Una vida bien vivida es tener un propósito claro y llevarlo a cabo día a día, cada hora, cada minuto, tratando de ir conformando la persona que uno desea ser. Es intentar vivir apasionadamente, bregando por lo que se quiere y, en la medida de lo posible, alentando a los que están alrededor de uno a construir algo similar. Una vida bien vivida es hacer las cosas que uno anhela sin dejarse llevar por lo que otros pretenden imponer o, simplemente, no nos gusta, aunque a veces, se dificulte cumplirlo. Es cuidar de uno mismo para, a su vez, preservar los afectos y así, generar una corriente de energía que posibilite llevar a cabo los sueños y las ideas. Una vida bien vivida, para mí, es también, disfrutar de la naturaleza, la música y el amor. Es elegir hacer lo que uno tiene ganas con total libertad; lograrlo no es fácil, tampoco imposible, solo hay que perseverar hasta conseguirlo. Empezar el año con la meta de vivir una vida bien vivida, es un buen objetivo.
