El mundo está convulsionado y no es novedad, encontrarnos sorpresas semejantes y noticias espeluznantes como la del asesinato de Facundo Cabral, no es de hoy. Hace tiempo que la vida dejó de tener el valor que debe tener, hace rato que los códigos humanos dejaron de mantenerse como códigos de bien, hace mucho que el día a día, enceguecido por lo material, enloquecido por las bajas y subas económicas, atrapado por los mezquinos vaivenes monetarios está transformando maliciosamente nuestra manera de transitar el corto sendero que nos toca disfrutar, terrenalmente hablando.
La muerte de Facundo Cabral a manos de unos miserables asesinos, movilizados vaya a saber por qué oscuros, perversos y ruines fines, no hace otra cosa que remarcar y profundizar la despreciable maldad por la que algunos mal nacidos se movilizan sin sentido. Digo sin sentido, porque no encuentro razón alguna para matar a otra persona, para terminar con la vida del prójimo, para dictaminar el fin de una vida sea por lo que sea, fuera por lo que fuera. Haya sido por motivos políticos, por venganza hacia el empresario que lo había contratado, por circunstancias de robo en la vía pública, por antipatía personal, por generar caos y descontrol social, por lo que haya sido, no importa, es terrible de cualquier forma. Es terrible que la vida de un ser humano ya no valga nada. Y es terrible también que cada uno de nosotros nos vayamos acostumbrando a la muerte abrupta como algo cotidiano, irremediable y natural. Asistimos casi impávidos a la muerte de cientos de miles de personas anuales por distintos hechos que se van sucediendo, como algo común, normal y es tremendo que esto suceda. Todos los días, vemos y escuchamos noticias del mundo entero donde mueren personas por narcotráfico, por robos, por violaciones, por política, por poder, por lo que sea y nos vamos haciendo inmunes al dolor, al impacto, a lo terrible que significa ser testigos de una masacre permanente de nuestra especie por cualquier motivo existente. Nada es justificable para avalar la muerte de alguien, nadie es dueño de nada para determinar quitar lo más preciado que tenemos, que es la vida. No podemos seguir asistiendo a esta locura generalizada de muerte y terror en la cual vivimos. Cualquier parte del mundo es insegura, cualquier lugar es incierto, cualquier rincón está desprotegido; todos estamos así, inseguros, inciertos, desprotegidos y eso está en nosotros modificarlo. Es muy complejo el tema para reducirlo a un comentario como éste, pero creo que cada uno de nosotros debemos intentar comenzar a modificar esta barbarie que vivimos.
Hoy es Facundo Cabral, un artista único, brillante, ingenioso, talentoso, sufrido, creativo, inteligente, irrepetible y mañana será un anónimo, pasado mañana serán otros y pasado, otros más. Hoy es conmocionante para nosotros porque es una figura pública querida y reconocida como Facundo y mañana será igual de perturbador e inquietante para aquellos familiares o conocidos de la víctima a la que le toque la misma u otra triste suerte. Estoy escribiendo esto y aún no se saben bien los motivos por los cuales asesinaron a Facundo Cabral en Guatemala, pero lo cierto es que lo mataron, lo acribillaron junto a un representante, al chofer de la camioneta que lo transportaba y al empresario que lo había contratado, que logró salvarse. Es tremenda la noticia, pero lo más tremendo es el hecho en sí, cargado de la crueldad despreciable del acto en si mismo y de la incertidumbre que rodea el suceso. Percibir que le arrancaron la vida a un hombre como Facundo Cabral, de la nada, de repente, de manera infame y canalla es un cimbronazo emocional, pero lo es mucho más, saber que este tipo de situación se torna cada vez más común y es preocupante, muy preocupante, porque no hay nada peor que acostumbrarse al espanto, ya que eso nos insensibiliza sin darnos cuenta y nos hace cada vez más fríos y distantes.
