MOTIVO

Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)

miércoles, 12 de junio de 2013

¡AL GRAN AMADEO, SALUD!... ¡Y FELICES 87!


Hoy cumple 87 espléndidos, lúcidos y felices años, el Gran Amadeo Carrizo, arquero emblemático de nuestro fútbol argentino, histórico portero del arco de River Plate, bondadoso, afable y muy querible ser humano.
Todos los que me conocen, saben que mi pasión por Boca Juniors es intensa e incondicional, y que esa vehemencia de hincha fanático, me cataloga orgullosamente más que como boquense, como “bostero”, porque esa denominación, supuestamente ofensiva del resto de los equipos, nos enaltece aún más y posiciona como seguidores fuertemente animosos, que supera el entusiasmo por preferencia extrema.
Esta aclaración vale para aquellos que quizás no comprenden cómo un hincha de Boca acérrimo como yo, le dedica un espacio destacado a una gloria riverplatense como el querido Amadeo, ya que me une a él un afecto especial y una historia que pudo haber cambiado el destino profesional de mi vida.
Siendo muy jovencito, 13 años, y entusiasmado por el sueño de ser jugador de fútbol, fui a probarme a Boca, cuando “La Candela” era el lugar de concentración y entrenamiento de la primera división y las inferiores. Tuve la suerte de quedar elegido entre muchísimos niños y comencé a practicar y jugar entre dos y tres veces por semana; mi  empeño y fervor, hacían que me destacara como goleador de mi división y que mi alegría creciera cada vez más por ir logrando esos pequeños objetivos, que se iban transformando en aspiraciones cada vez más concretas. El único tema conflictivo que surgió en aquél momento con mi familia, fue la lejanía del lugar donde entrenábamos y la complicación que le producía a mi viejo, llevarme y traerme varias veces semanalmente desde Capital Federal hasta San Justo, en la Provincia de Buenos Aires.
Sin decirme nada y con la mejor intención de mi padre (estoy seguro), impulsado sin duda alguna por esa pronunciada incomodidad de idas y venidas tan extensas, con impredecibles lluvias y largas calles de barro mediante, le pidió a Carrizo, amigo suyo a través de la relación profesional que ligaba al querido Amadeo con Gatic, fábrica del afectuoso, apreciado e inolvidable Eduardo Bachelián, que producía Adidas en Argentina y de la cual mi padre era encargado de la publicidad a nivel nacional con su agencia Dinam Publicidad, que fuera a verme jugar para evaluar si podía llevarme a probar a River; ¡Justamente a River!
Ese día, mi olfato goleador no falló y convertí 2 de los 3 goles con los cuales ganó mi equipo, en el cual ocupaba la posición de centrodelantero; para ser sincero, debo confesar que mi juego estaba más cercano a ser un 9 efectivo y rendidor que a uno sagaz y habilidoso, pero como suele repetirse en los ámbitos futboleros: “Lo importante es que el 9, la meta adentro, no importa cómo lo haga, pero que la meta” y yo, modestamente, cumplía con la regla .
Más allá del hecho, evidentemente, Amadeo me vio condiciones y confirmó el pedido de mi viejo de llevarme al Club de Núñez para probar suerte; recuerdo que para mí fue un conflicto interno bastante fuerte, ya que sentía como una especie de traición al corazón, pasar del club de mis amores al histórico archi rival.
Muy a mi pesar y después de largas charlas familiares, acepté las razones de mi padre, que se basaban fundamentalmente en la imposibilidad de seguir acompañándome hasta tan lejos y la cercanía que existía entre mi casa, ubicada en Palermo y el barrio de Núñez.
Fui a la prueba en River, nuevamente cumplí con mi rol de goleador y debuté con 3 goles que posibilitaron la inmediata aceptación del entonces entrenador de inferiores, Martín Pando, de quien tengo un gran recuerdo por su vocación docente y calidad humana. Como significativo, puedo mencionar que algunos de mis compañeros de ese equipo, llegaron a primera división como Jorge “Tapón” Gordillo, por ejemplo.   
Cuando los compromisos fueron cada vez más continuos y los partidos se realizaban en distintas provincias argentinas, a veces a mitad de semana, provocando una discontinuidad en la educación adolescente, mi padre priorizó el colegio antes que el fútbol y en cierta medida, frustró mi carrera de jugador.
Mi querido Amadeo Carrizo fue muy alentador en una primera etapa, un justo mediador entre mi padre y yo al momento del conflicto al cual acabo de hacer referencia y bastante contenedor cuando dejé de lado el sueño de jugar profesionalmente al fútbol.

