MOTIVO

Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)

lunes, 12 de diciembre de 2011

EL GRAN ALBERTO DE MENDOZA

Lamentablemente, estas noticias son las que uno no quisiera recibir y tampoco compartir, pero la vida tiene la natural compensación de momentos bellos, alegres, felices y otros, feos, tristes y difíciles. Falleció Alberto De Mendoza, un gran actor argentino con una extensa trayectoria internacional y profundo sentimiento nacional.

Radicado desde hace varias décadas en España, nunca dejó de ser netamente porteño, con su decir arrabalero, su clase de “señor” en el trato respetuoso y elegante, su personal estilo mezcla de “reo” y “pituco”, nacido en el barrio de Belgrano, en la Ciudad de Buenos Aires, Alberto Manuel Rodríguez Gallego González de Mendoza, tal su verdadero nombre y apellido, fue un artista de fuerte personalidad y marcada presencia en cine, teatro y televisión. Con una extensa carrera actoral, muy intensa en trabajos cinematográficos, detalladamente cuidada en títulos teatrales y varias veces exitosa a nivel televisivo, Alberto De Mendoza fue un fiel representante de una época irrepetible de la escena nacional, con innumerables creaciones que marcaron a distintas generaciones de argentinos y valieron como referente para muchos actores que lo acompañaron y sucedieron en su vida.

Sería muy extenso enumerar la enorme cantidad de trabajos que ha protagonizado, el gran número de películas y obras de teatro donde ha participado, pero sin duda alguna, todos recordamos y evocaremos su personaje de “El Rafa”, que lo marcó para siempre como un arquetipo del argentino porteño. Ese programa de TV que marcó nuestra televisión en la década del ´80, quedará grabado para siempre en el inconsciente colectivo de todos los que fuimos espectadores de ese éxito ideado y creado por Abel Santa Cruz y representado por el querido Alberto.

Las mujeres que lo admiraron por décadas y aquellas que lo conocieron a nivel personal, quedaron marcadas por su atracción, su estirpe de ganador, su galantería y su linaje varonil; los hombres, siempre reconocieron en él su origen viril, su casta masculina y su raíz de códigos y valores.

A nivel personal, puedo decir que tuve la suerte de conocerlo con cierto grado de intimidad, dada su relación de amistad con mi padre y mi madre, de haber compartido algunas navidades y fines de año juntos, con él, con Mabel, su mujer, con Fabián y Belén, dos de sus tres hijos, y en algunas oportunidades haber realizado entrevistas para un programa que yo conducía cuando él hacía en Buenos Aires, “Fausto” en teatro.

En los últimos 18 años, estuve al tanto de su cotidianeidad personal y artística, a través de sus charlas telefónicas desde Madrid con mi madre, con la cual conversaba periódicamente, manteniendo ese afecto de tantos años, que siempre destaqué con gratitud por su cálido detalle de interiorizarse siempre por mí, preguntando sobre mi trabajo, sobre mis cosas y mi vida.

Su aparente seriedad, su fama de “cabrón” en los sets, su permanente galantería con las mujeres, su firme personalidad, su apasionado estilo de actuar, su entusiasmo y predilección por nuestro país, a pesar de haber vivido más de la mitad de su vida en España, su amor por su familia, por su mujer Mabel, sus hijos Daniel, Fabián y Belén y sus 10 nietos, hacen de Alberto un ser que siempre recordaremos con hondo cariño; me refiero a todos, los que lo conocimos personalmente y los que lo disfrutaron como espectadores de sus grandes trabajos.

