ENTUSIASMO

Una reflexión del filósofo, poeta y escritor Arturo Jauretche que más se ha replicado de sus pensamientos, encierra una verdad categórica y terminante: “La multitud no odia, odian las minorías, porque conquistar derechos provoca alegría, mientras que perder privilegios, provoca rencor”. A lo largo del tiempo, cada tanto, la frase recobra impulso porque nuestra historia está condenada a reincidir, una y otra vez, entre las miserias de unos y las conquistas de otros. Celebro estar siempre del lado del entusiasmo y no del de las mezquindades.

ALMA E IMAGEN

El tiempo nos modifica la figura, los años son inevitablemente rigurosos con nuestra apariencia, las coyunturas van variando según el destino que nos toca en suerte, pero lo que realmente importa es la esencia interior, aceptarse a uno mismo desde el alma y no tanto desde la imagen. Igualmente, me llevo bien conmigo mismo en ambos aspectos, aunque siempre priorizo lo primero ante lo segundo. Siempre.

DESGASTANTE

Es desgastante ver, escuchar y leer gente que se aferra a cosas disparatadas, desatinadas y absurdas para descargar su odio político. No descansan un minuto. Son agotadores, pesados, mezquinos, extenuantes… no saben cómo hacer para seguir confrontando. No se dan cuenta que esto no pasa por si te cae mal uno, otro u otra, es un virus que no elige por partido político. Si les llegara a tocar, por más que odien a quien odien, se van a contagiar igual y hasta pueden morir. Creo que, en un sector de la sociedad (que casi siempre es el mismo), la necedad supera al sentido común, y la imbecilidad, sobrepasa al razonamiento.

150 DÍAS DE CUARENTENA

150 días de Cuarentena. 150 días de incertidumbres. 150 días de esperanzas. 150 días de revisiones. 150 días de replanteos. 150 días de miedos. 150 días de optimismos. 150 días de desilusiones. 150 días de comidas. 150 días de carencias. 150 días de romances. 150 días de soledades. 150 días de creatividades. 150 días de medianías. 150 días de vínculos. 150 días de ausencias. 150 días de contactos. 150 días de ostracismos. 150 días de sexualidades. 150 días de abstinencias. 150 días de onanismos. 150 días de imaginaciones. 150 días de quebrantos. 150 días de recuerdos. 150 días de olvidos. La vida es una oportunidad que tenemos, una andanza que a muchos nos toca con más suerte que a otros, una responsabilidad que asumimos cuando decidimos tener hijos y una aventura amorosa que nos alcanza las veces que queremos y podemos. La vida, más allá de estos 150 días, es única y así debemos disfrutarla, sea como sea, porque no vuelve más.

ODIO SIN REPAROS

Un sector de gente en Argentina no quiere cerrar "La Grieta" y está empecinada en ir contra todo lo que no los representa. Buscan la confrontación, el choque, la compulsa constante por medio de la agresión, la embestida y la provocación. ¿Creen que así van a lograr algo fructífero? Evidentemente, no. Es más, producen el efecto totalmente contrario a lo que, supuestamente, dicen querer en su discurso republicano y moralizador. El interrogante que surge al verlos actuar es saber si realmente, algunos, tienen moral. El aborrecimiento está tan arraigado a su pensamiento, que no pueden apartarse de él y los termina transformando en seres oscuros y patéticos. Avalan causas delictivas, defienden personajes nefastos para la Patria, detestan a cualquiera que no piensa como ellos y creen ser los dueños de la verdad absoluta, denigrando, insisto, al que está en las antípodas de sus ideas y pareceres. Nunca me gustó generalizar, porque abarcar un todo es escudarse en el prejuicio, pero este grupo de la sociedad argentina tiene el peor denominador común existente: el odio. Odian sin reparos, sin distinción de clases, sin el menor remordimiento. Odiar es de psicópatas. El odio genera agobio, amargura, ira y dolor, y eso es lo que deben sentir todos los que, penosamente, viven con esa carga dentro. Quizás, este comentario les genere más odio aún y les sirva para seguir descargando su ira… En fin, cuanto más profundo es el odio, más se alejan de la conciliación y el diálogo. Lo lamento sinceramente, por mí, y por todos los que no queremos más hijaputeces, ni golpes bajos, ni especulaciones políticas, mucho menos en esta situación de Pandemia mundial; solo pretendemos una vida digna, lo más honrosa posible y que todos mejoremos el presente que nos toca en suerte.