MOTIVO
Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)
lunes, 13 de diciembre de 2010
TODOS LOS HOMBRES SON SOLTEROS
Nos conocemos desde que éramos prácticamente adolescentes, un poquito más grandes que adolescentes, pero digamos que desde adolescentes porque en esa época, seguramente, adolecíamos de varias cosas, en fin...
Pablo Novak es amigo mío desde hace unos cuantos años, exactamente 18 años. Como dije, nos conocíamos desde mucho antes, pero comenzamos a frecuentarnos más asiduamente en 1992. Nuestra amistad fue “in crescendo”, de menor a mayor, como un arreglo musical que arranca muy tranquilo y va tomando fuerza a medida que transcurre la canción. Nuestro lazo más directo en la relación amistosa, es otro amigo de ambos, “un amigo en común” diría la crónica del diario Crónica, que es Roberto Antier, reconocido actor, exquisito músico, eximio bailarín de tap, excelente productor y talentoso director, queridísimo y dilecto amigo mío desde hace 30 años y amigo de Pablo desde hace 32 (+ o -). Tenemos otro amigo que compartimos, actor también, que es quizás el mejor amigo de Pablo (o uno de los más amigos) y un querido amigo mío (a pesar de que desde hace un tiempo no nos vemos con tanta asiduidad) que respeto profundamente a nivel actoral, más allá del cariño personal que le tengo, que se llama Alejo García Pintos. Y un tercer amigo nuestro, que también es actor, que también conocemos desde hace mucho tiempo y que también queremos mucho (nunca me gustó pluralizar, por eso hablo por mí en este caso, alguien que yo quiero mucho, entrañablemente y que también admiro profesionalmente, apartando mi afecto por él) que es Pablo Rago. Existen otros amigos comunes que compartimos con Pablo (Novak), pero ellos tres (Roberto, Alejo y Pablo) son los más allegados a él y a mí en forma conjunta, con quienes durante años nos juntamos una vez por semana a cenar y compartir momentos, anécdotas, vivencias y hasta hijos, cuando fuimos siendo padres. Esta introducción “amistosa” es para darle paso al comentario que voy a realizar del primer libro escrito por mi amigo Pablo Novak, “Todos los hombres son solteros” (Historias e histerias masculinas). Aclaro que estas líneas nacen de mi lectura espontánea y no desde un lugar de crítico ni nada que se le parezca, simplemente, desde mi personal análisis de lector común, despojado del cariño que me une al autor.
El humor es una característica emblemática de Pablo, todos los que lo conocemos, lo sabemos y los que no, se darán cuenta cuando lean el libro. Su particular humor, a veces ácido, a veces crudo, a veces irónico, a veces infantil, a veces pensante, a veces hiriente, a veces naif, a veces psicológico y a veces, todo esto junto, hace que me divierta naturalmente, que me sienta identificado en muchos trazos y que me ría mucho, de manera genuina y auténtica. El libro tiene todos los condimentos mencionados y algo más, ya que refleja muchos aspectos de los hombres, que íntimamente o de manera expuesta, existen en todos nosotros de una u otra forma. Lo leí entero dos veces, cuando me lo regaló en el mes de abril de este año 2010, con su cálida dedicatoria en la primera página y hace dos días, nuevamente, cuando fui y vine a y de Rosario en un viaje de trabajo musical. Me volví a reír como la primera vez que lo descubrí, me volvió a atrapar como en la primera lectura y me volví a plantear si todo lo que describe Pablo en él, es pequeñamente así, medianamente así o totalmente así. Creo que las tres cosas a la vez, porque existen pequeños guiños para algunos, medianos resortes para otros y totales reflejos para otros tantos más. Reza la contratapa del primer ejemplar escrito por mi amigo Pablo Novak, editado por Dos:Editores y prologado por Ingrid Sarchman: “Andanzas sexuales, encuentros y desencuentros, infidelidades, nuevas parejas y todo lo que sucede a quienes conviven en la aventura de tener cuerpo de casado y cabeza de soltero”. Lo recomiendo, lo aliento (no tengo alitosis) y lo pondero como un buen regalo para que Papá Noel lo deje en el arbolito navideño, el 24 a la medianoche.
Felicidades, querido Pablo. Felicitaciones por el primero, de lo que imagino serán muchos más (cuando existe un primero, siempre hay un segundo, un tercero... y después vemos, no? según el sistermi y cómo nos pega el sibrigari...). Todo mi cariño y mi franca amistad.
P.D.: Justamente hoy es tu cumpleaños, 13 de Diciembre. También compartimos signo zodiacal. Sagitario nos guía con su arco y flecha, nos fortalece con la fuerza del caballo y nos conecta con una semana de diferencia entre tu cumple y el mío. ¡Feliz cumpleaños!
jueves, 9 de diciembre de 2010
LA AMISTAD
A lo largo de la vida, uno conoce mucha gente; en el trayecto del camino, uno se va cruzando con muchísimas personas que van relacionándose a través del trabajo, del quehacer cotidiano, del contacto social... pero a la hora de hacer un balance, sobre todo en lo personal, de toda esa gran cantidad de individuos con los cuales uno comparte distintos momentos en el transcurso del sendero que el destino nos dispone, pocos son los que se pueden rescatar verdaderamente como amigos sentidos y queridos. Tengo la gran suerte de contar con algunos amigos muy queridos por mí, que también sé que me quieren bien y que más allá de los vaivenes cotidianos que hacen encontrarse y desencontrarse en distintas etapas, llegado el momento de estar, están.
