greatest Love of All".

Houston se dio el lujo de ser más exitosa que los Beatles, al tener siete veces consecutivas el sencillo número uno de las listas estadounidenses.

En 1987 sacó un nuevo álbum, "Whitney", donde se encuentran las célebres canciones "Where Do Broken Hearts Go" y "I Wanna Dance With Somebody".

Para finales de la décad de 1980 ya se había convertido en una de las cantantes de soul más exitosas de todos los tiempos: para ese entonces, había vendido 100 millones de discos alrededor del mundo.

Su poderosa voz, y sobre todo el hecho de que lo hiciera sin esforzarse, también la llevaron a ser actriz de Hollywood.

En 1992 fue la protagonista de El guardaespaldas, la cinta también protagonizada por Kevin Costner que dio con la inimitable "I Will Always Love You", un cover de Dolly Parton.

"Whitney" fue el álbum del año en los premios Grammy y se mantuvo en la cima de las listas durante varias semanas.

La caída

El papel en la película, sin embargo, tenía cierta relación incómoda con la realidad. Por esa época surgieron rumores de que a Houston se le habían subido los humos: decían que era difícil trabajar con ella y que era cada vez más impuntual.

Houston volvió al cine en 1995 y 1996 con Waiting to Exhale y The Preacher´s Wife, dos largometrajes cuyas bandas sonoras también cantó.

Pero, para ese entonces, las noticias sobre abuso de drogas -de cocaína, marihuana y pastillas- empezaron a revelarse y la carrera de la artista empezó su decaída.

Su comportamiento se volvió más y más errático. En 1992, se casó con el cantante de hip-hop Bobby Brown, con quien tuvo una hija, Bobbi Kristina. Pero el tumultuoso matrimonio se volvió un espectáculo público.

Se divorciaron en 2007 y a Houston se le concedió la custodia de Bobbi.

La impecable voz de Houston se volvió áspera y ronca. Además, ya no lograba alcanzar esas notas altas por las que se había hecho famosa.

Entró a rehabilitación dos veces antes de declararse abstemia en 2010, pero durante el proceso, la diva tuvo que cancelar conciertos y fue detenida en un aeropuerto por porte de drogas.

En 2011, en un concierto tributo para Michael Jackson, estaba tan flaca que se dijo que iba a morir al día siguiente.

En una famosa entrevista con Diane Sawyer, en 2002, Houston dijo: "el peor demonio soy yo; puedo ser o mi mejor amigo o mi peor enemigo".

En 2009 grabó un disco, "I Look To You", con el objetivo de volver a la escena y al estrellato, pero su mal momento se evidenció en un concierto que estuvo desafinado tanto en lo musical como en lo personal.

En una conversación con la BBC, el periodista especializado en música Paul Gambaccini describió la voz de Houston como "el manual de canto para todas las artistas durante 30 años. Pero al final ella se convirtió en la víctima de una decadencia que ella misma administró y que tristemente dejó que todo se viniera al piso".

(Fuente: www.bbc.co.uk)

miércoles, 8 de febrero de 2012

"EL FLACO" SPINETTA POR SIEMPRE

Falleció uno de los más grandes talentos musicales de nuestro país, Luis Alberto Spinetta y más allá de todo lo que se publicará en los medios gráficos, se transmitirá en televisión, se escuchará en radio y se reproducirá cibernéticamente en miles de webs, redes sociales, blogs, portales, etc, la tristeza es enorme y profunda. Por muchos motivos, por la desaparición física en sí, que siempre es conmocionante, sabiendo que nunca más lo volveremos a ver, por la pérdida artística, que será irreemplazable, inigualable, por su personal poesía, su particular estilo, su única manera de interpretar, su inigualable talento compositivo, su vuelo mágico y profundo, su respetuoso estilo, su innegable carisma, su intocable esencia, su intachable imagen pública, su gran sensibilidad y porque con su partida física, queda definitivamente atrás una época que marcó nuestra cultura musical, donde él fue precursor, protagonista, impulsor, inspirador, ejemplo…

