Ayer por la mañana falleció Manuel García Ferré, un hombre que con su ingenio y enorme creatividad, marcó a varias generaciones de niños argentinos.
Artista gráfico, historietista y animador de personajes emblemáticos de nuestra infancia como Hijitus, que se transformaba en Super Hijitus, Anteojito y Antifaz, Largirucho, Calculín, Oaky, el Doctor Neurus, Pucho, Petete, Trapito, el perro Pichichus, la bruja Cachavacha, El Patriarca de los pájaros, el Boxitracio y una enorme cantidad de otros queridos dibujitos animados, que nos hicieron divertir, entretener y también aprender.
Artista gráfico, historietista y animador de personajes emblemáticos de nuestra infancia como Hijitus, que se transformaba en Super Hijitus, Anteojito y Antifaz, Largirucho, Calculín, Oaky, el Doctor Neurus, Pucho, Petete, Trapito, el perro Pichichus, la bruja Cachavacha, El Patriarca de los pájaros, el Boxitracio y una enorme cantidad de otros queridos dibujitos animados, que nos hicieron divertir, entretener y también aprender.
Con
él, se marcha una gran parte de nuestra más linda, ingenua y noble etapa de
vida, la infancia, la niñez… Millones de chicos argentinos, almorzábamos
mirando sus genuinas creaciones y volvíamos del colegio a tomar la merienda,
acompañados de sus invenciones inolvidables.
Buscando
un parámetro dimensional, podríamos decir que García Ferré fue nuestro Walt
Disney, ya que su vuelo imaginario y talento artístico, lograron posicionarlo
como un creador único, que proyectó un universo de dibujos animados,
transformados mágicamente en parte de nuestra cultura, por medio de su maravilloso ingenio.
En
una entrevista, alguna vez mencionó: - “Creo
que son muy humanos, detrás de cada uno de estos personajes verá que no hay
moda, en ningún momento yo los visto a mis personajes con la moda actualizada.
Ni con las zapatillas, ni las remeras, ni los sombreros. A cada uno le pongo
una característica propia, pero sí le pongo un sentimiento, un móvil en función
en cada historieta: la bondad, el miedo, el valor, la cobardía, la ambición, la
sensibilidad "-.
Me
produce una gran pena su muerte, me entristece, porque con él, reitero, se va
también mi infancia o una gran parte de ella y la de millones de pibes que
hemos crecido junto a su mundo de fantasía.
Quedará
en nuestra historia como un extraordinario artista, que volcó en sus dibujos
animados y creaciones de ficción, un mundo infantil nutrido de pureza, lealtad,
decencia y enseñanza.
Adiós,
García Ferré… Bienvenida, infancia…
MANUEL GARCÍA FERRÉ
Manuel García Ferré, uno de los historietistas más reconocidos del país, falleció ayer por la mañana durante una operación de corazón, según informaron sus familiares. La intervención se le practicó en el Hospital Alemán de la ciudad de Buenos Aires, al que había ingresado previamente para hacerse un chequeo.
En sus más de 60 años de trayectoria, García Ferré ganó el reconocimiento de varias generaciones a partir de la creación de personajes infantiles, como Anteojito, Hijitus, Larguirucho y Petete, entre muchos otros.
Nació el 8 de octubre de 1929 en Almería, España, y a los 17 años de edad viajó hacia
- "Mis personajes tienen un fin didáctico o moralizador porque expresan ternura, sabiduría en lugar de violencia o expresiones de mal gusto. Creo que haber sufrido
Después de algunos intentos para conseguir que alguno de sus personajes encontrara la fama, en 1952 llegó el primer "sí". Fue por su personaje Pío-Pío -que vívía en un pueblo llamado Villa Leoncia, donde aparecían después Oaky e Hijitus- quien fue aceptado por la revista Billiken.
En un reportaje gráfico donde García Ferré recorrió su carrera, el historietista recordó ese momento: - "Recorriendo editorial por editorial, llegué a Atlántida con una carta de recomendación de un dibujante. Me recibió Carlos Vigil y le dejé mis trabajos. Más adelante me atendió su padre, don Constancio. Nos reuníamos semanalmente para hablar sobre mis personajes. Para un joven en una ciudad desconocida, contar con los consejos de un hombre mayor como Vigil era algo que daba mucho apoyo e impulso. Me acuerdo que cada día me esforzaba más, porque sabía que enfrente tenía un juez muy severo", comentó.
Más adelante, en 1959, decidió crear su propia empresa de publicidad de dibujos animados, desde donde creó cientos de jingles y, finalmente, en 1964 desarrolló su propia revista infantil, ‘Anteojito’, después de que este personaje de convirtiera, junto con su tío Antifaz, en uno de los más queridos de los niños en ese momento. La revista dijo adiós en 2002.
En 1967 estrenó en televisión la primera serie de dibujos animados de
Su última película, ‘Soledad y Largirucho’ fue estrenada en el invierno del año pasado, con la cantante Soledad Pastorutti como la protagonista que acompañaba a uno de sus personajes más memorables, Larguirucho, quien en la serie ‘Hijitus’ repetía "Hablá más fuerte que no te escucho".