En honor a la verdad, a medida que va pasando el tiempo, uno se va dando cuenta que no todo es como se quiere, se sueña o se prefiere, que las personas tienen defectos y virtudes, que los amigos del corazón no son muchos y que si son del corazón, justamente, hay que aceptarlos con sus latidos y sus tiempos, con sus aciertos y con sus fallos. Saber asimilar las características de cada amigo es también un acto de cariño hacia ese amigo. Todos tenemos en nuestro ser cosas que nos gustan más que otras y todos también acertamos y nos equivocamos algunas veces. Lo importante es saber que esos amigos a los cuales uno quiere realmente, son genuinos, puros y naturales, sin ningún otro interés que el amor bien entendido propuesto desde la amistad sincera.
En esta realidad social en la que nos desenvolvemos, donde existe un mensaje masivo que dictamina parámetros materialistas que parecieran ser lo más importante de nuestra existencia, muchas veces dejamos de lado el sentimiento, las emociones y el impulso afectivo, sin darnos cuenta de que la vida pasa rápido, que todo es cada vez más fugaz y que esos momentos perdidos con alguien que uno siente cercano a sus valores, no se recuperan o por lo menos, no se repiten.
No voy a hacer de este relato un análisis psicológico ni mucho menos, tampoco es mi intención hacerlos reflexionar en su interior y profundizar sus almas para encontrar el por qué de nuestro proceder y nuestras actitudes, simplemente quiero compartir con quien circunstancialmente lea este texto, un pensamiento que me surgió espontáneamente esta mañana cuando me levanté, vaya a saber por qué motivo extraño del mecanismo mental y / o emocional.
¿Será que hace unos días cumplí años y quizás subconscientemente uno se pone más sensible? ¿Será que a medida que uno crece, esa misma sensibilidad se sensibiliza aún más todavía? ¿Será que al ir cerrando un año y comenzar otro, los balances que normalmente se realizan, desgranan conclusiones que me hacen pensar en todo esto? ¿Será que estoy en un momento de mi vida que ya no me importa tanto el qué dirán y sí mucho más el cómo estar y qué sentir? ¿Será que estoy un poco cansado de tanta hipocresía en mucha gente con la cual tengo que tratar cotidianamente y con este tipo de desahogo escrito, en cierta forma me quito de encima el peso de la falsedad y la mentira de ciertos sujetos con los cuales convivimos a diario?... Sinceramente, no lo sé, pero sí sé que me hace bien saber que tengo amigos que quiero y me quieren, que en mayor o menor medida, el amor en mi vida está presente desde un lugar puro, franco e íntegro. Tengo una familia plena de amor (con las vicisitudes normales de cualquier núcleo familiar), amigos elegidos desde el amor, que también me distinguen desde ese afectivo lugar y una profesión artística que también amo, a pesar del constante tobogán que sube y baja nuestros egos, nuestras virtudes, nuestros defectos, nuestros orgullos, nuestras miserias, nuestras fortalezas, nuestras debilidades, nuestros éxitos, nuestros desaciertos y nuestros logros.
Este espacio cibernético que en la actualidad muchos utilizamos para distintos fines (el mío es volcar simplemente pensamientos, inquietudes y pareceres) permite un contacto inédito entre el que vuelca su impronta y el que la recibe, y también ofrece un intercambio directo que sin este brillante invento tecnológico, hubiese sido prácticamente imposible.
Lo que más rescato de este hecho, es que además de ser una vía más de comunicación, sirve como conexión, como descargo, como nexo, como proyección y como empuje para generar un cotidiano ida y vuelta. La amistad es una forma de homenajear la vida porque el darle valor al sentimiento puro de la amistad por la amistad misma, es revalorizarse uno como ser, despojado de intereses de cualquier índole. Enaltecer la amistad habla bien del alma de quien la ejerce con valor y responsabilidad porque, rescatando el amor que uno siente por un hijo, no hay nada más puro que la amistad sincera, verdadera y frontal, ya que cuando alguien elige a otro para brindarse abiertamente a esa amistad auténtica, se nutre espiritualmente, recibiendo un amor franco y directo, como pocas veces podemos sentir en este convulsionado mundo que nos rodea. Gracias a mis amigos por dejarme quererlos y al mismo tiempo, también quererme a mí, como yo a ellos.