Pareciera que la muerte, va perdiendo impacto, la noticia de la muerte, cada vez es más cotidiana, más cercana, la tremenda globalización mediática y el revuelto mundo en el que vivimos, tienen a la muerte como foco principal de nuestra cotidianeidad y eso hace que la muerte esté mucho más presente, más latente, más inmediata, pero esta muerte, la de Spinetta, impacta, por lo menos para mí, de una manera honda, intensa, insondable porque “El Flaco” forma parte de nuestra niñez, de nuestra adolescencia, de nuestro crecimiento y también de nuestra adultez.

Luis Alberto Spinetta es un pilar insoslayable del rock argentino, un creador único que inició el camino de un estilo musical que para su época no tenía antecesores ni antecedentes. Él, con su primera banda “Almendra”, junto a “Manal” y “Los Gatos” fueron los que marcaron el camino y después, con el correr del tiempo, sirvieron como guías de todos los que llegaron década tras década.

Su poesía inspirada, su frases únicas, su musicalidad a flor de piel y su personalidad lo transformaron en uno de los más grandes artistas de Argentina que a partir de hoy vivirá eternamente en cada uno de nosotros, de nosotros y de muchos otros, porque en muchas partes del mundo admiran y respetan su arte.

Haciendo un ágil recorrido por su vasta trayectoria, además del ya mencionado “Almendra”, fue mentor de grupos como “Pescado Rabioso”, “Invisible”, “Spinetta Jade” y “Los Socios del Desierto”, donde mi querido Daniel “Tuerto” Wirzt, hermano de mi hermano Manuel, compartió ese sólido trío junto a Marcelo Torres.

Sus distintas etapas musicales mantuvieron coherencia, atracción, belleza y una vinculación estrecha con su personal manera de ser. Un poeta en todo el sentido de la palabra, ya que su brillante cerebro y talento natural lo transformaron en un artista íntegro, recto, justo, incorruptible, insustituible y sagrado. Todo lo bueno que se pueda decir de él como artista, no alcanza, porque hoy, con su desaparición, su imagen toma la real dimensión de lo que significó, significa y significará Spinetta para todos.

Particularmente, soy un entusiasta admirador de su obra, tengo todos sus discos, todos, y desde muy pequeñito, cuando empecé a descubrir la música, siempre lo tuve entre mis músicos preferidos, quizás, a contramano de una gran mayoría que para ese momento de mis jóvenes años, buscaban masivamente otro tipo de gustos y ritmos.

Gracias a mi entrañable Manuel Wirzt y su hermano Daniel, “El Tuerto”, tuve la gran satisfacción de conocerlo personalmente y presenciar varios de sus shows en vivo, en lugares privilegiados, como al costado del escenario, por ejemplo, y esos momentos se han transformado en inolvidables para mí.

En estas seis horas que pasaron desde que se anunció su deceso, escuché muchísimos referentes de nuestra música hablar sobre él y todos ellos, referentes también del gran ámbito musical argentino, se desvivieron en elogios, admiración y respeto, los mismos que vuelco aquí, con tristeza y nostalgia.

“El Flaco” Spinetta será siempre inspiración, regocijo y celebración para los que tuvimos la dicha de ser contemporáneos suyos y seguramente también lo será para las generaciones que vendrán.


EL HÉROE DEL SENTIMIENTO

El rock argentino perdió hoy, con la muerte de Luis Alberto Spinetta, al máximo artista de un género al que dotó de magia, innovación y sensibilidad en más de cuatro décadas de consecuente trayectoria.

El músico falleció esta tarde en su casa, rodeado por sus hijos Dante, Catarina, Valentino y Vera, luego de haber pasado 25 días internado en el Instituo Cemic por diverticulos.

