MOTIVO

Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)

sábado, 16 de marzo de 2024

VAIVENES

Los vaivenes de la vida nos llevan a deambular entre distintos matices y diferentes contextos. Es cuestión de adaptarse a los momentos, ajustarse a los tiempos y adecuarse a las circunstancias. Alegrías y tristezas. Ilusiones y desaciertos. Satisfacciones y desencantos. Abundancias y carencias. Risas y llantos. Notoriedades y aislamientos. Éxitos y fracasos. Logros y frustraciones. Todo eso es la vida. Y mucho más. No queda otra que aceptarla como es porque, más allá de darnos y quitarnos, vale la pena apreciarla, sobre todo, cuando la atesoramos, fundamentalmente, con salud. Dichoso sábado.

jueves, 14 de marzo de 2024

'NUNCA ES TARDE'...

Existen un montón de situaciones que están posicionando a Argentina en un lugar complejo desde distintos aspectos económicos, sociales y morales. Percibo un clima demasiado enrarecido que muchos intentan evadir, no sé si deliberadamente, por temor, o desidia, pero lo cierto es que todo va hacia un camino engorroso, asfixiante y difícil de tolerar. Por mejor actitud que se tenga como ciudadano, por más que uno intente estimularse desde la buena energía y ambicione superar los escollos que van surgiendo día tras día, se hace muy difícil llevarlo a cabo. La realidad es una sola y no hay relato organizado, ni armado periodístico que quiera inculcar algo que no es, para ver que estamos transitando una época aciaga y fatídica que solo el destino sabrá dilucidar. Uno sigue con sus proyectos, intenta armarse desde el positivismo, incentivar la fe en sí mismo, tratar de arroparse desde los afectos y el amor que lo rodean, pero se hace difícil, bastante, cada vez más. Nunca hay que perder la confianza en encontrar soluciones, pero si no activamos los mecanismos para que esas supuestas medidas esperanzadoras se pongan en marcha en pos del bien común y para todos, de verdad, vamos a estar muy jodidos, lamentablemente. ‘Nunca es tarde’, dice el refrán, pero si no se reacciona a tiempo, va a ser inevitable sufrir males peores.

martes, 12 de marzo de 2024

SOMOS NOSOTROS

Si uno opina sobre la realidad social y económica del país, se expone a que un montón de personas que están al acecho para confrontar, irrumpan en contra de lo expresado. Si uno trata de no inmiscuirse en temas políticos, cae en la fácil situación de evadirse públicamente y hacer como que nada pasa para no recibir agresiones o embestidas cibernéticas. Y si uno se compromete o, por lo menos, intenta participar de las cosas que nos afectan y vivimos en aspectos humanos, terrenales y comunitarios, siente que, aunque sea en un grado ínfimo, estamos participando y colaborando a que muchos que quizás, no toman conciencia, no se informan o, simplemente, no se interesan, puedan hacer una reflexión o les clarifique un poco el panorama complejo que nos toca atravesar. Todo está mezclado, todo es bastante confuso, todo nos crea incertidumbre y todo se manipula en favor o en desmedro de tal o cual personaje o ideología. Es difícil discernirlo, más duro encausarlo y mucho más engorroso, solucionarlo. La primera manifestación personal para poder sobrellevar esta actualidad tumultuosa y agresiva, es mantener la calma, después, seguir confiando en los bienintencionados (que cada vez parecieran ser menos, lamentablemente) y, por último, asumir que los únicos que podemos encaminar el destino hacia una existencia algo más justa, más libre y más soberana, somos los ciudadanos, sin dejarnos influenciar por los impostores, embaucadores y mentirosos de siempre. ¿Es posible? Claro que sí, asumiendo responsabilidad, consciencia, fraternidad y participación; de lo contrario, seguiremos sumisos y sometidos a los que históricamente han sacado beneficios, solo, para ellos mismos.