Estoy muy apenado por la muerte de Facundo Cabral, famoso en sus comienzos como “El Indio Gasparino”, el trovador de escenarios mundanos, el reflexivo creador artístico, el místico y mítico personaje atrapante, el compositor de canciones tan simples como profundas, el talentoso inventor de textos tan humorísticos como pensantes, el ciudadano de aquí, de allá y del más allá…
Como anécdota y referencia personal, puedo recordar muchas noches compartidas junto a mi entrañable Leonardo Favio, de quien Facundo era muy amigo, cenando en restaurantes del centro de
FRASES DE FACUNDO CABRAL
"Cuando me marché de mi casa, niño aún, tenía siete años, mi madre me acompañó a la estación y cuando subí al tren me dijo: Este es el segundo y último regalo que puedo hacerte, el primero fue darte la vida y el segundo, la libertad para vivirla".
"Un día me encontré a un mendigo sentado a un basurero, al que le pregunté cuál era el mejor lugar del mundo, a lo que él me respondió: ¡Éste!. Si aquí me trajo Dios, dudo que en el mundo hubiera encontrado un lugar mejor para mí".
"Nunca voy con los que lloran y siempre con los que cantan. Los paisanos de mi pueblo cuando tienen un dolor, en lugar de andar llorando, cantan debajo del sol".
"Olvidar cosas malas, también es tener buena memoria, decía Martín Fierro. Yo digo: el olvido es una gentileza de Dios".
"Somos hijos del amor, por lo tanto no es difícil sospechar que nacemos para la felicidad. Fuera de la felicidad son todos pretextos. Además debemos ser felices por nuestros hijos, pues nada hay como recordar padres felices".
abrazo Orly!
ResponderEliminarUna gran pena y una gran pérdida. Es terrible el mundo que estamos viviendo. Estoy muy dolida y triste. Se llevaron a un elegido.
ResponderEliminarES UN GRAN DOLOR!!!UNA LOCURA QUE NO TIENE EXPLICACION!!!!
ResponderEliminar"El dia que yo me muera no habra que usar la alabanza para velar a un cantor, con una milonga alcanza"
ResponderEliminarF. Cabral
Dicen en Guatemala que se sienten avergonzados por la muerte de Facundo Cabral. Lamentablemente la vergüenza no le devuelve la vida a nuestro querido cantautor.... Q.E.P.D.
ResponderEliminarComo siempre,me llegas al alma con lo que escribis. Besos Orlando y con tu permisocomparto estas reflexiones en mi muro de face!
ResponderEliminarQué tristeza enorme ser testigo de la muerte de este hombre de bien. Un artista como vos Orlando y como tantos artistas que han recorrido su camino con dignidad, sin bajezas, con la frente en alto, en paz, pensante, bondadoso y con gran creatividad. Decía Facundo: "Aprende del agua que es humilde y generosa con cualquiera. Aprende del agua que toma la forma de lo que la abriga. En el mar es ancha, angosta y rápida en el río, apretada en la copa, sin embargo, siendo blanda moldea a la piedra dura. Aprende del agua que por graciosa se te escurre entre los dedos. Tan graciosa como la espiga que se somete a los caprichos del viento y se dobla hasta tocar con su punta la tierra pero pasado el viento, la espiga recupera su erguida postura mientras que el roble por duro no se doblega y es quebrado por el viento. Se blando como el agua para que el Señor pueda moverte graciosamente en cumplimiento de tu destino y serás eterno como él porque solo el que se deja trascender por lo trascendental será trascendente". Gracias Orlando por tu recuerdo y tus palabras hacia este enorme ser humano.
ResponderEliminarFACUNDO DIJO ALGUNA VEZ ESTE MUNDO A PESAR DE TANTO SUICIDA Y TANTO HOMICIDA TODAVIA SIGUE SIENDO HERMOSO,,SIGAMOS SUS PASOS Y VIVAMOS CADA INSTANTE EN HORNOR A ESTE GRAN HOMBRE SENCILLO Y GRANDE POR SU ANIMO DE VIVIR VIVAMOS EN PAZ,,,NOSOSTROS LOS BUENOS TENGAMOS MUCHOS HIJOS PARA QUE LOS MALOS NO NOS GANEN LA BATALLA
ResponderEliminarHonor y gratitud, al gran Facundo.
