Muchas veces, la frase “a éste, lo vi nacer” se escucha o se repite para hacer referencia de alguien que uno conoce desde hace mucho tiempo o que quizás, en algún momento de la vida, tuvo contacto personal, trato, comunicación, relación, amistad o simple roce social. En el caso puntual de la persona a la cual dedico hoy mi espacio, puedo decir que literalmente, lo vi nacer. Fue el 1º de septiembre de 1972, yo tenía 9 años y recuerdo el momento con claridad y exactitud porque acompañé a mi madre al sanatorio donde él vino al mundo, para estar junto a su madre, en una circunstancia tan única y especial como es dar a luz al primer hijo. Su mamá es Carola Leyton, alguien que quiero profundamente por formar parte de mis afectos más cercanos desde muy pequeño, por ser una querida amiga de mi vieja, Celia, y por el lazo que la une a otro ser que conozco desde mis cinco años y por quien siento un entrañable cariño: Leonardo Favio. Ese niño que vi nacer, hoy es un hombre que bajo el legado natural que la genética nos inculca, se transformó en artista, continuando el sendero que el destino marcó de su progenitor y heredando el talento del cual es dueño su padre. Por eso hablo de genes, naturalezas y señales, ya que Leonardo, su papá, brindó desde que irrumpió en el medio artístico, primero como actor, después como director cinematográfico y finalmente como cantante y compositor, una facultad única que pocos elegidos tienen.
Nico Favio tiene en su ADN un componente intransferible que lo convierte en un artista con cualidades genuinas, singulares y privilegiadas. Es músico desde muy niño, siempre tuvo esa bella inclinación por la música que lo llevó a formar parte de varios grupos adolescentes y bandas de las cuales participó activamente como vocalista e instrumentista.
Su camino dentro del arte es muy meritorio, mucho más, teniendo en cuenta el peso que significa portar el apellido artístico que tiene y que su seguridad personal más la firme postura elegida dentro del medio, hicieron que sobrellevara de manera sencilla, tal circunstancia. No es fácil para “los hijos de”, despegar del mote en cuestión y emprender su propio camino como lo hizo Nico. Nunca explotó comercialmente su parentesco, nunca se colgó del prestigioso apellido que lleva, nunca cedió ante las imposiciones del cruel mercado de la industria discográfica y las equivocadas influencias que muchas veces rodean a los artistas con respecto a confusas posiciones que algunos intentan inculcar cuando se es joven e inexperto. Siempre tuvo las cosas claras, siempre supo qué era lo que quería para sí mismo, siempre defendió sus principios artísticos e intelectuales y logró una autonomía pura y noble que lo engrandece y lo distingue. Los años de experiencia no son en vano y una de las cosas que siempre rescato del tiempo transcurrido, es justamente el aprendizaje y la valoración que se le debe dar a lo vivido, equivocado o no, rescatando lo bueno y lo importante. Mi querido Nico, lo pudo, lo supo hacer y muy bien.
El cariño que siento por él, es el mismo que puede palpar un hermano mayor y ese afecto sincero, dejando a un costado el sentimiento, no me impide decir que a mi entender es uno de los artistas argentinos con más proyección; un cantante personal, un compositor de letras profundas y melodías bellas, un artista cabal que antepone su lugar en el escenario como forma de posicionarse en la vida.
Ha grabado varios discos, como solista y como integrante de distintas formaciones, dato que mencioné anteriormente, pero su extensa trayectoria, a pesar de ser muy joven aún, lo colocan en un lugar de madurez profesional que hacen de su último CD “Hasta la última gota”, una obra digna de escuchar. Con canciones propias y de autores como Teddy Jauren, Enrique Cadícamo, Nacho Wisky, Ariel Carlino, Kika Child, Anthony Zuñiga, Roberto Grela, Francisco Gorrindo, Charlo y Homero Manzi, nada más y nada menos, el nuevo disco de Nico Favio, es una fiel demostración que no todo está perdido en el mundo musical argentino. Que a pesar de las frías discográficas multinacionales, de los tristes accionares de ciertos directores artísticos y gerentes de la industria de la música, del poco respeto que existe en los medios masivos por los verdaderos artistas y de la sistemática inclinación periodística, radial y televisiva de muchos protagonistas del ámbito popular por establecer la idea de que “todo da igual”, lo bueno, lo malo, lo bello, lo burdo, lo exquisito, lo mediocre, lo brillante y lo opaco, se demuestra que no es así. El talento, a la corta o a la larga, siempre sobresale; por lógica y natural decantación, lo que vale, lo que se hace desde el corazón, lo que fluye con criterio estético y trabajo serio, invariablemente se destaca.