lunes, 19 de febrero de 2024

LA CULTURA, SÍ

Un artista que se compromete social e ideológicamente en forma pública, se expone a un montón de reacciones que pueden ser a favor o en contra. Siempre fue controvertido que alguien popular se manifestara políticamente, sobre todo en épocas muy oscuras donde el Proceso Militar amenazaba, amedrentaba, torturaba y hacía desaparecer personas desde el poder del Estado. Personalmente, me tocó muy de cerca la estigmatización y persecución a Leonardo Favio, a quien me unía un lazo casi familiar, viviendo momentos muy angustiantes y siniestros, que tengo en mi memoria muy latentes desde mi pre adolescencia hasta hoy, refugiándose en mi casa por meses hasta que mi padre lograra recuperar su pasaporte para que pueda salir del país a exiliarse en México, primero, y luego radicarse en Colombia por años. Hoy, que todo toma una dimensión cibernética potenciada por ejércitos de ‘trolls’ contratados para vapulear, agredir, provocar, maltratar, difamar y denostar gente, junto a algunos particulares que se suman motivados por su propio odio, se hace, también, muy complejo expresarse abiertamente y exponerse a esta nueva forma de hostigamiento por redes sociales. Vivimos un momento extremo en Argentina en diversos aspectos que, además del agobio económico, desorbitado y trágico, abarca otro montón de conflictos sociales que la política no está sabiendo resolver y que, lamentablemente, nos apabulla, intimida y acorrala como ciudadanos. Los artistas, también, somos parte de la gente y por suerte, la Democracia nos permite la libertad de expresión, a pesar de algunos que quisieran volver a la censura y la condena del pensamiento. Defender la cultura, no es defender “el curro” (como dicen aquellos que todo lo manipulan y deforman), es apoyar y proteger un componente que conforma la totalidad de las acciones, los pensamientos, las emociones y los conocimientos, que hacen a nuestra forma de ser y manera de proceder como sociedad. Valoro y respaldo las palabras de mi querido Guillermo Fernández, talentoso cantor argentino que lleva la bandera del tango por el mundo con gran capacidad y enorme calidad profesional.

sábado, 17 de febrero de 2024

TRISTÍSIMA REALIDAD

Más allá de todo lo que sale en los medios gráficos, radiales, televisivos y cibernéticos por hechos determinados que involucran la cotidianidad social argentina, opiniones, debates y palabras estériles de muchos que solo hablan y hablan, actitudes y relatos discriminatorios hacia figuras públicas, puestas en escena de ciertas circunstancias protagonizadas por actores políticos de supuesto calibre preponderante, que rozan lo absurdo y ridículo, más otras muchas conductas objetables de algunos funcionarios actuales, que de pertenecer a la oposición, serían motivo de escándalo nacional, estamos inmersos en una angustiante realidad social y económica que nos está sofocando como pocas veces antes habíamos experimentado. No sé si el pueblo está adormecido, si un gran sector social tiene la sensibilidad entumecida o si existe una anestesia diseminada por el aire (que desconocemos masivamente) para que la gente tolere cualquier ultraje comunitario sin siquiera un atisbo de reacción. No hay que ser muy iluminado para darse cuenta que esta situación opresiva en muchos aspectos, va a generar graves consecuencias en la salud orgánica, anímica y espiritual de millones de personas, no solo por el grave deterioro económico general, sino, también, por el daño moral a la dignidad y autoestima personal. Describir solo lo que nos pasa, no alcanza; no saber qué nos deparará el destino, provoca incertidumbre y desconsuelo mientras los mismos sectores privilegiados de siempre, se benefician cada vez más a costa del sufrimiento y el padecimiento del pueblo. La tolerancia es un valor preponderante que deberíamos sustentar, pero tampoco se puede abdicar ante el atropello de los derechos indispensables que todos merecemos como ciudadanos de nuestra Nación. Mientras tanto, muchos siguen disfrutando las utilidades del sistema organizado para que la famosa y renombrada “Casta” siga prevaleciendo por sobre todo, todos y todas. Tristísima realidad que no solo preocupa y abruma, también fastidia y apesta.

