El pensamiento desarrolla nuestra mente y en cierta medida, también, moldea nuestro carácter, nuestras actitudes y nuestra forma de ser. Ser fraternal y amistoso con quien nos brinda afecto y admiración, es una manera de retribución mutua, porque esa persona que nos demuestra cariño y es receptora del mismo amor, percibe el exacto sentimiento que nos llena el alma a quienes somos dichosos de semejante entusiasmo y gratificación. La palabra ‘fan’, deviene del fanatismo, de ser fanático/a por alguien o algo, de potenciarse como apasionado/a y entregar su preferencia y predilección en forma inalterable. Yo, más que admiradores/as, prefiero citarlos/as como amigos/as afectuosos/as que me acompañan durante el trayecto artístico desde hace mucho tiempo y trato de agradecer ese cariño y demostrar, siempre, que es muy lindo sentirse querido, destacado y honrado por otra persona. Y a medida que voy creciendo, lo valoro cada vez más. GRACIAS a todas y todos los que espontáneamente me lo han hecho saber durante todos estos años de camino compartido y me lo siguen renovando en la actualidad, día tras día, como Sebastián Spitaliere, desde Costa Rica, o Hans Berger, desde Perú, o Natalie Acevedo, desde Chile, enviándome un pedacito de grabación tomada desde las distintas radios que reproducen alguna canción mía o Fabiola Carrión, que desde Miami me envía esta foto, haciéndome saber que, durante el fin de semana, me ha tenido presente escuchando mis canciones junto a sus primos. Gracias, una vez más.
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