Autor, guitarrista y cantante, pero también poeta y pintor, el "Flaco" supo colmar de una elevada concepción estética a cada uno de los pasos que dio desde su nacimiento, el 23 de enero de 1950 en el barrio porteño de Belgrano.

Mentor de grupos esenciales desde los que fue regalando su impronta como Almendra, Pescado Rabioso, Invisible, Jade y Los Socios del Desierto y de un camino en solitario también signado por la belleza, falleció hoy en Buenos Aires a causa de un cáncer de pulmón que se le diagnosticó en julio de 2011.

Al filo de la Nochebuena de ese año y ante la carroña mediática acerca de su estado, utilizó la cuenta de twitter de su hijo Dante para expresar: "desde el mes de julio sé que tengo cáncer de pulmón. Estoy muy cuidado por una familia amorosa, por los amigos del alma, y por los mejores médicos que tenemos en el país. Ante el aluvión de información inexacta, quiero aclarar públicamente las condiciones de mi estado de salud. Me encuentro muy bien, en pleno tratamiento hacia una curación definitiva".

Trazando un camino personalísimo y prolífico, el creador dio forma a una obra volcada en más de 40 álbumes donde sus canciones constituyeron un alegato estético que signó al rock argentino y lo sostuvo como un espacio fértil para la creación.

Lejos de las modas y de los vaivenes de un género que pasó de marginado y prohibido a gozar de las mieles de la difusión masiva, Spinetta sostuvo un discurso que fue, al mismo tiempo, un ejemplo de libertad y de coherencia capaz de enseñar a una legión de escuchas la necesidad de no encasillarse.

La vida musical de Spinetta comenzó a sus 17 años cuando junto a su compañero del secundario Emilio del Güercio (bajo) y también con otros dos alumnos del Instituto San Román, Edelmiro Molinari (guitarra) y Rodolfo García (batería), dio forma a Almendra.

Un simple de 1968 conteniendo "Tema de Pototo" y "El mundo entre las manos", fue el aperitivo para el lanzamiento, en 1969, de un álbum debut que contuvo canciones como "Ana no duerme", "Plegaria para un niño dormido" y "Muchacha (ojos de papel)" y logró ubicar a Almendra -junto a Manal y Los Gatos- como emblema del naciente rock local.

La corta vida del cuarteto, que se separó en 1970 con la edición de un segundo disco, no menguó el buen nombre de su obra ni mucho menos le cortó las alas a un Spinetta que un año más tarde publicó en solitario "La búsqueda de la estrella" y "Spinettalandia y sus amigos" y enseguida impulsó el nacimiento de Pescado Rabioso.

El conjunto en el que el bajo recayó primero en Bocón Frascino y luego en David Lebón, con batería a cargo de Black Amaya y el agregado del teclado de Carlos Cutaia, mostró la lírica puesta al servicio de un sonido más duro plasmado en álbumes como "Desatormentándonos" y "Pescado Rabioso 2" que contuvieron gemas de la talla de "Blues de Cris" y "Credulidad".

Por si esos pasos grupales con un repertorio casi íntegramente con su firma no bastaran, en 1973 y bajo la confusa denominación de Pescado porque se trató de una placa en solitario, publicó el magnífico "Artaud", inspirado y en homenaje a uno de los poetas en los que abrevó y de la que trascendieron "Todas las hojas son del viento", "Bajan", "Superchería" y "Cantata de puentes amarillos".

A mediados de ese mismo año convocó a Carlos Alberto Machi Rufino en bajo y Héctor "Pomo" Lorenzo en batería para dar forma a Invisible, una propuesta en la que retoma el melodismo de Almendra pero compliejizado y puesto en comunicación con otros géneros.

Tres álbumes, temas como "Azafata del tren fantasma", "El anillo del Capitán Beto", "Durazno sangrando", "Los libros de la buena memoria" y "Las golondrinas de Plaza de Mayo" y la primera invitación a un tanguero como el bandoneonista Rodolfo Mederos que tomó parte en el último concierto de Invisible, formaron parte de otro legado atemporal.