Por todo esto y porque es un gran ser humano, bueno, noble, auténtico, humilde, respetuoso, reservado, franco, honorable e ilustre, lo saludo desde aquí con todo cariño, lo recuerdo con gran ternura y lo enaltezco con sumo entusiasmo, ya que además de ser uno de los arqueros más importantes de nuestra historia, sino el más trascendental del fútbol argentino, es una persona que supera humanamente sus logros deportivos, justamente, por su integridad y valores.
¡Felices 87 pirulos, queridísimo Amadeo!, más allá de los apasionamientos futbolísticos, las diferentes preferencias y los distintos colores auriazules y rojiblancos.
Mi cariño más sincero, mis mejores deseos y el mejor de los recuerdos para “EL GRAN AMADEO”.

AMADEO CARRIZO

Nombre completo: 
Amadeo Raúl Carrizo 
Fecha de Nacimiento: 
12 de Junio de 1926 
Lugar: 
Rufino (Santa Fé) 
Puesto: 
Arquero
 

Fue uno de los pioneros en la innovación de técnicas y estrategias en su puesto de guardameta, tales como salir de su área para participar en la defensa; lanzarse a los pies del contrario para arrebatarle el balón en un ataque y utilizar el saque de portería para iniciar un contraataque. También fue el primero en utilizar guantes como medio auxiliar, herramienta hoy corriente para todos los arqueros.

Su estilo de juego formó escuela entre otros afamados porteros latinoamericanos. Jugó ininterrumpidamente en River Plate desde el año 1945 hasta 1968. Jugó el Mundial de Suecia del ´58, ganó la "Copa de las Naciones", disputada en Brasil en el ´64, terminando con la valla invicta, ante equipos de la envergadura de Portugal, Inglaterra y Brasil, el, en ese momento, Campeón del Mundo (Chile ´62), teniendo Carrizo una destacada actuación en todos los partidos, pero sobre todo ante el dueño de casa, en donde Amadeo fue enorme, al frustrar uno tras otro los intentos del equipo de Pelé, y coronando su tarea con un penal que le contiene con "mano cambiada", dirigido por Gerson al ángulo izquierdo, una noche estupenda para Argentina y el gran Amadeo Carrizo. 



En los años 1969 y 1970 jugó para Millonarios de Colombia antes de su retiro definitivo. 
El gran arquero ruso Lev Yashin apodado "La araña negra", lo llenó de elogios y en el único partido que se enfrentaron, el ruso le regaló como homenaje, sus guantes. Fue compañero, entre otros, de Alfredo Di Stéfano, otro grande de River Plate y Millonarios. 
Fue definido en medios europeos como el mejor guardameta del siglo XX en Latinoamérica. La revista deportiva "El Gráfico", en una nota especial lo calificó como:"Un Maestro Sin Época". 

Amadeo dice que su vida cambió cuando Héctor Berra, un antiguo atleta que participó en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles ’32, envió una carta a Carlos Peucelle, por entonces técnico de las inferiores de River, recomendándole a Carrizo. Así fue como llegó al club que marcó su carrera y en el que se mantuvo como guardavalla titular del primer equipo durante más de 500 partidos. 

Debutó en la Primera División argentina en 1945 con River Plate, cuyo juego en aquella época le había valido el apodo de "La Máquina". En ese tiempo compartió vestuario con algunos de los mejores futbolistas argentinos de la historia, como Alfredo Di Stéfano , José María Moreno, Adolfo Pedernera, Ángel Labruna, Juan Carlos Muñoz , Néstor ‘Pipo’ Rossi y Félix Loustau, entre otros.

