MOTIVO

Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)

jueves, 7 de junio de 2012

ESTELA RAVAL: BONDAD, TALENTO y GENEROSIDAD


Ayer, a los 77 años, falleció Estela Raval, una de las artistas más importantes de Argentina y una de las personas del medio artístico con más bondad y generosidad que he conocido.
Tuve la suerte de compartir mis primeros años como profesional de la música en la misma compañía discográfica (CBS) y desde el primer momento que nos presentaron, sentí su bonhomía y delicadeza. Tengo el registro gráfico de ese momento y con él, su recuerdo latente de la gran persona que era Estela. Una mujer buena, noble, genuina, que siempre transmitía buena energía.
Artísticamente hablando, una de las más grandes de nuestro país, con una vasta y exitosa trayectoria internacional, que la ubica entre las figuras más significativas del mundo artístico.
Desde muy niña, se destacó por sus aptitudes vocales y a los 12 años, junto a su hermano Manuel Ravallo, bandoneonista, apodado “El Colorado”, empezó a cantar de manera profesional, interpretando temas folclóricos. A comienzos de los años ´50, integró el trío “Las Alondras”, con quienes visitó algunos países limítrofes. En 1956, formó parte de un cuarteto vocal llamado “Los Cuatro Bemoles” y con ellos grabó algunas canciones y siguió realizando presentaciones. Un año más tarde (1957), junto a Ricardo Romero, padre de sus 3 hijos, formaron un quinteto denominado “Los Cinco Latinos”, donde compartía escenario con el mismo Romero, Héctor Buonsanti, Mariano Crisiglione y Jorge Pataro; a los dos años, Pataro fue reemplazado por Carlos Antinori, quien formó parte del grupo hasta la actualidad.
Tuvieron una gran repercusión y grabaron discos que marcaron época, no solo en los países de Latinoamérica sino también en los de Europa y Estados Unidos. Una de las canciones más emblemáticas del grupo vocal es “Balada de la trompeta”, que recorrió todo el mundo durante décadas.

En 1970, Estela inició su carrera como solista, siempre acompañada por su marido Ricardo Romero, que además de asesorarla musicalmente, se hizo cargo de su manejo profesional. Grabó dos discos con el “Trío Los Panchos” y completó una discografía como solista de 12 producciones, a la que se suman 22 Long Plays con “Los Cinco Latinos” (desde el ´58  al ´69) y 18 discos más en su última etapa desde 1982 como “Estela Raval y Los Cinco Latinos”. También realizó un disco doble con Alberto Cortez y muchas participaciones junto a otros cantantes en duetos donde siempre se destacaba su fresca y afinada voz.
Tengo muchos momentos atesorados junto a Estela y siempre han sido marcados por su calidez, cobijo y simpatía; menciono estas tres características porque siempre ha sido cálida conmigo en sus charlas y consejos, me he sentido cobijado por su generosidad y espontaneidad y he disfrutado también de su simpatía y humor. Mientras escribo estas líneas, comparto con ustedes algunos instantes que retrotrae mi memoria donde he disfrutado de ella y con ella. Puedo citar el verano de 1988 en Mar del Plata donde compartí casi cotidianamente esos meses con ella, que trabajaba en el Hotel Hermitage junto a mi querida Dorys Del Valle, Emilio Disi, Raúl Lavié y gran compañía, los que después de las funciones y la cenas post teatro, se quedaban en grupos jugando a las cartas, al bingo, a la ruleta o simplemente charlando, pasándola bien; yo hacía base en Mar del Plata, saliendo de gira por distintas localidades de la costa y mi amistad con Martín Guerrero, hijo de Dorys, hacía que estuviera mucho tiempo con ellos y con Estela.
Recuerdo su presencia en mi camarín, después de brindarme el honor de su visita como espectadora en un show mío que daba en Tío Curzio, encuentros en distintos eventos, en estrenos, en espectáculos, en festivales musicales que hemos compartido como invitados, en la grabación del ya mítico tema "Argentina es nuestro hogar", donde varios artistas argentinos nos juntamos en pos de juntar fondos para los damnificados de las inundaciones ocurridas en 1985, en fin… infinidad de coincidencias profesionales y por qué no también personales, ya que sus hijos fueron al Instituto Lange Ley, colegio al que también fui yo, ubicado a la vuelta de su linda casa de la calle Ugarteche en el barrio de Palermo.
Haciendo honor a su nombre, Estela, dejó estelas diversas en todos los que la conocimos. Estelas de cordialidad, de bondad, de generosidad, de humanidad, de calidez y en su faceta artística, las estelas de talento, de respeto, de permanencia y calidad, continuarán por siempre en el recuerdo del público que la admiró, admira y admirará, ya que Estela Raval, forma parte de la galería “estelar” de artistas argentinos que se mantendrán eternamente en el cariño de la gente.

4 comentarios:

  1. Juan Carlos González Moreno7 de junio de 2012, 22:11

    Escucho a Estela Raval y recuerdo a mis padres,disfrutando del arte de esta gran dama.

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  2. QUE LINDA SIEMPRE TAN SEÑORA.LO LAMENTO

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