viernes, 29 de octubre de 2010
CONMOCIÓN
La palabra que define mi estado de ánimo actual es “conmovido”. Estoy conmovido porque más allá de las posturas ideológicas, los distintos pensamientos, los disímiles enfoques, las variadas actitudes, las múltiples posturas adoptadas y las firmes creencias personales de cada uno de nosotros, existe un cambio concreto en los ciudadanos argentinos, o en varios millones de ciudadanos argentinos, que no es poca cosa. No quiero entremezclar la política en mi comentario, pero es inevitable que esto suceda, ya que cualquier opinión expresada, siempre genera otra y otra y otra, que a su vez provocan ineludibles juicios e instintivas valoraciones. Lo ocurrido a nivel social con el fallecimiento del ex Presidente Néstor Kirchner, produjo una movilización y una revitalización explosiva de reavivamiento ideológico que estaba dormida, quizás, buscadamente dormida durante décadas. En estos tres días de duelo nacional, he escuchado, leído y visto cientos de expresiones, de todo orden y color. En diarios, radios, canales de televisión, espacios de internet, taxis, subtes y vía pública en general. Cada quien tiene su punto de vista, su sentimiento, su óptica, su sensibilidad y su postura. Yo también tengo la mía, pero creo que lo importante no es transcribir si estamos a favor o en contra de..., sino que me parece fundamental remarcar el genuino regreso a la inclusión de ideas, actitudes y apuestas, sean del lado que fueran, como un beneficio preponderante de la sociedad toda. La muerte, siempre merece respeto y más allá de muchos mensajes, dichos, frases y pensamientos escritos que vi en internet por medio de las redes sociales, que anteponían el mal gusto, la desubicación y la falta de respeto sobre la figura de Kirchner, pienso que el recato y la consideración por el dolor, debe mantenerse ante cualquier diferencia que exista. Esto no ha ocurrido y evidencia una falta de ética, educación y moral que deja mucho que desear. No hablo de los chistes negros de la inventiva popular que siempre surgen en distintas circunstancias, me refiero a que esa actitud despreciativa, baja, violenta, no habla nada bien de quienes la proclaman y también exponen una forma de ser que no suma en nada a lo que personalmente pienso deberíamos ser como sociedad. Dejando de lado el hecho puntual de estas personas disminuidas intelectual y espiritualmente, creo que el fallecimiento de un ser humano no cambia la opinión que uno pueda tener sobre éste, tampoco sobre su accionar en vida, pero sí puede modificar la visión de ciertos hechos realizados y la reflexión sobre los mismos. No voy a hablar de política, como ya dije, pero sí de sensaciones y sensibilidades, que en definitiva, son las que valen y sirven a la hora de las conclusiones. Lo que se produjo espontáneamente en la gente en estos días, me refiero a las demostraciones de afecto y fervor son muy importantes para el país. Porque además de reflejar un sentimiento genuino, obliga a hacernos cargo de nuestros compromisos civiles que tan olvidados teníamos; olvidados, adormecidos o estancados por la falta de motivación quizás, por el vació de líderes representativos y el descreimiento generalizado. Indudablemente, este hombre (a Néstor Kirchner me refiero) ha generado algo en muchísima gente, que ningún otro provocó desde hace varias décadas en nuestro país. Y bienvenido sea, porque no hay nada mejor que poder intercambiar ideas y opiniones para tratar de mejorar. Y justamente, con ideas y opiniones nos obligamos a actuar en consecuencia para defender y hacer respetar nuestras creencias. Es evidente, que nuestra idiosincrasia es difícil, muy difícil y que los argentinos somos tan únicos como complejos, pero tenemos que rescatar de este especial momento que vivimos, el hecho de saber que si no nos involucramos, nunca vamos a lograr los objetivos que pretendemos. Y para alcanzar un mejor país, lo más conveniente para todos, es participar, accionar, realizar. Tres cosas que Kirchner efectuó siempre desde que fue Presidente hasta hace tres días atrás, cuando su corazón dejó de luchar. Nadie puede negar que su personal manera de ser, ha movilizado mucho a la gente, a favor y en contra, por supuesto y tampoco nadie puede dejar de reconocer una serie de medidas positivas llevadas a cabo que ningún otro político hizo en los años de historia democrática. Existen muchas cosas para reclamar a nivel social, muchas y muy importantes, pero también hay muchas otras que son para agradecer. No las voy a enumerar, ni a unas ni a otras, para no hacer tan largo este texto, pero por sobre todas las posturas, quiero compartir con ustedes una idea que algunos pueden tildar de ingenua, de utópica, de imposible, y es que confío plenamente en la juventud, a la que percibí participativa, activa y emocionalmente involucrada. Confío en la juventud porque es el futuro, son los jóvenes los que deben modificar positivamente el rumbo que llevamos y como alguna vez escribió Pagliaro: “Cuando se tiene 20 años, se tiene todo por delante; la primavera en la frente y el porvenir en cada mano. Se tiene toda la vida, la transparencia del agua. Y el corazón está abierto de par en par. Cuando se tiene 20 años se tiene toda la rebeldía, la sangre hierve en las venas, se quiere cambiar el mundo. Cuando se tiene 20 años se tiene toda la verdad”. Espero que así sea.
martes, 7 de septiembre de 2010
¡QUÉ DIFÍCIL ES ESTA PROFESIÓN!
¡Qué difícil es esta profesión! Hablo de la mía... de mi profesión, la del cantante, la del músico, la del compositor, la del autor, la del actor, la del conductor, la del productor, la del director, la del artista... Es difícil, bella, injusta, maravillosa, ingrata, mágica, triste, alegre, cruda, ingenua, fructífera, única... podría continuar mencionando palabras que la sigan definiendo, pero la más presente en mi pensamiento, hoy, es “difícil”.