Personajes como Alberto De Mendoza, no se vuelven a repetir, actores de su talla, quedan pocos, muy pocos y hombres con su “pinta”, su “charme” y su estilo, son una raza en extinción que lamentablemente, no volverán a existir, dados los tiempos y cambios de la era moderna. No pudo cumplir con la idea que le rondaba en los últimos tiempos, cuando se refería a sus 88 años, espléndidos y lúcidos 88 años y el tiempo cronológico que el destino le daría, de pasar sus últimos días en Buenos Aires, en el mismo barrio de Belgrano que lo vio nacer. Su despedida fue en Madrid y no en Buenos Aires, pero España lo cobijó durante gran parte de su vida y su último adiós fue al lado de sus dos hijos y cuatro de sus nietos que él tanto quería.

Despido desde aquí a un hombre que ha sabido vivir bien la vida, con los vaivenes que la misma tiene, desde su dura infancia por haber quedado huérfano desde muy niño a recorrer el mundo con su profesión y destacarse sobresalientemente en todo lo que emprendió. Mi mejor recuerdo y mis respetos al Gran Alberto De Mendoza!

domingo, 13 de noviembre de 2011

UNA TARDE INOLVIDABLE


Ayer se realizó el evento a beneficio de la Fundación Bryan Balzano para recaudar fondos en pos de una obra que intenta ayudar a los casos con Síndrome de West y patologías similares.

La tarde soleada ayudó a que el público asistente, que se acercó para colaborar con la causa, pudiera disfrutar de un momento entretenido junto a deportistas y artistas, entre los cuales tuve la suerte de participar.

Lo importante era recaudar fondos para la noble iniciativa de la Fundación y creo que en menor o mayor medida, fue el puntapié inicial que sirvió como experiencia recaudatoria para futuros eventos, pero a nivel personal, además de acompañar a los padres de Bryan en esta cruzada, fue una tarde inolvidable por haber podido jugar con dos de mis ídolos futbolísticos más queridos y además, compartirlo con mi hijo Luca de 10 años, que también los idolatra: Martín Palermo y Guilermo Barros Schelotto.

No siempre se tiene la posibilidad de compartir vestuario y partidos con jugadores que uno admira y siente como hincha y mucho menos cuando esos futbolistas son dos referentes inigualables del equipo que se lleva en el corazón, como en mi caso es Boca Juniors.

Fue muy lindo poder atesorar ese momento y potenciarlo con la compañía de mi hijo, que nunca olvidará el día de ayer, ya que además de conseguir la firma de Guillermo y Martín, tiene sus fotos para el recuerdo con cada uno de ellos y algunos otros cracks que apoyaron la propuesta benéfica, entre los cuales estuvieron Fabián Cubero, Germán Basualdo, Lisandro López, Oscar Passet, Leonel ‘Pipa’ Gancedo, Néstor Clausen, Germán ‘Mono’ Burgos, Darío ‘Ruso’ Sivisky y muchos otros.

A modo personal, lo disfruté y me divertí con mis amigos Cae y Mariano Cabrera, junto a quienes nos tocó integrar el equipo de camiseta celeste, Gustavo López, Darío Villarruel, Tobías Blanco, Luis Ventura y sus hijos, entre otros, que enfrentó al amarillo donde jugaban Palermo, Barros Schelotto, Cubero, Basualdo, López, Gancedo, Burlando, Carna, Almeyda, Cali.

En lo anecdótico, hubo un penal que Basualdo me hizo cuando estaba por patear dentro del área, después de ganarle la pelota a la carrera, que el árbitro Pablo Lunati no nos cobró y un “caño” que Cae hizo en la mitad de la cancha, que fue ovacionado por el público y la televisión pública, que transmitía el partido en directo, pasó en slow motion, más algunas otras jugadas que pudimos conectar entre Cae, Gustavo López, Tobías Blanco y yo que quedarán en nuestro simpático recuerdo. Palermo estuvo presente en la red, como gran goleador que fue, es y será y Barros Schelotto nos regaló algunas pinceladas de su buen juego, incluida una “sota” a Ventura que la gente festejó calurosamente.