ALGUNOS DE SUS
PERSONAJES
El historietista, que falleció ayer, jueves 28 de marzo, a
los 83 años, comentó en 1999, su visión sobre el proceso
creativo. "La realidad es mi escuela. Todo lo que uno puede imaginar ya
está dado en el escenario real. Es saberlo sentir y ver. Todos mis personajes
están inspirados en algo real. Desde muy joven, no dejo de salir a la calle con
papel y lápices en mis bolsillos. Cuando se me ocurre algo, esté donde esté, lo
traslado al papel. Si es una idea gráfica la anoto, si es un apunte al natural
lo hago, si es un personaje que surgió por observar el caminar de una persona
que vi en la calle hago el primer dibujo. Después, en mi estudio o en mi casa,
le doy el diseño, el perfil, el estilo de sus movimientos y gestos. Después
busco cómo darle vida con distintas historias y veo sus posibilidades
didácticas".
Sobre Hijitus: En
mi oficina tengo una tira de papel con la evolución de Hijitus desde su origen.
Son cuatro versiones: una de 1953, otras de 1960, 1975 y 2009. El primer
Hijitus es un chico de expresión triste y la alta galera mágica, que le sirve
para transformarse en el superhéroe Superhijitus, aparece muy maltrecha. A
medida que pasa el tiempo la imagen va recuperando el humor hasta ser un
personaje sonriente y afectuoso que arrastra un piolín con latas de conserva
usadas. A veces me preguntan por qué Hijitus sigue teniendo presencia no sólo
acá, sino también en otros países del mundo. Es que cada episodio de Hijitus es
una pequeña comedia humana dicha con humor. Me recuerda a [Charles] Chaplin,
que tuvo una infancia triste (abandonado por un padre alcohólico, la madre
muere de tuberculosis), llegó a Estados Unidos sin nada y que, sin embargo, con
talento y esfuerzo logró triunfar.
Su entorno: Mi
planteo era contra qué lucharía Hijitus. Así fue que inventé a Neurus, que era
un cúmulo de prepotencia, soberbia y ambición desmedida. Luego inventé a sus
colaterales -Larguirucho, Serrucho y Pucho-, una trilogía de ratones. Eso
también derivó a crearle un Pichichus a Hijitus. Era su vanguardia, que
rastreaba y le llevaba la información a su amo.
Larguirucho es
el personaje acomodaticio a las situaciones, tan común en la vida real.
Larguirucho tomó una fuerza muy especial, sobre todo en los adultos. Por
ejemplo, le dice refranes a Neurus. Se pone en doctor, cuando no tiene
autoridad moral.
Oaki es un reflejo
real: es el chico malcriado que cree que todo es fácil y sencillo porque los
padres le dan todos los gustos. Cuando se ve demasiado controlado por
Gutiérrez, el mayordomo, se hace amigo de Larguirucho. ¿Por qué? Porque lo que
le falta a Oaki es calle y Larguirucho tiene mucha. (.) La forma de caminar es
un recuerdo de cuando yo era chico, en España. Por aquel entonces, todavía
existía la costumbre de envolver a los chicos en un pañal. De ahí se me ocurrió
la idea de dejarlo envuelto en esa especie de pañal largo y de que caminara
como un gusanito. Esa forma de andar producía gracia.
Cansado de hacer tantos jingles comerciales, decidí hacer
una historieta que en función de cada argumento promocionara diferentes
productos. Por lo tanto, busqué dos personajes que ocuparan una franja
comercial que fuera desde la línea infantil hasta la adulta. Así nacieron el
sobrino Anteojito y su tío Antifaz, que vivían aventuras. Conseguí anunciantes
de mate, ropa, autos, hasta del ferrocarril del Estado. Promocionaban cualquier
producto menos marcas de cigarrillos y de bebidas alcohólicas. (.) Fue todo un
éxito. Salió en Canal 9 durante seis años. Fue tan popular el personaje de
Anteojito que decidimos sacar una revista de entretenimientos con su nombre.
Después decidimos transformarla en una revista didáctica.
-Dicen que Anteojito es su autorretrato... -Puede ser. Seguramente fue algo subconsciente. Ahora que con el tiempo analizo a mis personajes, veo que Calculín, Anteojito, Neurus tienen anteojos, como yo tengo desde muy chiquitito. Esto no quiere decir que me haya quedado una fijación por usar anteojos, pero había que saber llevarlos con dignidad, porque eran el pie de las cargadas y podían ser un inconveniente cuando uno se peleaba.
Mucho antes de la
Guerra de Malvinas imaginé una pareja de personajes, dos
pingüinos, que se llamaban Malvino y Argentina. Cuando vino la guerra deseché
la idea, pero la rescaté creando un pingüinito hijo de la pareja. Primeramente
lo bauticé Cuacuacua, pero me pareció que era más para un pato y jugando con el
nombre apareció Petete.
Sobre la película de ‘Manuelita’, que realizó junto a María
Elena Walsh: "¿Qué
alma le pongo a Manuelita? Si uno no tiene el alma no sabe cómo pararla o qué
gestos ponerle. Pero afortunadamente fui conociendo a María Elena y me di cuenta de que,
aunque ella no lo sepa, Manuelita es María Elena (.) Trato de encontrarme y de
hablar con María Elena cada vez que es posible y, sin que ella se dé cuenta, le
voy tomando facetas de su gran sentido del humor para trasladárselas a
Manuelita. Esta experiencia me fascina porque bucear en el alma humana es muy
lindo".