Todas las actividades, las carreras, los oficios tienen sus bemoles, sus lados buenos y malos, pero la artística se potencia aún más, porque al ser un trabajo de exposición, uno siempre está al descubierto, desprotegido, sin más que su idea, su capacidad (mucha o poca, no importa) sus ganas y su ego, que es el que muchas veces nos traiciona, nos embauca, nos confunde, nos engaña y nos duele. No es fácil para nadie ser maltratado en su ego, pero para el artista, me parece que es mucho peor que para cualquier otra ocupación. Trabajamos dentro del arte, porque en definitiva, en mayor o menor medida, los artistas somos ególatras y es lo primero que se hiere, que se resiente, que se daña, cuando las cosas no salen como se quieren o imaginan. Más allá de esta simple y quizás pasajera reflexión que escribo al respecto, siento la necesidad interior de guardar en este espacio propio, una sensación que me surge de manera espontánea y natural sobre lo dificultoso que es ser artista en la actualidad. Siempre fue complicado, siempre fueron más los sinsabores que los gozos, en todas las épocas; siempre costó llegar al lugar anhelado, ubicarse, posicionarse y triunfar. Siempre fue mucho más trabajoso mantenerse, lograr el respeto de los pares y del público, sostenerse en la carrera a través del tiempo transcurrido, equilibrar la trayectoria con el éxito y el fracaso, en fin... siempre fue difícil ser artista, pero nunca como hoy. Porque este presente que nos toca en suerte en el mundo actual, está trastocado en códigos, méritos y valores. Esto ocurre en todos los órdenes de la vida y lógicamente se transfiere al ámbito artístico.
Hablo del mundo y por supuesto, hablo de nuestro país, Argentina. No voy a mezclar este comentario puntual con lo social, lo educativo y lo estructural porque no quiero desviarme de lo esencial del contenido central de la nota, pero es inevitable ensamblar una cosa con la otra, porque forzosamente van de la mano. Obviamente que este “cambalache” viene desde décadas atrás y no hay mejor ejemplo que la brillante letra de Enrique Santos Discépolo que reza: “cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón... ves llorar la Biblia junto a un calefón... No pienses más; sentate a un lao, que ha nadie importa si naciste honrao... Es lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura, o está fuera de la ley...”.
Hoy da lo mismo actuar bien, mal o no actuar, da lo mismo cantar, afinar, desafinar o ni siquiera entonar, da lo mismo bailar o no bailar, da lo mismo capacitarse o ser un ignorante, da lo mismo tener moral o no tenerla, da lo mismo... ¿da lo mismo?... No, no da lo mismo. No es igual una persona que estudió a otra que no lo hizo, no es igual alguien que intenta superarse con trabajo y esfuerzo a uno que se tira a chanta todo el día, no es igual ser talentoso que oportunista, no es igual respetar y respetarse a no importar nada de nadie... Nos quieren hacer creer que da lo mismo, que es igual, pero no lo es, sin duda alguna que no lo es.
Tengo muchos amigos que son actores, músicos, cantantes, magos, directores, infinidad de conocidos que bailan, escriben, producen, conducen, locutan y sé fehacientemente del esfuerzo, la lucha, la constancia, en muchos casos las privaciones, que les produce seguir con la profesión artística.
En mi caso personal, debo estar agradecido a la vida por haberme brindado la posibilidad de triunfar en mi profesión sin mucho esfuerzo y también de hacerme saber que nada es eterno, que sin empeño, sin tesón, sin trabajo, sin superación, sin temple y sin suerte, es muy ardua la permanencia en el sitio que uno logró en un momento determinado de la carrera.
El otro tema que va emparentado con todo lo mencionado es la capacidad de cada quien por mantener una línea de conducta y pensamiento, sin traicionarse a si mismo, ni mercantilizarse, cediendo ante el mejor postor.
Una discusión recurrente que mantengo con algunos amigos en las reuniones que nos suelen encontrar juntos asiduamente, es la de decidir qué hacer en un supuesto panorama complejo a nivel económico si surgiera alguna posibilidad de trabajar en un proyecto que vaya en contra de los ideales propios. La polémica siempre florece cuando en mi postura idealista quizás, (necia dirán otros, lo admito, puede ser...) resalto enérgicamente que no cedería a mis convicciones morales y profesionales ante una propuesta económica que vaya en contra de lo que pienso y creo, por mejor que sea la oferta. Conozco gente cercana a mí que ha cedido ante el poder del dinero, lo acepto porque cada uno es dueño de hacer lo que quiere con su vida y destino, pero no lo comparto para nada. Gente, inclusive, que respetaba y admiraba profesionalmente, pero que a partir de esa debilidad, dejé de considerar, no por la actitud de aceptar un trabajo (el trabajo honesto siempre es digno) sino por sentirme defraudado al escuchar un discurso determinado y una postura supuestamente concreta y segura, que llegado el momento de la tentación, se desmoronó como un castillo de arena.
