MOTIVO

Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)

lunes, 26 de enero de 2015

RIQUELME, EL INIGUALABLE

A partir de hoy, el fútbol será un poco menos bonito, menos exquisito, menos elegante, menos placentero, menos delicioso y mucho menos encantador porque Juan Román Riquelme decidió dejar de jugarlo. A partir de hoy, la pelota será un poco menos cuidada, menos primorosa, menos custodiada, menos asistida y mucho menos delicada porque Riquelme ya no la tocará y pateará. A partir de hoy, los hinchas del deporte más popular del mundo seremos menos dichosos, menos afortunados, menos favorecidos, menos venturosos y mucho menos felices porque Román ya no nos deleitará con su juego y calidad. A partir de hoy, los fanáticos de Boca tendremos un enorme vacío emocional, una gran pena afectiva, un hondo pesar anímico y una gigante frustración personal de no volver a verlo jugar con la camiseta azul y amarilla, pisando el ‘patio de su casa’, como le gusta llamar a ‘La Bombonera’, coreando su nombre y disfrutando de su juego, su pausa, su exactitud, su clase, su toque exquisito, sus pases en profundidad, sus cambios de frente, su rapidez cerebral, su impronta envidiable y su inmenso talento natural dentro de una cancha de fútbol. A partir de hoy, ya nada será lo que era indudablemente… porque Román ya no estará para ‘salvarnos’ en cualquier momento del partido, ya no se hará dueño del equipo ni ‘se lo pondrá más al hombro’, ya no acomodará más la pelota para patear un tiro libre, ya no definirá en un segundo una jugada, ya no pateará los penales, ya no nos transmitirá más esa seguridad íntima y oculta que nos daba saber a todos los ‘bosteros’ que lo teníamos a él, que era nuestro, que jugaba para nosotros, que defendía la camiseta como nadie, que la sentía tanto o más que nosotros, que más allá de especulaciones, pareceres e interpretaciones periodísticas, sociales, populares y personales, Román siempre jugó con el corazón de hincha, además del excelso jugador que es. Riquelme es el más grande 10 de la historia de Boca (por sobre Diego Maradona, inclusive, con todo lo que eso significa) porque desde que debutó el 10 de noviembre de 1996 hasta su último partido en el club, el 11 de mayo de 2014, siempre tuvo el plus de ser ‘fana’ de Boca como cualquiera de nosotros, los hinchas, y como casi ningún otro jugador que lo haya acompañado en sus 388 partidos con la camiseta xeneize.
 Posiblemente, de aquí en más, se escribirá mucho sobre su trayectoria, sus logros, su personalidad, su carrera y su significación dentro del mundo del fútbol, probablemente tendrá un importante espacio en diarios, revistas, radios, canales de televisión y portales deportivos en internet que destacarán sus virtudes y defectos, factiblemente, será recordado en los otros tres clubes donde jugó (Barcelona, Villarreal y Argentinos Juniors) como el exquisito jugador que fue, claramente estuvo, está y estará presente en la historia de los distintos  equipos que integró en la Selección Argentina a lo largo de su carrera y sin lugar a dudas, permanecerá latente, intacto e inalterable en las entrañas y el sentimiento de todos los hinchas de Boca por todo lo que nos brindó, nos regaló, nos dedicó, nos ofreció y nos alegró.
¡¡¡Gracias, Román!!! Por todos los títulos, por todas las Copas, por todos los goles, por todas las jugadas, por todas las asistencias de gol, por todos los tiros libres, por toda tu entrega, por toda tu pasión y por todo tu fútbol, extraordinario, sorprendente, asombroso, privilegiado, excepcional, admirable, mágico y magistral.
Hubo muchos jugadores importantes en Boca Juniors, grandes caudillos, magníficos representantes del sentimiento ‘bostero’, sensacionales arqueros, férreos defensores, habilidosos mediocampistas, sublimes goleadores, pero dejando de lado las apreciaciones individuales, de carácter, formas de ser y mayor o menor simpatía personal, ningún otro jugador significó tanto para Boca durante tantos años seguidos como Juan Román Riquelme. Gracias por ser Boca y por ser de Boca.
¡¡¡GRACIAS, ROMÁN!!!

domingo, 11 de enero de 2015

JORGELINA ARANDA, HERMOSA POR FUERA Y POR DENTRO

Hace algunas horas, me enteré del fallecimiento de Jorgelina Aranda, una gran amiga de mi padre muy querida por mí. A lo largo de la vida, aprendí a valorarla por su nobleza, honestidad, lealtad, buen humor y fundamentalmente por ser genuina y auténtica. La conocí desde muy pequeñito y siempre tuvo para conmigo un gran cariño y amor; era recíproco. Fue una mujer hermosa por fuera y por dentro, una gran madre, luchadora, franca, leal a sí misma y a sus amigos. Hacía tiempo que no la veía, pero siempre la llevé en mi cariño más sincero. A la distancia, con una enorme tristeza en el alma y gran pena por no haberme enterado a tiempo para darles un beso a sus hijos, Mariana y mi querido Eduardo. Mi sentido recuerdo para ella con todo cariño y amor. Q.E.P.D.

