Ayer, domingo 29 de septiembre, falleció a los 87 años la
actriz Patricia Castell, una mujer que interpretó muchos personajes en cine y
televisión, que han quedado en la memoria y, seguramente, permanecerán en el
recuerdo latente de muchas generaciones de argentinos. Si bien nunca realizó
papeles protagónicos, su ductilidad y gran capacidad profesional, hizo que se
destacara acentuadamente como ‘Amanda’ en “Me llaman Gorrión” con Beatriz Taibo,
‘Ernestina’ en “Malevo” con Rodolfo Bebán, ‘Delfina’ en “El Cuarteador”, también
con Bebán, ‘Carmen’ en “Andrea Celeste” con Andrea Del Boca, ‘Célica Castellini’
en “Celeste”, también con Del Boca o la enérgica directora Ezcurra de “Señorita Maestra”
con Cristina Lemercier.
Justamente, en "Señorita Maestra", a comienzos de 1983,
que se transmitía por el entonces ATC (Canal 7), produciendo un gran suceso
televisivo por aquellos años, fue donde la conocí, ya que allí se produjo mi
debut televisivo como un muy jovencito maestro de música. Tengo latente aún el
momento de grabar mi primera escena junto a ella y al querido Héctor Fernández
Rubio, que personificaba al inolvidable ‘Efraín’, cobijando a sus “blancas
palomitas” (así les decía a los pequeños alumnos de la escuela). Recuerdo que
estaba muy inquieto y un poco nervioso por ser mi primera incursión en
televisión, pero la contención de Héctor y la calidez de Patricia en ese
momento, hicieron que ese puntapie inicial fuera simple, fluido y natural. Mi
aparición en la telenovela era también la presentación del nuevo maestro de
música a la rígida directora que interpretaba Patricia Castell y que el portero español del colegio, Efraín, con sus características bondadosas y cómplices, anunciaba
de manera animosa para suavizar en parte la dureza de esa rectora a las que
todos temían y que él, simpáticamente, llamaba "Seora Directora". La inexperiencia actoral de mis frescos 19 años, se cobijaron
tras el respaldo afectuoso de la directora del ciclo, Marta Reguera, que
también tenía fama de ser estricta y disciplinada a la hora de trabajar, pero que conmigo siempre fue afable y cordial, y la
buena predisposición y bienvenida de Héctor y Patricia como 'anfitriones' artísticos del mundo televisivo.
Las primeras veces, en casi todos los aspectos de la vida, quedan marcadas a fuego en nuestra memoria y ésta, mi primera incursión como actor en televisión, se encuentra íntimamente vinculada a la afectiva Patricia Castell.
Su verdadero nombre era Amanda Ovidia Piramidani Padín,
nacida el 25 de abril de 1926, en el barrio de Avellaneda, Provincia de Buenos Aires. Su pasión por
la actuación comenzó a desarrollarla intensamente en la década del ’40; Realizó
trabajos en muchas películas de aquella época con gran repercusión como “Hay
que casar a Paulina”, “Madame Sans Gene”, “Soy un infeliz”, “La serpiente de
cascabel”, “Diez segundos”, “El zorro
pierde el pelo” y “La culpa la tuvo el otro”, entre otras.
La identificación masiva del público y su alta popularidad
fue a través de las participaciones en telenovelas de gran éxito, donde los
personajes que interpretaba, se destacaban por distintas particularidades que
casi siempre eran acompañados por rasgos duros, ásperos y severos, que ella representaba
con enorme capacidad actoral.
Algunas de las novelas que la tuvieron como integrante preponderante
de los diversos elencos televisivos fueron “Amar al ladrón”, “Herencia de amor”,
“El Oriental”, “Vendedoras de Lafayette”, “Antonella” y “Perla negra”, entre
varias más.
Se desenvolvía con talento en el drama y también en la
comedia, destacándose por ejemplo, en programas como “Novia de vacaciones”, “Stress”
o “Alta Comedia”.
Tuvo muchas satisfacciones laborales que la hicieron ganadora
de premios y condecoraciones a lo largo de su extensa trayectoria; la primera,
la tuvo en 1948, cuando le dieron el premio revelación femenina por su
actuación en “La calle grita” y la última, el año pasado, en 2012, con el Premio
Podestá a la Trayectoria Honor
able, entregado por la Asociación Argentina de
Actores y el Honorable Senado de la Nación.
Pienso, humildemente, que una de las cosas que debemos mantener
es el respeto por nuestros mayores, la evocación por quienes nos han precedido
y la valoración por los que marcaron un camino noble, honroso y considerado
como el que desarrolló Patricia Castell, alejada de los escándalos (tan de moda
en la actualidad) y con un muy bajo perfil que la engrandece mucho más aún.
Desde aquí, mi sencillo y afectuoso recuerdo junto a las condolencias para sus familiares y amigos.
PATRICIA CASTELL - SUS TRABAJOS
CINE
“Hay que casar a Paulina” (1944)
“Madame San Gene” (1945)
“Soy un infeliz” (1946)
“La calle grita” (1948)
“La serpiente de cascabel” (1948)
“Diez segundos” (1949)
“El zorro pierde el pelo” (1950)
“La culpa la tuvo el otro” (1950)
“Sinfonía de juventud” (1955)
“Las apariencias engañan” (1958)
“Mi amigo Luis” (1972)
“La Madre María” (1974)
TELEVISIÓN
“Su comedia favorita” (1965)
“Me llaman Gorrión” (1972)
“Malevo” (1972)
“Amar al ladrón” (1974)
“No hace falta quererte” (1975)
“El gato” (1976)
“El Cuarteador” (1977)
“Novia de vacaciones” (1979)
“Andrea Celeste” (1979)
“Hola Pelusa” (1980)
“Llena de amor” (1980)
“Herencia de amor” (1981)
“El Oriental” (1982)
“Señorita Maestra” (1983)
“Libertad condicionada” (1985)
“El pulpo negro” (1985)
“Vendedoras de Lafayette” (1988)
“Stress” (1990)
“Chiquilina mía” (1991)
“Celeste” (1991)
“Antonella” (1992)
“Casi todo, casi nada” (1993)
“Alta Comedia” (1993)
“Perla Negra” (1994)
“Zíngara” (1996)
“Vulnerables” (1999)
“Campeones de la vida” (1999)
“Yago, pasión morena” (2001)
“Kachorra” (2002)
“Son amores” (2002-2004)
“Los secretos de papá” (2004)
“Sos mi vida” (2006)
"Valientes" (2009)
Me llaman Gorrión (1972)
Malevo (1972)
El Cuarteador (1977)
Andrea Celeste (1979)
El Oriental (1982)
Señorita Maestra (1983)
El Pulpo Negro (1985)
Stress (1990)
Antonella (1992)
Perla Negra (1994)
Zíngara (1996)
Yago, pasión morena (2001)
Kachorra (2002)