sábado, 3 de febrero de 2024

... PERO DE VERDAD

Mi característica personal, siempre es ir para adelante con fe, optimismo y positividad, aunque, muchas veces, las cosas no se encaminen como uno espera, pero, en este momento, siento agobio y desconsuelo por la realidad que nos toca atravesar como país. A lo largo de la historia argentina, ha habido épocas de euforia, alegría, prosperidad y bienestar, también existieron situaciones extremas, angustiantes, trágicas y complejas, pero actualmente, percibo un clima de incertidumbre, desesperanza y pesimismo, que genera preocupación, intranquilidad y tristeza. Sería mucho más venturoso publicar otro tipo de comentario, quizás, algo más trivial, alegre o superficial, pero estos espacios son, también, entre otras cosas, para expresar lo que uno percibe, encuentra y palpa en lo cotidiano. Es una época muy complicada, económica y socialmente hablando y, lamentablemente, bastante devaluada en diversos aspectos, entre los cuales se encuentran la nobleza, la decencia y la dignidad, características que muchos políticos carecen. El pueblo es el que tiene el termostato y el que determina qué está bien y qué está mal. Cada uno sabrá… pero la realidad es una sola para todos y en ese conglomerado de disímiles circunstancias sociales, se va acercando una coyuntura donde muchos millones de personas nos encontraremos en la misma situación límite y ahí es donde nace otra película… Muchos se hacen los boludos, no opinan para no involucrarse, otros, intentan evadir el tema y pasar de largo, desapercibidos, otros más, eligen apoyar a los traidores a la Patria y otros nos expresamos con las convicciones firmes y los valores en puja. Tengo la edad suficiente para afrontar mis pensamientos públicamente, aunque vivamos una era cibernética que manipula información, estigmatiza personas e influye, de forma planificada, en las mentes de un gran porcentaje de personas que, basados en sus características y creencias personales, se dejan llevar por el odio y la confrontación que les inculcan día tras día. A mí me agotó el odio, me saturó la confrontación, me colmó la hipocresía de muchos que votan haciéndose los democráticos y, en el fondo, desean otra cosa. Cada uno, interiormente, sabe cuál es su sentimiento y está en cada uno, también, hacerse cargo de su decisión. La mía, desde el lugar de ciudadano respetuoso de los distintos pareceres y modesto artista que soy, es bregar por una sociedad libre de verdad, solidaria, federal, económicamente independiente, políticamente soberana y socialmente justa. Anhelo un país donde todos podamos vivir como merecemos, con decencia, trabajo, seguridad y honorabilidad. Basta de corruptos. Basta de mentirosos. Basta de delincuentes de guante blanco y demás colores. Todos sabemos quiénes son y es tarea del Pueblo, una vez más, exponerlos, limitarlos y reprobarlos. Pero de verdad.

jueves, 21 de diciembre de 2023

jueves, 14 de diciembre de 2023

NEGACIÓN... NECEDAD

La negación es un mecanismo usado por el ser humano, históricamente. Existen infinidad de casos a lo largo del tiempo que podríamos mencionar, pero la necedad que descubro en la actualidad con ciertas personas cercadas por el empecinamiento, pocas veces la he visto. La negación se usa para no admitir la existencia de algo, no aceptar una acción o no consentir la realidad. La realidad social y económica argentina es amarga y alarmante, pero mucha gente, a mi entender, inexplicablemente, desvirtúa las circunstancias y elude los roles de ciertos protagonistas políticos y las consecuencias que estos mismos personajes han provocado, varias veces en nuestro país, con la misma receta devastadora para el gran porcentaje de la ciudadanía y enriquecedora para un sector minoritario y déspota, que incrementa sus beneficios más y más. Es increíble, asombroso e inverosímil ver, escuchar y leer las afirmaciones de determinados individuos, ignorando y/o justificando el daño que van a ocasionar en la población con las medidas tomadas y, por el solo hecho de haberlos votado, desconocen el perjuicio y el deterioro que van a provocar. Hay quienes se resisten a la realidad, sabiendo que no pueden modificarla y de ahí, nace la negación como un mecanismo de defensa que busca respaldar la no existencia de lo que sucede. Independientemente de los deseos y metas de cada uno, los que tratan de manipular o negar la realidad y desligar a sus responsables (que son los generadores de tan dramática situación), lo que hacen, es prolongar el momento en que ésta se estrelle contra sus propias caras. La negación es un síndrome del ser humano y desde siempre, ha sido perseguido por sus debilidades, pero, lamentablemente, esta característica tiene como únicas virtudes, la ingratitud, la animosidad y la ignorancia.