Una tarde inolvidable que vivimos todos los que colaboramos con la Fundación Bryan Balzano para sumar un pequeñísimo granito de arena a la gran playa económica que se necesita para llevar adelante su propuesta solidaria.

domingo, 6 de noviembre de 2011

UNIDOS ES MEJOR PARA TODOS


Hay días y días, momentos y momentos, estados y estados... Hoy tengo un sentimiento de nostalgia nacido desde algún remoto mecanismo interno que muchas veces no sabemos de dónde ni por qué se genera. Nostalgia en el sentido más amplio y profundo de la palabra porque me levanté pensando en mi viejo (todos los días lo recuerdo, pero esta mañana fue madrugadora su presencia espiritual), seguí con un repaso detallado de mi feliz infancia, acompañado de varias imágenes en las que me veo junto mi madre, a la que felizmente todavía tengo viva, momentos atesorados con amigos del colegio Lange Ley y vivencias recorridas con mi querido Martín Guerrero, compañero inseparable de aquellos días de niño y adolescente hasta hoy, con los vaivenes de la amistad que los tiempos determinan a lo largo del camino, en nuestra madurez.

Más tarde, recorrí una época muy linda de mi vida donde compartía la convivencia con mi amigo Juan Darthés, jóvenes los dos, en un departamento del barrio de Palermo, donde él preparaba el mate para el desayuno y yo armaba la mesa con los individuales, la azucarera para mí y el edulcorante para él, las galletitas para mí y el pan de salvado para él y algún que otro dulce para untar que dividíamos mientras planificábamos nuestro día laboral. Éramos un equipo de dos que nos complementábamos muy bien, tanto en la cotidianeidad de la vida diaria como en los caracteres y decisiones. Vivíamos juntos pero lográbamos una independencia muy armónica que posibilitó la coexistencia durante casi dos años. Años que también disfruté con esos amigos que uno hace para siempre: Roberto Antier, Pepe Monje, Pablo Rago, Alejo García Pintos, Pablo Novak, Fabián Gianola, Silvestre, Henry Zakka, Chino Asencio y otros que uno creía que eran para siempre, pero que el tiempo y sus procederes, confirmaron que estaba equivocado. Entre tanto recuerdo de amor, lo veo también a mi hermano Lucky, pre adolescente, con sus amigos alegrando los fines de semana en Castelar.

Después, viajé con mi mente hacia México, donde además de transitar una experiencia que me enriqueció espiritualmente y afirmó profesionalmente, me fortificó a nivel personal; allí lo conocí al que hoy, después de 20 años, sigue siendo mi amigo y socio, Matías Mc Cluskey, quien me conectó la energía que necesitaba en aquellos tiempos para adaptarme a otra forma de vida azteca, que desconocía y me costó asimilar.

Continué repasando mentalmente, otra época que compartimos con un hermano elegido de la vida, Manuel Wirzt, con quien también vivimos juntos y disfrutamos muchas cosas en común, inclusive la realización personal de ir a la par con la concreción de nuestras familias constituidas. Eran épocas diferentes en el país, otro entusiasmo, otra energía, con problemas, como siempre en Argentina, pero con la esperanza de salir adelante, de avanzar, de lograr objetivos, de derribar barreras, de ir por los sueños, luchar por ellos y finalmente alcanzarlos.

No digo que hoy los jóvenes de 25 años no tengan esas mismas ilusiones y ganas de conquistar sus metas, pero percibo un clima distinto y una cruda realidad que transforma los días en más difíciles, más complejos, más confusos, quizás. Todo se ha modificado a nivel social, los pobres son más pobres, los ricos son más ricos y la clase media se encuentra justamente en el medio de una crisis que cada día la baja más de nivel y le cuesta enormemente mantener la jerarquía adquirida por años y años, aquí, en nuestro querido y bendito país, Argentina.

Sé que el problema económico no es solamente patrimonio nuestro y que el mundo sufre transformaciones en ese aspecto, pero esa influencia administrativa, repercute directamente en millones de personas que a través del tiempo han sido mayoría y que con el correr de los años, van camino a pertenecer a una minoría, muy a pesar de los bien pensados e intencionados.

