La vida es muy corta y en
cualquier momento se puede interrumpir abruptamente, por eso tenemos que
aprender a disfrutarla día tras día y poner en práctica lo que muchas veces
repetimos de la boca para afuera, pero no llevamos a cabo cotidianamente,
cuando hacemos referencia al aprovechamiento de los lindos momentos, de las
buenas compañías, de la familia, los amigos y la gente querida.
Adrián Otero, gran cantante,
talentoso artista argentino, falleció súbitamente hace dos días en un accidente
automovilístico y produjo un vacío más dentro del golpeado mundo de la música
argentina. Los golpes a los que me refiero, no solo son profesionales, ya que
la industria musical de nuestro país, viene siendo bastante vapuleada desde
hace un largo tiempo a esta parte, sino también emocionales, porque en un lapso corto de tiempo, hemos perdido físicamente a varios importantes representantes
artísticos argentinos.
Otero fue un vocalista muy
personal, de gran calidad y distinguida presencia, que dejó su sello marcado a
fuego como cantante de Memphis, La
Blusera , una banda de blues y rock nacida en el año 1978, de
la cual fue voz mandante y compositor de gran parte de su repertorio desde 1980
hasta 2008.
Tuvieron muchos éxitos en su
extensa trayectoria, entre los cuales puedo recordar “Blues de las 6 y 30”, “La
flor más bella”, “La
Bifurcada ”, “Rodar o morir”, “Irresponsables”, “Un montón de
nada” y “Moscazo, pizza y fainá”, entre muchos otros.
Se dieron el gusto de tocar en el
Teatro Colón de Buenos Aires, acompañados por la Orquesta Sinfónica
Nacional, con quienes reversionaron sus canciones para la ocasión en mayo de
2002. Hicieron más de 2.300 presentaciones en vivo y grabaron 13 discos. Se
destacaron siempre por mantener una coherencia musical y respetar su ideología
artística, además de transformarse con los años, en un sello indiscutido del
blues argentino.
Adrián Otero, porteño de ley,
hincha fanático de Vélez Sarfield y particular personaje, se caracterizó
siempre por su talento vocal, estilo personal y solvencia escénica, que
acompañaba con un estilo bohemio y frontal, en su forma de ser.
Es doloroso perder artistas de su
talla y mucho más cuando todavía tenía mucho para entregar y compartir con
todos los que lo admiramos.
Tenía solo 53 años y hacía 4 que había
reestructurado su vida personal y también su carrera artística, grabando su disco
debut como solista titulado “Imán”, motivo por el cual tuve oportunidad de
relacionarme más asiduamente de lo que lo había echo en años anteriores,
coincidiendo circunstancialmente en eventos, reuniones y festivales. Mi labor
como productor general durante dos años de una radio de rock nacional dirigida
por Gustavo Lutteral (RPN 93.7), permitió el contacto más directo entre
nosotros y que descubriera a un tipo muy cordial, afable y afectivo, además del
conocimiento que ya tenía sobre su calidad artística.
Lamentablemente, un accidente
automovilístico en la autopista Rosario-Córdoba, tras una imprudencia o
descuido por apagar un cigarrillo, según contó su sobreviviente acompañante Analía
Miguel, provocó el fallecimiento, después de varios trompos y volcar en su
Honda Accord, modelo ´94, que él mismo manejaba.
Para cerrar este sentido recuerdo
en su memoria, quiero compartirles una autodefinición que Adrián hizo en una
entrevista de 2001 sobre sí mismo: - “Siempre fui un hombre muy popular, fui a
colegios del Estado, paré en la esquina, soy un muchacho de barrio. Cuando
aparecí en la tele, todos los vecinos dijeron: “¿Mirá vos?… Trabaja”, sino
nadie sabía qué hacía yo volviendo casi
siempre a las dos de la mañana”. -
Quedará su recuerdo imborrable en
todos los amantes del blues y su voz única, con ese toque característico
rasposo y personal, permanecerá inalterable de aquí a la eternidad.
Soy Analia Miguel, nunca dije que fué ese el reál motivo del accidente. Siempre me callaron por intereses creados. ADRIÁN NO COMETIÓ NINGÚN DESCUIDO. Gracias.
ResponderEliminarSoy Analia Miguel, nunca dije que fué ese el reál motivo del accidente. Siempre me callaron por intereses creados. ADRIÁN NO COMETIÓ NINGÚN DESCUIDO. Gracias.
ResponderEliminar