Colaboraron para esta nueva producción de Nico, músicos de la talla de Daniel Berardi, Pablo Berardi, Miguel Ángel Tallarita, Enrique Martínez Rivero, Arturo Bassnueva, Ariel Carlino, Rubén Lobo, Diego Sánchez, Fabián Bertero y Osvaldo Cabrera. El ingeniero de grabación, mezcla y masterización es Lucas Rubistein, excepto en una canción titulada “Canción de juventud”, de la cual participó Oscar Giménez, y que fue utilizada como cierre musical de la última obra cinematográfica de Leonardo Favio, “Aniceto”.
No quiero dejar de mencionar que además del respeto profesional que siento por Nico, valoro enormemente su amplitud de gusto musical, que va desde el rock, pasando por la balada, el folcklore, el tango, guajiras y otros ritmos, hasta la cumbia de su amada Colombia, donde vivió muchos años de su vida en la hermosa ciudad de Pereyra, por el exilio obligado de sus padres en aquellos años nefastos del Gobierno dictatorial. Esa amplia elección, le permiten incorporar e interpretar con gran solvencia, distintos temas que abarcan la interminable combinación de notas que se pueden plasmar sobre el pentagrama.
Todo mi cariño para él, para su madre, mi querida Carola, puntal importante de su desarrollo profesional, para su hermana María Salomé que para mí sigue siendo Pupita, Pupy, también creativa, sensible, tierna, dulce, emotiva y para su padre, Leonardo, a quien admiré desde que yo era muy niño y de quien siempre sentí un especial afecto de su parte, que retribuiré en forma de agradecimiento público muy pronto, con un disco donde interpreto sus canciones y más adelante, con un espectáculo en tributo a su figura.
Mis felicitaciones, una vez más, para Nico por este nuevo disco y por la decisión de llevar adelante sus ideales artísticos y humanos sin medias tintas. Hace unos días, en Facebook, escribí en la presentación de una canción suya para todos mis contactos: “Es un orgullo poder decir que es como mi hermanito. Todo talento, corazón y arte. Señoras, señores… con ustedes… Nico Favio. Los invito, artísticamente, a disfrutarlo.
Gracias Orlando querido por este notón, un abrazo enorme y sin lugar a dudas sos mi hermano mayor!! Sos mi hermano mayor no tengas ninguna duda y te quiero y te amo como a un hermano. Gracias a ver cuando copartimos un escenario !!!
ResponderEliminarque hermoso lo que escribiste orlando.!!!
ResponderEliminarque lindo... como lo describe a Nico!..es como si lo tuviera frente a mi!...me encanto!
ResponderEliminarYo, que crecí con la música de su padre, EL GRAN lEONARDO, hoy tengo el placer de escuchar a Nico. El legado continúa...Felicitaciones!
ResponderEliminarQué gran sensibilidad tienes Orlando. He descubierto un artista como Nico Favio por ti y me emociona tanto como su padre. Maravilloso Orlando! Gracias por tu generosidad de artista y por este blog que he descubiero y me ha encantado
ResponderEliminarMuyyyy Grosso Nico, de verdad.
ResponderEliminarGracias Orlando por esta nota, nos ayuda a conocer un poco más a ese ser tan especial ...Nico Felíz Cumpleaños hermano...No te conozco y ya te quiero!!!! Oscar Fernando...desde Colombia!!!
ResponderEliminarEstoy viendo un homenaje a Leonardo Favio en la tele y buscando recuerdos en la compu, me encuentro con un hijo de Favio que gracias a Orlando Netti, que lo describe como si lo estuviera viendo. Voy a buscar tus canciones y después te cuento que me pareció. Pero si heredaste algo de tu padre, para mi, es mas que suficiente !!!
ResponderEliminarEstoy fascinada con Nico Favio, supe de su existencia el año pasado, me encanta su estilo, me encanta su voz, me gusta su personlidad; digno hijo de tigre. En vos vislumbro los valores que te inculcó tu padre, una de ellas la coherencia. Un gran beso
ResponderEliminarUn angel musical un gran ser de luz... Dios te bendiga siempre
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