Seguidor de Independiente cuando era niño, su llegada a River le cambió la vida y desde ese momento en su corazón sólo hubo sitio para los colores de este equipo. El debut con River le llegó con 19 años, precisamente contra Independiente. 
River se impuso ese día por 2-1 y Camilo Cerviño pasó a la historia por ser el autor del primer gol que sufrió Carrizo como profesional. 
Su hoja de ‘servicios es tan extensa como brillante. Es el futbolista que más partidos vistió la camiseta de la banda y el único portero que fue campeón en seis ocasiones, incluido el tricampeonato de los años 1955, 1956 y 1957. 

Además, en la selección participó en el Mundial de Suecia ’58 y en la Copa de las Naciones de 1964, en Brasil, donde fue el héroe al contenerle un penal a Pelé y Argentina quedarse con el título, tras vencer a los locales, 3 A 0, Portugal 2 A 0 e Inglaterra, 1 a 0.

Fue un pionero en la innovación de las técnicas y estrategias del puesto Nº 1. 
Carrizo fue el primer arquero que usó guantes de forma sistemática, el primero en salir del área para jugar fuera de ella y el primero en utilizar el saque de portería, usándolo como táctica para iniciar jugadas de contragolpe. 


Su forma de actuar en el arco ha sido seguida por muchos otros reconocidos arqueros sudamericanos, como Hugo Orlando Gatti, René Higuita, o José Luis Chilavert, entre otros. 

Dejó la entidad en 1968, con 42 años, y apuró sus dos últimas temporadas como profesional en Millonarios de Colombia. A su regreso a Argentina tuvo un efímero paso como técnico de Deportivo Armenio y posteriormente siguió vinculado al fútbol como relaciones públicas de una marca comercial (Adidas) y de River Plate.


SU TRAYECTORIA

Jugó 4 décadas 
Ganó 6 títulos con River Plate(1945, 1952, 1953, 1955, 1956, 1957) 
Ganó 1 titulo con la Selección Nacional
(Copa de las Naciones - Brasil - 1964) 
Tuvo 769 minutos el Arco invicto en River Plate
Tuvo 490 minutos el Arco invicto en Millonarios (Colombia) 
Jugó 521 partidos en River Plate (Récord) 
Jugó 60 partidos en Millonarios 
Jugó 25 partidos en Copas Libertadores 
Jugo 20 veces para la Selección Nacional 
Atajó 18 penales en River Plate
Atajó 2 penales en la Selección Nacional



2 comentarios:

  1. Un grande de verdadd Amadeo!!! Y vos otro grande!!!!! Saludos y lo mejor Orlando!!!!!!

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  2. Hola, saludo desde Colombia. En mis tiempos de estudiante escolar conocí al gran Amadeo en su paso por Millonarios de Bogotá, club al que llegó con 43 años y para el cual jugó aproximadamente 2 años. Fue uno de mis ídolos desde tiempos de River Plate, aquel equipo que tenía entre sus filas a Matosas, Varacka, Cap, Sarnari, los Onega, Lallana, Más, etc. Obtuve una fotografía suya autografiada, que con los años lamento haber perdido. Me la hizo llegar a través de su amigo y compañero de divisa Pedro Prospitti porque Amadeo no pudo hacerlo personalmente porque en el momento estaba "garchando". Perdóname lo explícito, pero para mí es una simple anécdota. Muy pocos podrían decir que mientras Amadeo se divertía con una admiradora, yo estaba en la antesala de su departamento atendido por Prospitti (River, Independiente, Millonarios, Santa Fe, Once Caldas, Independiente Medellín). No sé si el hijo de Rufino lo recuerde ahora, pues han transcurrido 44 años a la fecha de hoy. Eso sucedió en el lugar de residencia de Amadeo, Edificio Residencias NIMAJAY, que aún existe en el llamado Centro Internacional de Bogotá, sector donde se concentraban la mayoría de argentinos, brasileros y uruguayos que jugaban en los equipos de Bogotá, Santa Fe y Millonarios.
    Mi correo, por si te interesa, es:
    fernandotovar52@gmail.com

    Cordial saludo desde Colombia.

    FERNANDO TOVAR

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