Las redes sociales han tomado un rol preponderante en la vida cotidiana por distintos motivos, pero el que más destaco y valoro, es la posibilidad que nos ofrece sobre el reencuentro.
Después de mucho tiempo, coincidimos en el ciberespacio con mi querida Carla Mariel Benedetti Dupetit.
La enorme alegría de volver a contactarnos, nos disparó recuerdos de una época lozana, donde compartimos temporada de verano en Mar del Plata trabajando juntos.
Comparto con vos, Carlita, y con todos los que se dan una vuelta por aquí, algunas fotos que hallé de esos momentos tiernos y queridos.
De las voces dulces, aterciopeladas y que seducen por el recorrido de notas. Admiro enormemente las voces que me seducen por esta gran cualidad. Un recorrido que pareciera cumplir con todas las leyes si es que existen, porque en verdad las voces magnas como las vuestras considero que no se atan a ninguna regla sino que más bien constituyen la rigurosidad de un desnudo interno, como saborear y degustar, sentir su talento, al decir del espectador. Que precioso recuerdo Orlando; y que orgullosa me siento de vos por la utilidad que le das a las redes sociales. Son imperativos que muy poc@s suelen mostrar, justamente porque responden a reglas que dominan la voluntad del ser. Y vos me demostrás lo contrario. Me mostrás con este recuerdo y evocación las formas de amar, lo importante de ser agradecido, un pasado que amalgama con tu presente, que es tu mirada de ayer hoy y hoy me permitís mirar tu piel de ayer. Que el término "manjar" tiene tanto que ver con todo aquello que día a día me transmitís. Tus conceptos no pasan por alto. Se quedan, viven en mí. Todavía tu materia gris y mi materia gris intentan darse un beso entre las palabras, más allá de muchas otras motivaciones. Y creo en eso, como creo en vos, fuertemente.
ResponderEliminarMe gusta que presentes el pasado tal como fue, en blanco y negro o sin filtros, con looks de aquel entonces, aspectos que poc@s resisten. Es decir, que hay una adaptabilidad notable a estos tiempos con suma integridad, que es ser auténtico y compartir una verdad. Este recuerdo no está versionado o guionado. Y me encanta tu atrevimiento. Admiro de vos la aceptación; y te admiro por completo y profundamente, que es elegirte en mis pensamientos, abstracciones, en mi sentir, en mis acciones, en los aromas, en las texturas, en la ternura de tus recuerdos y en la propia, porque de estas caricias no quiero huir. Admiro tus formas de impresionar a la eternidad.
Muchas gracias Orlando!
Marisa.