    JORGELINA ARANDA
Nació el 19 de agosto de 1942 en Buenos Aires, Argentina. Su trayectoria artística abarcó el modelaje y la actuación, con incursiones como vedette en teatro de revista y secretaria del programa "Si lo sabe, cante", del animador Roberto Galán, donde impuso su desenfado, simpatía y sensualidad, destacándose como una de las preferidas del programa. El ciclo tuvo dos etapas trascendentes a nivel masivo en las décadas del ´60 y ´70, y luego a finales de los años ´80, donde Jorgelina obtuvo gran popularidad junto a Dorita Delgado y Gladys Mancini, secretarias emblemáticas del ciclo.
Con su atractiva figura, inició su carrera en 1961 tras ser elegida "Miss Capital"; después realizó distintas publicidades gráficas y televisivas como modelo hasta su debut actoral en la película dirigida por Dino Risi y protagonizada por Vittorio Gassman, Silvana Pampanini y Nino Manfredi, "Un italiano en Argentina" de 1965, que en Italia se llamó "Il Gaucho".
Realizó numerosas participaciones en diferentes films estelarizados por Alberto Olmedo, Jorge Porcel, Tato Bores, José Marrone, Luis Landriscina, Susana Giménez, Moria Casán, Graciela Alfano, Ricardo Darín, Cacho Castaña y Juan Carlos Calabró, entre otros.
"UN ITALIANO EN ARGENTINA" (1965)
"DE QUIÉNES SON LAS MUJERES" (1972)
"TODOS LOS PECADOS DEL MUNDO" (1972)
"ESTE LOCO, LOCO BUENOS AIRES" (1973)
"EL INQUISIDOR DE LIMA" (1975)
"BASTA DE MUJERES" (1977)
"HAY QUE PARAR A LA DELANTERA" (1977)
"EXPERTOS EN PINCHAZOS" (1979)
"LA PLAYA DEL AMOR" (1980)
"DEPARTAMENTO COMPARTIDO" (1980)
"AMANTE PARA DOS" (1981)
"ABIERTO DÍA Y NOCHE" (1981)
"SOY PACIENTE" (1986)
Como muchas actrices y modelos atractivas en el mundo, Jorgelina Aranda, fue también "chica de tapa" de muchas producciones discográficas, que incluían bellas mujeres en sus portadas ilustrando discos, magazines y cassettes de las diferentes épocas, y hasta se animó a grabar un Long Play propio donde imponía su voz sensual, con jadeos y frases en doble sentido, acompañada por Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll, quienes junto al integrante del grupo Manal, Alejandro Medina, llevaron adelante exóticos arreglos musicales que le dieron vida a "Erótica" en 1974.
Además de su incursión en varias obras de teatro como vedette de importantes "revistas porteñas", la bella Jorgelina brilló en decenas de programas de televisión, entre los que se cuentan "La Tuerca", "Operación Ja Ja" y "No toca Botón".
Estuvo casada con el productor Eduardo Celasco, con quien tuvo a su hijo Eduardo, que con los años la hizo consuegra de Susana Giménez, ya que, a su vez, se unió con su hija Mercedes Sarrabayrouse; y con Julio Toledano, en segundo matrimonio, de quien concibió a Mariana, su heredera mujer. Eduardo y Mercedes la hicieron abuela de Manuel y Lucía, nietos que Jorgelina adoraba.
    Sus hijos Eduardo y Mariana
 Junto a Eduardo Celasco, su hijo
                Con sus nietos Manuel y Lucía
Su hijo Eduardo y su nieto Manuel
    Su nieta Lucía y Eduardo
 Lucía, Eduardo y Manuel
 Jorgelina junto a su nieta Lucía y su hijo Eduardo
Falleció el sábado 10 de enero a los 72 años y sus restos descansan en el Jardín de Paz de Pilar