Este momento es muy significativo para mí,
porque estoy cumpliendo 30 años de profesión, de cantante, de recorrer caminos,
de transitar senderos, de compartir canciones en muchas partes del mundo, de
frecuentar distintos escenarios, de conocer lugares disímiles y gente de
culturas dispares, de recibir cariño y calidez en diversos países, de atravesar
éxitos y decepciones, de transitar tristezas y alegrías, desencantos y premios,
frustraciones y logros.
Llegar a cumplir 30 años dentro del mundo de la
música, más allá de las altas y bajas que el ámbito artístico al que pertenezco
siempre presenta, es en primer término, un orgullo, en segundo orden, una
conquista y en tercer lugar, una consecuencia, que descubre mucho tiempo de
trabajo, esfuerzo, tesón, constancia, perseverancia, empeño, paciencia,
tenacidad, firmeza y algo de suerte. La suerte siempre nos debe acompañar,
porque sin ella, por más que todos los sinónimos que mencioné se alineen y
confluyan entre sí, no hay conformación positiva posible.
Muchas veces, en distintas entrevistas, me han
preguntado sobre el éxito y el fracaso y siempre respondo que tanto el revés
como la gloria son valiosos porque nos demuestran que ni una cosa ni la otra
son la victoria ni la caída absoluta. Los artistas tenemos la particularidad
sobre otras actividades, de tener a la exposición pública como una compañía
cotidiana, ya sea para los triunfos como para los desengaños y el hecho de
subsistir y evidenciar las dos cosas de manera notoria, hacen que uno aprenda
de forma realista y rigurosa que no todo lo que se vende es tan categórico y
tampoco es tan terminante lo que no se obtiene. No es fácil entenderlo, tampoco
es simple asumirlo, quizás haya que permanecer 30 años en la carrera para darse
cuenta y aceptarlo naturalmente.
A lo largo del tiempo he vivido infinidad de
momentos, me he cruzado con una vasta cantidad de personas, he tenido amores y
desamores; como ya dije, he sufrido frustraciones y he alcanzado algunos logros
y buenos resultados, tuve mucha exposición pública y trascendencia masiva como
también etapas de ausencias, postergaciones y vacíos mediáticos, he vendido
cientos de miles de discos en distintos países, obteniendo premios de Oro y
Platino, y también nulos resultados comerciales en la industria discográfica,
he grabado hermosas canciones y otras no tanto, he tenido la suerte de haber
compartido escenarios y sets televisivos con compañeros que admiro, respeto y
quiero, me he cruzado con otros que simplemente considero cortésmente, he
cantado en estadios llenos, plazas de toros completas, plazas públicas
multitudinarias, importantes teatros y también en bares pequeños, pubs
reducidos y lugares minúsculos, he trabajado como actor, productor, conductor,
animador de radio y televisión, me di el gusto de compartir personajes
humorísticos que hacía en la intimidad y desarrollarlos popularmente en la
radiofonía, he sido artista sobre el escenario y por lapsos, un trabajador más
debajo de él, he recorrido en giras cientos de miles de kilómetros en rutas de
mi país y Latinoamérica, he viajado mucho en aviones, también me he quedado
“guardado” largos períodos y tantas cosas más…
Cada uno de los hechos, sucesos y pormenores de
mi vida profesional se han ido potenciando a través de personas que me han
rodeado, gente que ha colaborado conmigo, que han ayudado a difundir mi música,
periodistas que han comunicado mi actividad, que me han apoyado con afecto y
calidez; También ha habido algunos personajes que no lo hicieron y me han
ayudado de igual manera a darme cuenta que lo más importante que un artista
debe tener, es dignidad, orgullo, decencia, nobleza y honorabilidad artística y
personal, sin dejar nunca de lado la esencia de uno mismo.
Soy un hombre agradecido a la vida por todo lo
que me ha regalado; por los padres que he tenido y la buena formación que me
brindaron, por los amigos que he cosechado, el amor que siento por ellos y el
cariño que recibo de su parte, por la familia que construí con María Laura, mi
mujer, Luca y Florencia, mis dos hijos, por mi familia toda, por la salud que
me acompaña, por los músicos que me han escoltado, por la gente que ha recibido
mis canciones con tanta calidez desde mi primer disco, por las personas que
continuaron eligiendo mis temas como propios a través del tiempo y por todo lo
que la música en general me ha entregado en estos 30 años.
30 años superan en 6 la mitad de mi vida, esto
significa que hace la mitad de mi vida, más 6 años estoy dedicado a cantar y a
trabajar en el medio artístico, algo bastante plausible en alguien como yo, que
en su adolescencia quería ser jugador de fútbol. Como el humor es una
característica de mi personalidad que nunca me abandona, puedo reírme de mí
mismo y mencionar que quizás algunos detractores podrán decir: -“Como cantante
es un buen jugador de fútbol”-, pero lo cierto es que gracias a la tenacidad,
empeño, dedicación, trabajo y firmeza, desde hace 30 años, el público que me
acompaña, lo hace con afecto, calor y sentimiento, algo que valoro con enorme
gratitud y corresponderé siempre, en la medida de mis posibilidades.
Tendría que mencionar con nombre y apellido a
muchas personas que han sido y son importantes en mi vida y trayectoria
artística, pero sería largo y tedioso para este espacio. Gracias a todos y cada
uno de los que formaron parte de mi crecimiento profesional, a los que me
impulsaron, comprendieron, fortalecieron, asistieron, patrocinaron, produjeron,
apuntalaron, colaboraron, apoyaron, difundieron y aplaudieron; fundamentalmente
a los que con su aplauso, contención y cariño lograron que esté consumando 30
años con la música y el canto.
Y a los que después de tanto tiempo continúan
manteniendo mis canciones en el buen recuerdo de sus vidas, les retribuyo con
un inmenso reconocimiento virtual todos estos años compartidos y los que están
por venir.
Desde la sinceridad de mi corazón, muchas
gracias a todos los que permanecen junto a mí, acompañando el sendero de 30
años de trabajo.