Mi integridad y nobleza moral (algunos la pueden denominar estupidez) no la quiebran ni la fama, ni el poder, ni el dinero y no lo digo por soberbio ni nada que se le parezca, porque como he vivido épocas de abundancia, también he tenido de las otras; simplemente me refiero a que la dignidad, mi dignidad, ante mis hijos y ante mí, no tiene un precio material. Por eso remarco la frase con la que empecé esta narración: ¡Qué difícil es esta profesión! Cada vez se hace más complicado mantenerse, sin entrar en el juego mediático, lograr una continuidad de trabajo sin entremezclarse con la chabacanería, la promiscuidad y el “medio pelo”, intentar mantener una línea artística sin rozarse con lo burdo y lo patético. ¿Será cuestión de resistir, de buscar alternativas de autogestión (cada vez más escuetas) o de esperar hasta que aclare? Me pregunto y les pregunto: ¿Aclarará? ¿Cambiará esto? ¿Se modificará en algún momento o no hay retorno de este camino donde predomina el mal gusto, la mediocridad y el “dale, que va”?
Confío en el sentido común de las personas bien intencionadas, que rescatan la seriedad, el trabajo, la coherencia, el estudio, la capacitación, el talento y la educación antes que la plata, la fama, el poder, el raiting y el éxito. Espero no equivocarme, por el bien de nuestros hijos y de las generaciones que vengan y también por nosotros mismos..
Todas las actividades, las carreras, los oficios tienen sus bemoles, sus lados buenos y malos, pero la artística se potencia aún más, porque al ser un trabajo de exposición, uno siempre está al descubierto, desprotegido, sin más que su idea, su capacidad (mucha o poca, no importa) sus ganas y su ego, que es el que muchas veces nos traiciona, nos embauca, nos confunde, nos engaña y nos duele. No es fácil para nadie ser maltratado en su ego, pero para el artista, me parece que es mucho peor que para cualquier otra ocupación. Trabajamos dentro del arte, porque en definitiva, en mayor o menor medida, los artistas somos ególatras y es lo primero que se hiere, que se resiente, que se daña, cuando las cosas no salen como se quieren o imaginan. Más allá de esta simple y quizás pasajera reflexión que escribo al respecto, siento la necesidad interior de guardar en este espacio propio, una sensación que me surge de manera espontánea y natural sobre lo dificultoso que es ser artista en la actualidad. Siempre fue complicado, siempre fueron más los sinsabores que los gozos, en todas las épocas; siempre costó llegar al lugar anhelado, ubicarse, posicionarse y triunfar. Siempre fue mucho más trabajoso mantenerse, lograr el respeto de los pares y del público, sostenerse en la carrera a través del tiempo transcurrido, equilibrar la trayectoria con el éxito y el fracaso, en fin... siempre fue difícil ser artista, pero nunca como hoy. Porque este presente que nos toca en suerte en el mundo actual, está trastocado en códigos, méritos y valores. Esto ocurre en todos los órdenes de la vida y lógicamente se transfiere al ámbito artístico.
Hablo del mundo y por supuesto, hablo de nuestro país, Argentina. No voy a mezclar este comentario puntual con lo social, lo educativo y lo estructural porque no quiero desviarme de lo esencial del contenido central de la nota, pero es inevitable ensamblar una cosa con la otra, porque forzosamente van de la mano. Obviamente que este “cambalache” viene desde décadas atrás y no hay mejor ejemplo que la brillante letra de Enrique Santos Discépolo que reza: “cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón... ves llorar la Biblia junto a un calefón... No pienses más; sentate a un lao, que ha nadie importa si naciste honrao... Es lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura, o está fuera de la ley...”.
Hoy da lo mismo actuar bien, mal o no actuar, da lo mismo cantar, afinar, desafinar o ni siquiera entonar, da lo mismo bailar o no bailar, da lo mismo capacitarse o ser un ignorante, da lo mismo tener moral o no tenerla, da lo mismo... ¿da lo mismo?... No, no da lo mismo. No es igual una persona que estudió a otra que no lo hizo, no es igual alguien que intenta superarse con trabajo y esfuerzo a uno que se tira a chanta todo el día, no es igual ser talentoso que oportunista, no es igual respetar y respetarse a no importar nada de nadie... Nos quieren hacer creer que da lo mismo, que es igual, pero no lo es, sin duda alguna que no lo es.
Tengo muchos amigos que son actores, músicos, cantantes, magos, directores, infinidad de conocidos que bailan, escriben, producen, conducen, locutan y sé fehacientemente del esfuerzo, la lucha, la constancia, en muchos casos las privaciones, que les produce seguir con la profesión artística.
En mi caso personal, debo estar agradecido a la vida por haberme brindado la posibilidad de triunfar en mi profesión sin mucho esfuerzo y también de hacerme saber que nada es eterno, que sin empeño, sin tesón, sin trabajo, sin superación, sin temple y sin suerte, es muy ardua la permanencia en el sitio que uno logró en un momento determinado de la carrera.
El otro tema que va emparentado con todo lo mencionado es la capacidad de cada quien por mantener una línea de conducta y pensamiento, sin traicionarse a si mismo, ni mercantilizarse, cediendo ante el mejor postor.
