Leonardo Favio es alguien muy
especial en mi vida. Primero, porque fue uno de los amigos de mi padre que él
más quiso y probablemente con quien más regañó, sobre todo en la época que
trabajaron juntos profesionalmente. Segundo, porque he crecido junto a su etapa
de esplendor artístico musical y cinematográfico y el hecho de vivirlo tan
cercanamente, su figura siempre fue grandiosa y emblemática para mí, con el agregado
superlativo de incrementar mi relación de cariño y proximidad a medida que fui
creciendo hasta transformarme y sentirme su amigo, también. Fue tan importante
en mi crecimiento que llegó a marcar además, la etapa de mi adolescencia
fuertemente por medio del compromiso social y político que coincidía con el
retorno de la democracia en Argentina por esos años. Y tercero, porque a través
de la admiración y predilección que siempre encontré en él, influyó enormemente
en mi decisión interior de ser artista, seguramente sin que él sea consciente
de esto.
Más allá de estas razones
personales, Favio es particularmente representativo como ícono de nuestra
cultura argentina, que después de más de cuarenta y tantos años de trayectoria,
abarca gran parte del mundo de habla hispana, dejando huella firme y perpetua
con sus canciones “simples y cotidianas” (como a él les gusta llamarlas). Su
cine es el fiel reflejo de la sensibilidad de niño frágil y tierno que supo
ser, basado en una mágica e intuitiva creatividad, que lo transforma en único e
irrepetible.
No es mi intención hablar de su
obra, porque ella misma habla por sí sola, tampoco quiero adjetivizarlo como
han hecho muchos periodistas y seguidores a lo largo de su carrera, si bien
podría repetir abundantes elogios a su talento; mucho menos estoy aquí para referirme
a su intelecto y superación, ya que los logros obtenidos en su vida dan muestra
de la capacidad y fortaleza interior que un niño casi analfabeto como él ha
sido, pudo alcanzar sus metas, casi sin darse cuenta al comienzo del camino y adquiriendo
respeto y reverencias en el último tramo de su heterogéneo recorrido.
Hace unas semanas atrás, en su
última aparición pública, con motivo de un reconocimiento a su representación
cultural por parte de los integrantes del Congreso de la Nación , el Presidente de la Cámara de Diputados, dijo: “Leonardo
Favio es un hijo del pueblo que retrató con su arte las mejores convicciones de
los argentinos. Su obra es ya patrimonio del pueblo argentino, porque
representa de una manera muy fuerte toda nuestra historia política, social y
cultural, y creo que ése es el principal motivo que tenemos para agradecerle a
este argentino con convicciones intransferibles”. Y yo agrego que él, además de
ser un mito viviente, entre otras cosas por haber alcanzado algo que muy pocos
logran: ser un artista popularmente intelectual e intelectualmente popular, ya
que su obra cinematográfica y musical, lo posicionan como un referente casi
único que ha sabido llegar al corazón de ambos mundos, de manera natural, es
también símbolo de una época venturosa y próspera, donde su figura sobresalió a
fuerza de talento e intuición.
Favio es un artista singular que
supo aunar siempre el arte con el compromiso social y esa característica, lo
hace aún más infrecuente y privilegiado.
Su fibra y valía personal y
artística tiene continuidad en su hijo Nicolás, mi Nico querido, que ha
heredado no solo su capacidad creativa sino también su misma sensibilidad
humana. Y para dejar su trazo genético completo, María Salomé, Pupy de mi
corazón, es quien lleva su apellido colmado de belleza, externa e interna, fruto
de su amor con quien es su compañera incansable de mil batallas, mi adorada
Carola.
Es difícil separar mi profundo
cariño personal con lo profesional, pero intentando dejar de lado el gran
afecto que le tengo, creo que Leonardo es de las personas sobresalientes del
arte latinoamericano, que abarca la actuación, la música, la composición, la
interpretación, la dirección, el guión, la poesía y en todo se destaca por su
originalidad, sensibilidad y talento.
Contradiciendo una de las letras
de sus canciones, donde refleja su humildad y hace referencia a una supuesta limitación
suya como autor e intérprete, Favio es
un cantor de pueblo con mucho vuelo y coincidiendo con la continuación de ese
texto que tituló “Si mi guitarra canta como canta”, justamente, como es de
pueblo siempre supo lo que quiso, cantándole a la gente simple y sencilla, a la
que de igual manera cautivó como director cinematográfico, con sus magnánimas
obras fílmicas, que forman parte de la mejor historia del cine argentino.
Y para cerrar esta sentida
evocación, tomo su propia inspiración y lo describo tal cual él se siente: Leonardo
Favio es algo mentiroso, pero tan solo un poco, tal vez lo imprescindible para
pode vivir, a veces fue valiente y ha conocido el miedo, pero vive el orgullo
de no ser ni en sueños, traidor. A veces hizo trampa, a veces hizo daño, otras,
se brindó entero. Amó mucho, lo amaron y ha dejados sus frutos, aprendió de un
judío qué es respeto y amor, piensa que es pecado de muerte explotar a los
pobres y a ese obrero judío, eligió como Dios. Se quiere cuando sueña que muere
por la gente, aunque después, despierto, es un pobre bufón, le encanta
trasnocharse con putas y ladrones y borracho mil veces, lo ha descubierto el
sol; más por si acaso alguno, para mentirle al pueblo, alguna vez necesitó su
canto, su guitarra o su voz, se encargó de decirle que con él, nunca se
equivoquen, que sabe bien lo que quiere, a su lado poetas, alpargatas y sudor.
¡TE QUIERO, MI ENTRAÑABLE LEONARDO!
EXCELENTEEEEEEE!!!!! CAPO FAVIO Y CAPO VOS QUERIDO ORLANDO!!!!!!!!! DOS MONSTRUOS DEL ARTE ARGENTINO!!!!!! VIVA PERON!!!!! VIVA FAVIO!!!!!! VIVA NETTI!!!!!!
ResponderEliminarFavio es el mayor representante de nuestra cultura como cantante, como director, como simbolo cultural. Que lindo lo que sentis y escribiste del gran Leonardo Favio. Hermoso.
ResponderEliminarTuviste la suerte que todos anhelamos tener muy de cerca al maestro....tu corazón debe vivir tranquilo hermano faviano!!!!
ResponderEliminarUN GENIO DEL CINE Y DE LA CANCION.....INOLVIDABLES SUS PELÍCULAS y SUS TEMAS....GRACIAS PPOR EXISTIRR FAVIO Y A VOS ORLANDO POR ESE CARIÑO QUE LKE TENES COMO TODOS LOS QUE LO ADMIRAMOS TANTO
ResponderEliminarFavio es mi idolo de siempre. Es el mejor director de cine argentino y el cantante con mas sentimiento de todos. Un grande de verdad. Un genio!!!!! Gracias Netti por este homenaje.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu blog y comparto la enorme admiración por el genial Leonardo Favio...
ResponderEliminarlindo
ResponderEliminarHermoso lo que has escrito Orlando. Siempre será el mas grande. Favio es lo maximo!!!!!
ResponderEliminar