MOTIVO

Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)

martes, 30 de marzo de 2021

NO CAMBIAN MÁS

Una gran parte de la sociedad argentina, evidentemente, tiene un encumbrado grado de necedad, una importante dosis de estupidez y un determinante criterio de insensatez. Hace un año que vivimos en Pandemia, paralizados, encerrados, desconcertados. Muchos se quejaban de la Cuarentena, de la falta de libertad, de sentirse presos, de no poder trabajar, ni hacer lo que quisieran. Así y todo, hasta aquí, hubo más de 55.000 muertes por Covid19. Ahora, después de aperturas varias, algunos avances y cuantiosas concesiones para intentar acomodarnos a una vida medianamente frecuente y habitual, con la inminente amenaza de un fuerte rebrote de Coronavirus, nuevas cepas desconocidas y otra cantidad de interrogantes por dilucidar, más el inicio de una calmosa y gradual vacunación, los mismos irritados y descontentos, se quejan de todo lo que antes reclamaban, pero en sentido contrario. Son los que, con su falta de responsabilidad y solidaridad, no respetan nada, ni consideran a nadie. Se creen dueños de la verdad, critican las cosas que ellos mismos terminan cometiendo y, en definitiva, demuestran que además de no aprender nada, se cagan en todos, incluso, hasta en ellos mismos. Arengan, agitan, provocan… Yo me cuido para cuidarme, para cuidar a mi familia y para cuidar a quien tengo enfrente. Me lavo las manos cada vez que toco algo ajeno. Empleo alcohol en gel o líquido las veces que sea necesario. Utilizo máscara aislante en ciertos momentos y uso barbijo, a veces, dos, uno arriba del otro, en otras circunstancias, y también me molesta, me agobia y me sofoca, pero lo hago, cumplo con lo que me corresponde, aunque me joda, porque entiendo que cuidándome yo, cuido al otro. Es lo único que podemos y tenemos que hacer: Cuidarnos. Igualmente, esa versión que habla sobre la gata Flora, que cuando la ignoran grita y cuando la atienden, llora, es el fiel reflejo de un segmento de gente que, con su necedad, egoísmo y mezquindad, nunca está a la altura de las circunstancias, sea cual fuera el motivo. Viven para odiar y estar en contra de lo que sea, con tal de generar conflicto. No cambian más.

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