ResponderEliminarBesos Tannette.
Qué sabias palabras las tuyas, Orlando. La muerte de Facundo Cabral no hace otra cosa que demostrarnos lo confuso que está el mundo en el que vivimos. A pesar de esta muerte errada, los que somos gente honesta y de bien, debemos mantener nuestra lucha contra la corrupción, las drogas y la trata de blancas. Facundo murió por error, las balas que le dieron muerte no eran para él sino para el empresario que estaba involucrado en negocios obscuros. Una gran pena como tú dices, querido Orlando, la triste partida de este hombre admirado en el mundo entero, debe hacernos reaccionar y darnos cuenta que estamos perdidos si nos entregamos a lo meramente material. No todo es el dinero en esta vida, por eso te felicito querido Orlando, porque tus palabras son exactas y sirven para la reflexión. Que en paz descanse Facundo Cabral y que los culpables paguen por lo que hicieron.
ResponderEliminarOrlando, te felicito por tu blog y por todo lo que en él volcás desde tu interior. Me permito dejarte algo hermoso que escribió Facundo Cabral para que quede como recuerdo de este hermoso lugar que has creado. Con cariño, Sandra.
ResponderEliminarNo estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que te puebla, distraído de la vida que te rodea. Delfines, bosques, mares, montañas, ríos. No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano. Cuando en el mundo hay 5.600 millones. Además no es tan malo vivir solo. Yo la paso bien, decidiendo a cada instante que quiero hacer y gracias a la soledad me conozco... algo fundamental para vivir. No caigas en lo que cayó tu padre que se siente viejo porque tiene setenta años olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los ochenta y Rubinstein interpretaba como nadie a Chopin a los noventa, solo por citar dos casos conocidos. No estás deprimido, estás distraído. Por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un solo pelo de tu cabeza, por lo tanto no puedes ser dueño de nada. Además, la vida no te quita cosas: te libera de cosas... te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela; por eso, lo que llamas problemas, son lecciones. La vida es dinámica, por eso está en constante movimiento. Por eso solo debes estar atento al presente. Por eso Jesús decía: “el mañana no interesa, él traerá nueva experiencia, a cada día le basta con su propio afán”. No perdiste a nadie: el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte... hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Miguel Ángel, Whitman, San Agustín, La Madre Teresa,, tu abuelo y mi padre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja, porque nos hace desconfiados. No encuentras la felicidad, y es tan fácil, solo debes escuchar a tu corazón, antes que intervenga tu cabeza, que está condicionada por la memoria y complica todo con cosas viejas, con órdenes del pasado, con prejuicios que enferman, que encadenan, la cabeza que divide, que genera pobreza. Haz solo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser, será y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible y sin esfuerzo, porque te mueve la fuerza natural de la vida.
Dios te puso un ser humano a cargo y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz. Y después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda a Jesús: “amarás al prójimo como a ti mismo”. Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios y decide ahora mismo ser feliz, porque la felicidad es una adquisición. No algo que te llegará de afuera. Además, la felicidad no es un derecho, sino un deber; porque si no eres feliz, estás amargando a todo el barrio. Un solo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mandó a matar a seis millones de hermanos judíos. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los rios, el fútbol de los brasileños... Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman; la música de Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven; las pinturas de Caravaggio, Rembrandt, Velásquez, Picasso y Tomayo entre tantas maravillas. Y si en algún momento te enfrentas a la muerte, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas, si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto, tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas... Y si le ganas, serás más humilde, más agradecido... por lo tanto fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente como debe ser. No estás deprimido, estás desocupado, ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo, ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas... además, el servicio es una felicidad segura, como gozar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medida. Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el mismísimo Amor. Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas. El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace mas ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida. El bien se alimenta de si mismo... el mal se destruye a si mismo... si los malos supieran que buen negocio es ser bueno, serian buenos aunque sea por negocio.
ResponderEliminarFacundo Cabral
Gracias Orlando por permitirme dejar estas sabias reflexiones de quien vivirá por siempre en todos los que lo conocimos y admiramos