Una discusión recurrente que mantengo con algunos amigos en las reuniones que nos suelen encontrar juntos asiduamente, es la de decidir qué hacer en un supuesto panorama complejo a nivel económico si surgiera alguna posibilidad de trabajar en un proyecto que vaya en contra de los ideales propios. La polémica siempre florece cuando en mi postura idealista quizás, (necia dirán otros, lo admito, puede ser...) resalto enérgicamente que no cedería a mis convicciones morales y profesionales ante una propuesta económica que vaya en contra de lo que pienso y creo, por mejor que sea la oferta. Conozco gente cercana a mí que ha cedido ante el poder del dinero, lo acepto porque cada uno es dueño de hacer lo que quiere con su vida y destino, pero no lo comparto para nada. Gente, inclusive, que respetaba y admiraba profesionalmente, pero que a partir de esa debilidad, dejé de considerar, no por la actitud de aceptar un trabajo (el trabajo honesto siempre es digno) sino por sentirme defraudado al escuchar un discurso determinado y una postura supuestamente concreta y segura, que llegado el momento de la tentación, se desmoronó como un castillo de arena.
Mi integridad y nobleza moral (algunos la pueden denominar estupidez) no la quiebran ni la fama, ni el poder, ni el dinero y no lo digo por soberbio ni nada que se le parezca, porque como he vivido épocas de abundancia, también he tenido de las otras; simplemente me refiero a que la dignidad, mi dignidad, ante mis hijos y ante mí, no tiene un precio material. Por eso remarco la frase con la que empecé esta narración: ¡Qué difícil es esta profesión! Cada vez se hace más complicado mantenerse, sin entrar en el juego mediático, lograr una continuidad de trabajo sin entremezclarse con la chabacanería, la promiscuidad y el “medio pelo”, intentar mantener una línea artística sin rozarse con lo burdo y lo patético. ¿Será cuestión de resistir, de buscar alternativas de autogestión (cada vez más escuetas) o de esperar hasta que aclare? Me pregunto y les pregunto: ¿Aclarará? ¿Cambiará esto? ¿Se modificará en algún momento o no hay retorno de este camino donde predomina el mal gusto, la mediocridad y el “dale, que va”?
Confío en el sentido común de las personas bien intencionadas, que rescatan la seriedad, el trabajo, la coherencia, el estudio, la capacitación, el talento y la educación antes que la plata, la fama, el poder, el raiting y el éxito. Espero no equivocarme, por el bien de nuestros hijos y de las generaciones que vengan y también por nosotros mismos..
martes, 24 de agosto de 2010
QUERIDO LOLE CACCIA
Ayer falleció Julio César Caccia, el Lole para quienes tuvimos la suerte de conocerlo un poco más que popularmente por ser primero, marido de Lolita Torres y después, padre de Diego Torres.
Lole era un hombre bueno, simpático, honesto, frontal, genuino, natural... un hombre con los códigos de antes, crédulo de la palabra, del apretón de manos como único lazo de cualquier compromiso, con valores propios que rescataba en los demás y que por esos mismos méritos, enaltecía al prójimo.
Tuve el gran gusto de conocerlo y tratarlo bastante, a través de mi amistad con Diego, alguien de quien siempre remarqué su autenticidad, su coherencia y su conducta para con todos los que lo rodeaban y también, para con él mismo. Su ascendente carrera nunca fue una influencia para que modificara esa forma de ser espontánea, fresca y simpática que siempre había tenido, antes de ser masivamente conocido. Supongo que esa cualidad, fue y es mérito de la crianza que tuvo, del entorno que vivió con sus hermanos Santiago, Angélica, Mariana y Marcelo y de la educación que les dieron sus padres, Lolita Torres y Julio Caccia.
El Lole, como cariñosamente le decían, fue el segundo marido de la gran Lolita y además de acompañarla en casi toda su carrera artística, la amó y la admiró como nadie. La cuidaba, la asistía, la acompañaba y la valoraba como ningún otro. Fue el padre de cuatro de sus hijos de sangre y también padrazo de Santiago, que Lolita había tenido antes de conocerlo, criándolo como propio.
Lole Caccia, hoy más conocido como el papá de Diego Torres, tenía esa simpatía y picardía natural que la gente conoce de su último hijo, el cantante reconocido, el de más trascendencia popular, el que después de dieciocho años de carrera, se convirtió en uno de los pocos artistas argentinos de la actualidad que mantienen presente el nombre de nuestro país en un mercado musical internacional que Argentina fue perdiendo paulatinamente.
Julio César Caccia, era un enamorado de la vida y así la vivió; apasionadamente, afectuosamente, amorosamente, entrañablemente, sinónimos que sirven para definir su personalidad y ejemplificar su bondadosa manera de ser y actuar ante los demás.
Tuve el privilegio de mantener una relación amistosa con él, podría decir, ya que mi amigo era Diego, su hijo, pero quizás por mis características personales, que se acercaban a lo que Lole prevalecía de las personas, pude disfrutar de su estima, de su afecto y de su buen concepto. Recuerdo muy cariñosamente que Dieguito siempre me repetía: “Mi viejo siempre me dice: “El Tano es de fierro, cuidalo, porque no hay muchos amigos así”. Para mí es todo un orgullo, sin falsa modestia y también una satisfacción que Lole lo dijera, porque él, como muchos de los de su generación septuagenaria, intuía y conocía más por zorro que por viejo, a las personas francas, sinceras y nobles. No me estoy alabando, ni mucho menos, lo estoy enalteciendo a él, al Lole Caccia, que con la escuela de la calle, la experiencia del barrio y los años transcurridos, olfateaba a la gente y le sacaba la ficha, sin mucha vuelta ni rebusques.