Esta difícil situación generalizada que viene desde décadas, repercute de manera profunda en lo social; la educación, la salud, la seguridad son los temas más latentes porque justamente, son los que más ‘laten’ en nuestra sensibilidad.

Creo firmemente en que una sociedad bien educada, como eslabón principal de prioridades, promete un mejor futuro, incrementa las posibilidades, ayuda a proyectarse mejor a nivel personal y profesional. La educación es la base de nuestra formación y hace que seamos mejores analistas de lo que nos pasa, que podamos discernir en mayor medida qué puede estar bien y mal, nos brinda capacidad para desarrollarnos en lo que elijamos hacer, nos nutre de raciocinio y ubicación. Por lógica, con una mejor educación, indefectiblemente, bajaría muchísimo la delincuencia, porque esas personas que hoy rozan la marginalidad obligada, tendrían forma de poder salir adelante con otras armas, que no sean de calibre 45.

Escribo espontáneamente lo que va surgiendo en mi cabeza, pero al mismo tiempo me pregunto si no es absurdo, estar dejando este pensamiento escrito, que quizás quede en pocos ojos que lo repasen y lean. Pero, inmediatamente, respondo internamente a mí mismo y me digo: “hay que decir lo que se piensa y no guardarse nada”.

Este año 2011, fue importante para nuestro destino inmediato porque hubo elecciones; tuvimos la posibilidad que nos permite la democracia, de elegir quiénes nos van a continuar gobernando durante cuatro años más; más allá de fanatismos políticos, de ideas extremistas de un lado y del otro, de posiciones encontradas y desencontradas, hay una realidad que tenemos que aceptar: la mayoría eligió y eso es lo que vale. No quiero mezclar mi opinión personal en este comentario, porque no es el fin, lo que quiero compartir con quienes de vez en cuando pasan por aquí a leerme, es que me parece necesario que definitivamente dejemos a un costado nuestras cerradas mentes y rígidas posturas (reitero, de un lado y otro) para tirar todos hacia el mismo lado.

Siento que estamos viviendo un momento histórico importante para el país, por un montón de viscisitudes, económicas, sociales, políticas y humanas en el mundo entero y vislumbro que si de una vez por todas, dejamos de lado los egoísmos y los antagonismos, podemos lograr un mejor futuro, acercarnos a lo que todos deseamos: vivir mejor, más tranquilos, en armonía, en paz… Puede sonar ingenuo, parecer muy difícil y es posible que lo sea, pero intentémoslo, dicen que “no hay peor cosa que la que no se intenta”, entonces tratemos de concientizarnos positivamente para empujar del carro todos juntos. Probemos, aunque parezca una quimera, aunque siempre haya gente empecinada en desestabilizar, aunque muchos estén ocupados en delinquir, aunque sepamos que no todo es la panacea, probemos… seguramente, si lo logramos, si nos unimos, dejando de lado lo oscuro que algunos necesitan generar, nos vamos a dar cuenta que es mucho mejor para todos.

Algo que publicó en su muro de Facebook el querido Gallego Ramírez, productor del programa "Desde la Vida" que se emite en la TV Pública los sábados a las 10 hs. conducido por Fenna Della Maggiora y Ana Paula Vitelli, es un ejemplo puntual de "cuando se quiere, se puede". Lo comparto con ustedes, junto a las palabras que acompañó el lúcido Gallego: "Les pido a todos que no dejen de ver este video, no solo se emocionarán sino también entenderán que muchos de nuestros problemas son insignificantes ante tanta grandeza... Nada es imposible cuando tus sentimientos son los que manejan el verdadero sentido de la vida... La igualdad y la inclusión son parte de esos sentimientos... Gracias a todos los que hacen posible un mundo mejor."

http://www.youtube.com/watch?v=5UVUzAUiEMY