NACER DOS VECES

¿Será que los años lo ponen a uno más sentimental o es que la vorágine en la que estamos inmersos, hacen que cuando nos tomamos una pausa para la reflexión, surjan con más emotividad los pensamientos que uno recorre de su vida? No sé, pero últimamente me pasa esto y está bueno que me ocurra, porque permite que los recuerdos afloren sensiblemente y me traslade a momentos y circunstancias especiales de mi vida, como cuando en el año 1990, decidí irme a vivir a México.

Llegué al Distrito Federal solo, sin conocer a nadie, sin hospedaje fijo, sin contactos profesionales ni personales más que una señora que trabajaba en la Embajada Argentina, a la cual tampoco conocía personalmente y que me había recomendado mi amigo Vicente Sardelich Brian.

De a poco me fui ambientando, alquilé un cómodo departamento en el barrio de Polanco (Masaryk y Escobedo), contacté gente del medio artístico local, representantes, artistas, me reencontré con Adrián Posse, autor, compositor y productor musical argentino que por ese entonces también había desembarcado en México en soledad, y que además había sido productor artístico en el primer disco que yo había grabado, relacioné amigas mexicanas que había conocido en viajes anteriores y llegué a cenar a un restaurante argentino que era el sitio obligado de todo coterráneo que estuviera en esa tierra: “El Rincón Argentino”. Allí conocí a Matías Mc Cluskey, el que hoy, después de 22 años, es mi amigo entrañable, socio carnal y empresarial y protagonista de este segmento que hoy le dedico con todo cariño, ya que además de merecerlo por todo lo que lo quiero, hoy 12 de Septiembre de 2012, cumple un año de su segunda vida.

Hace exactamente un año atrás, lo operaban a corazón abierto por un mal funcionamiento de unas válvulas rebeldes del motorcito que rige nuestro andar. Felizmente, todo salió muy bien, con dolor, pero muy bien. La intervención fue todo un éxito, gracias a la sabiduría, experiencia y capacidad médica del Dr. Alejandro Machain y también del Dr. Christian Smith, que lo atendieron y contuvieron antes y después de la difícil operación junto a todo el equipo de asistentes y enfermeras del Hospital Británico.

Por suerte, la dolorosa recuperación, estuvo dentro de los parámetros esperados, fue muy alentadora y evolutiva, así que en pocos meses, mi querido Mati, pudo volver a ser el que era, con los cuidados del caso, obviamente.

Hoy, después de un año de ese suceso que lo vuelve a la vida por segunda vez, lo encuentra radicado nuevamente en México, con trabajo, proyectos y un esperanzador futuro profesional, que seguramente, más adelante, se transformará en placer personal junto al amor de sus hijos Gerónimo y María, sus dos soles y razones de vivir.

Nuestra amistad se caracterizó desde el mismo momento en que el encargado del “Rincón Argentino”, el querido Favaretto (“Fava” pa´ los muchachos de la barra) nos presentó, por la buena conexión, la misma frecuencia, el exacto y símil andanivel que hizo de nuestra relación, algo férreo y duradero; hablando en códigos cotidianos: “Pegamos onda desde el comienzo”. Y esa onda se fue expandiendo cada vez más de una manera sólida, resistente, compacta hasta llegar al consistente lazo actual que tenemos de hermandad elegida por ambas partes.

La amistad para mí es muy importante y porque la valoro enormemente, resalto más el compromiso con mis amigos verdaderos, sobre todo cuando ese amigo se transforma en hermano elegido, como digo, que quizás es más meritorio por el hecho de haberlo preferido especialmente.

Con Matías hemos vivido juntos infinidad de situaciones anecdóticas, interminables coyunturas, increíbles acontecimientos, angustiantes sucesos y maravillosos momentos, pero fundamentalmente historias de vida donde la nobleza, la lealtad y la sinceridad han predominado y marcado nuestra amistad.

Si hago un racconto rápido por algunas de las cosas que hemos compartido, puedo mencionar los partidos de fútbol del equipo argentino en México donde desplegábamos nuestra pasión futbolera en tierras aztecas; eventos, fiestas, reuniones sociales y empresariales donde disfrutamos, nos divertimos, padecimos, volvimos a gozar, renovamos sufrimientos y nos alegramos nuevamente; el programa que realizamos en dupla por Radio Mitre de Argentina titulado “De Cada DKDA”, que nos posibilitó encontrar un espacio en común para reírnos con algunos personajes que yo hacía y él contraponía, regocijarnos con la música que compartíamos con los oyentes y complacer nuestra inquietud creativa a través de la magia radial; su larga etapa de manager en el mejor momento de Luis Miguel, artista que Alex, su padre, integrante original del mítico cuarteto vocal “Mac Ke Macs” y respetado representante artístico de grandes figuras mundiales del entorno musical, logró posicionar al lado de Hugo López como personalidad sobresaliente de la música hispana; nuestros cuantiosos trabajos realizados como productores de eventos y cientos de proyectos elaborados en común que fueron concretados y muchos otros desechados o apropiados por terceros; viajes, shows, trabajos en común que nos han nutrido y fortalecido, en fin… sería muy numeroso y pesado citar aquí la enorme cantidad de cosas que hemos establecido juntos y por suerte, seguimos plasmando, pero sí quiero compartir en este espacio, la alegría y satisfacción que me produce contar con un amigo como Matías, de quien recibo el mismo afecto, franqueza, compañerismo, comprensión y lealtad que yo le brindo a él.

En el plano íntimo, también siento a su familia siempre afectiva y cercana a mí, desde el recuerdo cálido e inolvidable de Alex, su viejo querido y admirado, pasando por sus hermanos, Alejandra, Constanza, Christian, Marcos y Lucas, enalteciendo su firme fortaleza como bandera familiar, hasta su amorosa madre, Pinty, que con temple y bondad, ha cobijado siempre a sus hijos y a los amigos de sus hijos.

Es muy gratificante para mí poder volcar aquí el cariño que siento por los que quiero sinceramente y compartirlo con quienes se dan una vuelta cibernética de vez en cuando por este espacio donde acomodo sentimientos, sensaciones, pensamientos y pareceres. Es una satisfacción personal que me doy y les doy a las personas que están cerca de mi corazón; Matías es indudablemente una de ellas y por eso, celebro nuestra amistad, nuestra sociedad, nuestra pasión boquense, nuestros ideales, nuestros sueños, nuestras concreciones y nuestras realidades. Festejo también este primer cumpleaños de su segunda vida con toda ilusión y esperanza de saber que lo mejor está por venir.

¡TE QUIERO, MATI!