Hacía un largo tiempo que no lo veía, al igual que a Diego, pero mantengo intacto mi recuerdo afectuoso y mi cariño sincero por él y por toda su familia. Lamentablemente, ya no estará más físicamente, pero sí, por supuesto, continuará presente en el corazón de todos los que lo conocimos, lo disfrutamos en mayor o menor medida y lo quisimos. Su figura retacona, su imagen bondadosa y su personalidad carismática, seguirá vigente, inalterable e inquebrantable por siempre y para siempre.
Que en paz descanses, Julio César Caccia, querido Lole!
lunes, 23 de agosto de 2010
HUGO GUERRERO MARTHINEITZ
A veces, la vida nos lleva por caminos que nunca imaginamos transitar, regalándonos momentos, hechos y circunstancias que nos satisfacen en plenitud y otras, la misma vida, hace que recorramos senderos que no siempre son los mejores ni los más queridos.
Hugo Guerrero Marthineitz, falleció el sábado pasado (20 de agosto)en el Hospital de Clínicas de la ciudad de Buenos Aires.
Peruano, locutor, conductor, creador de un estilo único dentro de la radiofonía, que tenía ochenta y seis años y se encontraba en una situación personal muy difícil, ya que una serie de sucesos desafortunados, lo llevaron a quedarse literalmente en la calle. Perdió todo, su departamento, sus equipos de audio, sus discos, sus libros, su ropa... todas sus cosas materiales. Por suerte, no había perdido sus afectos más cercanos, el de sus hijos, que a pesar de su particular forma de ser y su especial e inestable humor, no lo abandonaron, por lo menos que yo sepa fehacientemente, su hijo Diego Guerrero, también locutor, músico y muy contemplativo con su padre, lo apoyó en el mejor sentido abarcativo de la palabra, desde lo económico hasta lo personal, desde lo comprensivo hasta lo irascible, desde lo inexplicable para los de afuera hasta lo naturalmente amoroso para los más cercanos. Y aclaro todo esto porque hace unos meses, cuando se había difundido la noticia de que “el negro” Marthineitz estaba viviendo en la calle, yo expresé algunas reflexiones al respecto y decía que no encontraba explicación a que un hombre con una vida recorrida, con varios matrimonios en su haber, con amigos, muchos o pocos, no importa, que habrán compartido infinidad de momentos a lo largo de su trayectoria con él, haya llegado a dormir en la calle por no tener un lugar donde ir. Diego, su hijo, tuvo la amabilidad y deferencia de explicarme algunas cosas personales que no vienen al caso hacerlas públicas, ya que él nunca quiso hacer de ese triste tema, algo mediático. No sé cuáles eran puntualmente las características de su personalidad y tampoco es mi interés, inmiscuirme en algo tan íntimo como eso, pero sí intuyo que no habrá sido nada fácil acompañar desde el cariño a tan particular ser humano.
Por supuesto que me produce mucha tristeza su partida física y en aquél momento, en cierta forma, me produjo angustia el saber que un hombre que además de haber sido uno de los más grandes referentes de la radio, estaba pasando por semejante situación extrema.
Hacía mucho que no lo veía, hacía mucho que había sido amigo de mi padre, fallecido hace 21 años, hacía mucho que “El show del minuto”, programa que marcó toda una época en nuestra radiofonía, que él conducía y mi padre produjo en distintas épocas, no salía más al aire, hacía mucho que yo había pasado junto a él, al querido Diego, su hijo mayor y la madre de éste, algún que otro verano en Mar del Plata junto a mis padres, hacía mucho que su ciclo televisivo “A solas” había dejado de realizarse, hacía mucho que no se lo llamaba “el peruano parlanchín”, sobrenombre con el que se lo identificaba popularmente y hacía mucho que no se “escuchaban” sus eternos silencios radiales que provocaban sorpresa y admiración en sus oyentes. Era astuto, sobrador, cínico, inteligente, irónico, sutil y sus contragolpes dialécticos penetraban como estiletazos en el aire radial. Amado y odiado por igual, siempre hizo lo que se le cantó. Le gustaba leer, pensar, trabajar y gozar del silencio; nunca le importó tampoco lo que dijeran sobre él y haciendo gala de su apellido, Guerrero, fue un hueso duro de roer: salió airoso de un cáncer, le hizo un corte de mangas a un ataque de divertículos, se mantuvo erguido después de un accidente de tránsito y zafó de una operación de columna. Con esa particular voz gruesa, la dicción envidiable, una personal carcajada explosiva y un estilo periodístico que rompió moldes, el Negro Hugo Guerrero Marthineitz marcó un antes y un después, especialmente en la radio.
Hace mucho también que nuestra sociedad perdió sensibilidad y quizás es tema para otro análisis más profundo, en otro espacio y circunstancia, pero me parece que alguna institución, no sé si el sindicato de locutores o quién, debería haberle proveído alguna ayuda, ofrecerle cobijo, tenderle una mano, ampararlo en ese duro momento de su vida que sufrió, acrecentada la dureza de ese tiempo, si reparamos en su edad. Tenía ochenta y seis años y más allá de análisis sociales, debates de qué se debería hacer con la gente grande que se encuentra en estas circunstancias y conclusiones sobre cómo y por qué Marthineitz llegó a esa situación extrema, de esa triste manera, me parece que tendría que existir una fundación, un edificio del estado, una institución, algo que contemple y resguarde a las personalidades que han trabajado por nuestra cultura. Los actores la tienen y los futbolistas también. Ya sé que muchos podrán pensar y decir que si Guerrero Marthineitz había llegado a dormir en la calle, era su responsabilidad por el o los motivos que sean, pero dejando de lado los por qué, el Estado Nacional, la Ciudad de Buenos Aires o alguien debiera contemplar esto que menciono como una falla del sistema.