sábado, 9 de diciembre de 2023

GRACIAS POR EL PASADO Y EL PRESENTE

Hace un tiempo, leí una frase que refleja lo que pienso sobre la juventud; “Ser joven, más que una edad, es un estado del corazón”. Los años son indefectiblemente irreversibles y el paso del tiempo acarrea ciertas características inevitables que el cuerpo no puede ocultar, pero si el espíritu se mantiene pujante, alegre y activo, todo lo físico se amortigua con armonía y gratificación. La juventud es hermosa, pujante, esperanzadora, avasallante, desprejuiciada, algo inconsciente, aventurera, intrigante, inquieta y bella, muy bella. Cualquier persona joven reúne encantos que en otra etapa de la vida no se poseen. Cuando somos jóvenes, los sueños se pueden transformar en realidades, las ilusiones son capaces de materializarse, las ansias logran objetivos, el solo deseo alcanza para avanzar en lo que nos propongamos y la esperanza es el motor que nos moviliza. Me gustó mucho ser joven, lo disfruté, lo aproveché, lo gocé, me divertí, me alegré, me arriesgué y todo eso lo traté de mantener en el tiempo, a medida que fui creciendo. Hoy continúo atesorando esa esencia que sustenté de pibe y trato de no darle entidad a los prejuicios que suponen ser “grande”. En la actualidad, no soy un ‘tiro al aire’, ni un ‘petardo’, como pude haberlo sido en algunos pasajes remotos del camino recorrido, pero tampoco me dejo atrapar por los parámetros implícitamente determinados que la edad suele estipular a medida que crecemos. La juventud nos aleja de las tristezas, los rencores, las dudas, los miedos y nos brinda fortaleza, esperanza, energía, ánimo, potencia, vitalidad, y eso es lo que intento conservar. Amo a la juventud, a los jóvenes, a sus rebeldías, idealizaciones, fantasías, teorías, hipótesis, conjeturas, concreciones… y entiendo, también, sus errores y desaciertos, por eso, afronto la madurez con las mismas características, sin dejar de saber que hay momentos y momentos en la vida donde se pueden llevar a cabo ciertas cosas que corresponden a la época y otras que no serían muy adecuadas y rozarían la desubicación o el patetismo, de hacerlas a destiempo. Me adapto, me asumo y me agrado como soy hoy, interna y externamente, sin nostalgia por el que fui, con gratitud por lo que transité y con ilusión y vigor por lo que habré de vivir. Agradezco al destino, el camino que me trazó; a mis padres, la enseñanza y la felicidad que me concedieron, a mi familia por su amor y contención permanente, a mis amigos, por entregarme la ‘hermandad elegida’ y a la gente que, para mí no solo es “gente”, ni “publico”, ni “espectadores/as”, ni “admiradores/as”, son personas queridas que me han acompañado, y lo siguen haciendo, a través del tiempo, en muchas partes de Latinoamérica. Los habitantes de muchos países me hicieron muy feliz en mi recorrido artístico y en la actualidad, me continúan brindando su cariño, su afecto y su amor gracias a mis canciones. Mi gratitud sincera y sentida a todas, a todos, por las constantes demostraciones de aprecio, simpatía e interés a lo largo de este extenso tiempo compartido. Valoro enormemente su cariño manifiesto, su amor explícito, que se mantiene latente desde hace casi cuatro décadas. Gracias por aquel pasado y este presente.


martes, 21 de noviembre de 2023

SIN PERDER LA FE Y LA CONFIANZA

Para resolver los problemas que acechan al mundo actual, que se basan en las desigualdades, los fundamentalismos, la pobreza, la supremacía del poder económico y otras cuestiones que nos hacen vivir una realidad compleja e incierta, habría que encontrar un grupo de líderes que tuvieran como características principales temperamentos, actitudes, disposiciones, temples, caracteres y decisiones conciliadoras que, de una vez por todas y realmente, tienda puentes entre las posiciones encontradas, desde la fe, el convencimiento seguro y la aplicación de la razón junto al sentido común y la lógica, para empezar a modificar el caos que nosotros mismos hemos creado a lo largo de tantas décadas a esta parte. Dadas las actuales circunstancias, mi pensamiento es una quimera, o, por lo menos, pareciera serlo, pero en algún momento determinado, vamos a tener que buscar, encontrar y votar a personas que quieran hacer el bien, de manera sincera y rotunda, que tengan intenciones verdaderas de cambiar la tristísima existencia que transitamos. Es evidente que la política es el medio inefable para poder lograrlo, también es cierto que la Democracia es la única opción viable para poder hacerlo en libertad y con pluralismo, y que, a pesar de la existencia de mucha gente empeñada en apoyar y aplicar ideas compulsivas, cooptadas por la confrontación y el odio, somos muchísimos, también, los que queremos el bien común, que abarque a la mayor cantidad de personas y mejore la vida de los que están inmersos en un supuesto callejón sin salida. Mientras escribo mi ilusión de lograr una conciliación racional, convencido de lo que digo, en contrapartida, interiormente, también intuyo que es muy difícil llevarlo a cabo porque, insisto, hay un segmento de la ciudadanía a la cual no le interesa conciliar, ni limar asperezas ancestrales que contienen mucho de resentimiento, desprecio y antipatía extrema. Es, mayormente, el sector clasista de la población y otra fracción media, que aspira a ser lo que nunca será. A pesar de todo, deseo, fervientemente y con total sinceridad, que en un futuro se pueda revertir esta triste y cruel realidad que nos toca transitar. Nunca hay que perder la fe y la confianza en los ideales propios.