Manuel, además de formar parte de mis afectos más próximos, es un artista cabal, que encierra una serie de virtudes que escasean cada vez más en el ámbito cultural argentino. A mi entender y fuera de toda cercanía y cariño que le pueda yo tener, es un talentoso cantante, compositor, músico, actor, mimo, conductor, director… como pocos existen en nuestro país. No quiero parecer exagerado, tampoco es mi intención alabarlo gratuitamente por mi relación de amistad, pero creo fervientemente que Manuel Wirzt es un gran artista, un excelente cantante, un buen compositor, un inspirado músico, un dúctil actor, un maravilloso mimo, un cálido conductor y un creativo director, que se encuentra en un momento de su vida artística brillante, ya que además, a su rica trayectoria multifacética, se le suma una actual armonía personal que le brinda la madurez necesaria para lograr los objetivos propuestos.
Este viernes 24 de junio, Manuel se vuelve a presentar en “
Los temas originales que forman parte del nuevo compacto son “No me digas que no”, “Cuando quieras”, “No habrá palabras”, “Vamos mujer”, “Te vas a quemar”, “Tu cura”, “En la cornisa”, “Vení”, “Cuando el amor se acaba” y dos excelentes versiones de “Costumbres argentinas” de Andrés Calamaro y “Ella ya me olvidó” de Leonardo Favio además de una perla musical titulada “La vida” a dúo con el gran Luis Alberto Spinetta.
Los fanáticos y fanáticas que lo siguen desde que comenzó su carrera no se van a sorprender con nada de lo que diga en este comentario, ya que son incondicionales admiradoras / es suyos, pero quizás algún distraído o por qué no, precoz descubridor musical de temprana edad lea estas líneas y pueda interesarse en ir a ver a un talento nuestro, que merece un mayor reconocimiento masivo y popular, ya que el de sus pares lo tiene y muy bien ganado, porque todos quienes lo conocen y lo han visto cantar, tocar y actuar, saben de sus sobresalientes condiciones. Hablo de más reconocimientos y merecimientos a su figura porque a mi entender, muchas veces, nuestra idiosincrasia argentina, nos inhibe de valorar en la medida justa a personas como él, que hacen de su obra, un arte para resaltar.
En el plano personal, además de redundar en mi cariño hacia él, lo hago extensivo a su mujer Andrea Domínguez, a quien también siento de mi familia, al igual que a sus hijos Juan, Bianca y Mora, a los que vi nacer y veo crecer a la par que a mis hijos Luca y Florencia. Y ya que hago referencia al núcleo íntimo de nuestra unión de tantos años, no puedo dejar de mencionar a sus padres Olga y Osvaldo, mi querido “Chupete” y a sus hermanos Javier y Daniel, el talentoso “Tuerto Wirzt”, que a pesar de su ausencia física, permanece presente con su espíritu de eximio baterista en todos los que lo conocimos y disfrutamos.
Los invito, entonces, este viernes