¿Para qué estamos en esta vida si no es
para disfrutar? Como sea, como se pueda, como se quiera, como se sienta, como
se presente… No importan las formas, tampoco los hábitos, menos, los estilos,
solo interesa disfrutar, gozar, alegrarse, divertirse, recrearse. Es cierto que
la desigualdad social, las mezquindades, crueldades e injusticias provocadas
por un grupo minúsculo de personas viles y miserables con poder, hacen que
transitemos un mundo, muchas veces, violento, abusivo y desigual, que afecta y
desmoraliza hasta al más optimista. Pero esa cruda realidad debe servir para
impulsarnos, aunque sea, al intento de modificar la existencia en la medida de
las posibilidades de cada uno. Nada es fácil, ni sencillo; es cuestión de
proponérselo. Dicen que la felicidad plena no existe, que son solo momentos,
entonces, tratemos de provocar circunstancias dichosas, prósperas, solidarias,
para generar muchas ocasiones donde nos congratulemos con nosotros mismos y, en
consecuencia, con los demás. La vida es corta, como dice la popular frase, y,
además, tenemos una sola; ¿No son motivos suficientes para tratar de complacernos
con ella? Estoy convencido que sí.
MOTIVO
Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)
lunes, 29 de julio de 2019
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