Ante tanta confrontación y posiciones extremas
que encuentro en mucha gente de mi país y el mundo, opto por la armonía, la
concordancia y el entendimiento, aunque existan personas y personajes que hacen
todo lo posible para irritar los espíritus. Fiscales corruptos, políticos
impresentables, periodistas codiciosos, pensamientos enfermos, ambiciones desmedidas...
nada de esto ayuda a la ecuanimidad, pero sería más saludable que busquemos el
equilibrio en la sensatez y consonancia de las almas. A pesar de parecer una
utopía, sería mucho más sano y beneficioso para todos... bah! eso me parece…
Ante tanta carga negativa que se percibe en la
atmósfera, creo que lo mejor es pensar en positivo. En nuestras mentes se
esconde la clave de la vida. Somos capaces de hacer realidad lo que pensamos y
concebir el propio universo basado en nuestros sueños. No me volví místico ni
tampoco soy un tonto e ingenuo lírico; comparto simplemente lo que siento,
basado en la buena energía que casi siempre intento transmitir. Hay más
personas buenas que malas y eso es lo importante.
El 20 de marzo de 2012, la Asamblea General de
las Naciones Unidas, instituyó el "Día Internacional de la Felicidad"
y el año pasado, el querido Juan Pablo Husni, que es docente y consultor en
actividades de entrenamiento, de motivación y de integración de equipos, me
interiorizó de la iniciativa del Reino de Bután, al sur de Asia, país que
reconoce la supremacía de la felicidad nacional por encima de los ingresos
nacionales desde principios de los años ´70, cuando adoptó el concepto de un Índice
de Felicidad Nacional Bruta para sustituir al más tradicional Producto Interior
Bruto. Sería importante para el mundo en general, que siguiéramos esta
determinación y consideráramos el sentimiento de la felicidad como el más
importante de todos, festejando, haciendo honor al motivo central de celebrar
la felicidad por sobre los demás elementos y entidades. Seamos felices a pesar
de los problemas. Seamos felices aunque a veces se nos complique. Seamos
felices ante todo, porque el hecho de tener salud y algo de bienestar, nos da
la posibilidad de disfrutar la vida a pleno. Seamos felices. Yo lo soy y cuando
no, me esfuerzo para serlo. Intentándolo, proyectando, soñando… Soñar ayuda a
ser feliz; Como dice el querido y talentoso Gabriel Ogando en su canción ‘Nunca
dejes de soñar’: "Muchas veces querrás dejar el camino que echaste a
andar. Tantas veces te confundirás, tantas veces te golpearás. Tantas veces te
equivocarás, tantas veces darás de más. Buscarás otras y no encontrarás.
Perderás al elegir y al cambiar, pero nunca dejes de soñar”.
Hay días en los que además de los sueños y la
felicidad, aflora la ternura del afecto. De vez en cuando está bueno dejarse
fluir por el cariño de los que uno quiere y lo quieren bien a uno. Agradezco a
la vida todos los amores que me dio… los personales, profesionales y amistosos.
Por el amor a mi familia, el amor a mis amigos sinceros y queridos, el cariño
de la gente que durante 30 años me acompaña con la música y también a las
mujeres que de una forma u otra han contribuido a ser quien soy hoy.
Y parafraseando a la gran Violeta Parra, que
eternizó la frase en su canción inolvidable…
¡Gracias a la vida que me ha dado tanto!