En 1977 armó la Banda Spinetta, un eufemismo para otro paso individual plasmado en "A 18 minutos del sol", en 1979 se produjo el primer regreso de Almendra, luego viajó a los Estados Unidos donde registró la placa en inglés "Only love can sustain" y, luego, otra vuelta de Almendra.

Ya en los 80 convocó a los también fallecidos Beto Satragni (bajo) y Diego Rapoport (teclados), y a "Pomo" Lorenzo (batería) y Juan del Barrio (teclados) para exhibir su propia síntesis acerca del jazz-rock desde las placas "Alma de diamante", "Los niños que escriben en el cielo", "Bajo Belgrano" y "Madre en años luz".

"Contra todos los males de este mundo", "No te busques ya en el umbral", "Maribel se durmió", "Mapa de tu amor" y "Resumen porteño" fueron apenas algunos de los nuevos aportes de Luis a un cancionero de ensueño.

En paralelo publicó dos vinilos: "Kamikaze" (en 1982 y con temas como "Y tu amor es una vieja medalla", "Ella también" y "Barro tal vez") y "Mondo di cromo" (en 1983, integrado por "Yo quiero ver un tren", "Será que la canción llegó hasta el sol" y "No te alejes tanto de mí").

A mediados de esa década quiso ponerse en contacto con otros grandes. Mientras la reunión con Charly García solamente generó el tema "Rezo por vos" que incluyó en el sorprendente álbum electrónico "Privé", sí concretó el encuentro con Fito Páez que se apreció en "La la la" donde el único tema compuesto a cuatro manos fue "Hay otra canción".

Otra cúspide de su labor solista se apreció en 1988 con el disco conceptual "Téster de violencia", atravesado por gemas como "La bengala perdida", "Siempre en la pared", "Al ver verás", "El marca piel", "El mono tremendo" y "Organismo en el aire".

Sin descanso, en el 89 sacó "Don Lucero" (donde registró "Fina ropa blanca") y un año después encaró su primer disco en vivo, registrado en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA que tituló "Exactas" y en diciembre

En 1991 con "Pelusón of milk" y el bello "Seguir viviendo sin tu amor" como bastión de un repertorio tranquilo, el "Flaco" clausuró una etapa cancionera que incluyó la banda sonora del filme "Fuego Gris", de Pablo César, para ingresar en otra etapa furiosa junto a Los Socios del Desierto, un trío que completaron Daniel "Tuerto" Wirzt (batería) y Marcelo Torres (bajo).

Al siglo XXI lo recibió con "Silver sorgo", el naturalista "Para los árboles" (2003), el ep "Camalotus" y otros dos álbumes como "Pan" y "Un mañana" que, aún ayunos de grandes éxitos, ratificaron el rumbo inspirado de un hacedor que no perdió ni el rumbo ni la inquietud.

A modo de síntesis de ese camino, el 4 diciembre de 2009 colmó el estadio de Vélez, un ámbito multitudinario que transformó en reducto íntimo para disfrutar de un recorrido por sus Bandas Eternas en un maratón artístico con más de 50 canciones

"La frescura y el lirismo de Almendra, el grito oscuro y enloquecedor de Pescado Rabioso, la contundencia y experimentación de Invisible, el perfil sonoro particular y casi galáctico, como desprendido de materia, de Jade y las experiencias posteriores".

Un año después, para la edición del libro-cd y dvd que documentó aquella velada, Spinetta escribió que haber encarado ese trabajo "involucra una infinita responsabilidad. Responsabilidad. Palabra soberana, palabra en la potencia de bancar la reunión de varios de los músicos más talentosos y diversos en una sola alma y en una simple premisa: Sonar Bien".

El "Flaco" no dejó nunca jamás de "Sonar Bien" y esa marca es un faro que no cesará de alumbrar los caminos por donde debe transitar una música de hermosura universal forjada en este lugar del mundo.

(Fuente: www.quilmespresente.com)