No siempre lo que nos sucede es lo que queremos, muchas veces somos responsables de lo que nos pasa, pero también existen falencias a nivel social que en algún momento tendríamos que solucionar. Mi afecto, comprensión y sensibilidad a Diego Guerrero. Mi cariño, mi respeto, mi admiración y mi afectuoso recuerdo a Hugo Guerrero Marthineitz.
martes, 27 de abril de 2010
¿QUÉ PASÓ?
Desde hace tres semanas, estoy conduciendo la versión radial de este programa que hace algunos años atrás, realicé en televisión por cable durante casi tres años consecutivos. La frase que más resuena desde hace décadas cuando se menciona a la radio ó alguien se refiere a su trabajo en ella es: "La radio es mágica". Y lo es.
Es un inmenso placer para los que amamos este medio de comunicación, poder trabajar en él y mucho más si ese trabajo se concreta en un ámbito cordial, armónico y relajado como el que se disfruta en FM La Isla 89.9.
Es realmente un gusto formar parte de la programación de la emisora de Gloria López Lecube porque todo el equipo de trabajo que allí labora (dicho en nuestro lunfardo, "labura") es muy cálido, gentil y amable.
Para mí, es el regreso a la conducción que tanto me gusta y la posibilidad de volver a estar en contacto con mis pares y amigos del medio, con la gran posibilidad y satisfacción de brindarles difusión a los espectáculos, actores, directores, productores, locutores, periodistas, músicos y cantantes que tanto talento ofrecen y que muchas veces, les cuesta bastante dar a conocer obras, proyectos, discos y creaciones que valen la pena disfrutar.
La idea original del ciclo es informar, entretener y musicalizar al oyente durante dos horas de lunes a viernes, con muy buen humor, actualidad, espectáculos, deportes, astrología, salud y temas de la vida cotidiana que a todos nos toca e interesan.
La gacetilla de prensa nos presenta así:
¿QUÉ PASÓ? es un programa de información general, basado principalmente en las idas y venidas, en los dimes y diretes, en el mundo deportivo, en la intimidad del ambiente artístico nacional e internacional y en el quehacer cotidiano de los hechos y sucesos que ocurren a diario. Con diversos segmentos, abarcando los temas más insólitos y atractivos de nuestra radiofonía. Con el humor a flor de piel, intentando darle a nuestra realidad un enfoque alegre y divertido para hacer más amena la vida que nos toca día a día. Con la entrega permanente de todos los servicios para saber la hora al instante, el pronóstico del tiempo, el estado del tránsito en las distintas zonas, las calles que se deben y no tomar. Toda la información de los servicios útiles más necesarios. Con los comentarios más directos y sinceros sobre los estrenos cinematográficos, las obras de teatro y los programas de televisión. Con las entrevistas más explosivas y originales a los personajes más sobresalientes de la actualidad mundial. Un ciclo que trata de entretener, informar y divertir, intentando descubrir que pasó, qué pasa y qué va a pasar en los distintos ámbitos de nuestra actualidad.
Y yo agrego: Con panelistas destacados como Roberto Antier y su micro personal presentando distintas versiones de una misma canción con intérpretes y ritmos muy variados, Oscar D´Oscar, con toda la información del ámbito musical, Cristina Casella y su espacio sobre la salud y el bienestar espiritual, Silvio Trugman en astrología, Alejandra Waisblat en espectáculos, Damián Bertetti en deportes y un gran equipo de personajes del humor como Mario Cortegrosso, Silvio Silbetti, Rogelio Manfredini, Emilse de Baigorria, Cuchito, el mexicanito, Johnatan Culipeni, el peluquero de las estrellas, Etelvina Juárez Achicoria, entre otros, que realizo como exteriorización histriónica. Además de nuestros corresponsales en Estados Unidos, México y España, Henry Zakka, Matías Mc Cluskey y Enrique Del Mónaco respectivamente. La operación técnica pertenece a Martín Petroni y alternativamente, a Maxi Urquiza.
Los espero a todos los que quieran pasarla bien, dejando un poco de lado, al menos durante un par de horas, los temas que se instalan diariamente al amanecer y se reiteran durante todo el día en cada programación. En ¿QUÉ PASÓ? encontrarán buena energía, buen humor y muy buena música. Los espero.
Programa: ¿QUÉ PASÓ?
Conducción: ORLANDO NETTI
Radio: FM LA ISLA 89.9
Días: LUNES a VIERNES
mail: quepaso@live.com.ar
facebook: que paso
martes, 9 de marzo de 2010
MINUTO A MINUTO, OPINIÓN A OPINIÓN
La semana pasada fui invitado al programa “Minuto a Minuto” que conduce la querida Susana Rocassalvo en Canal 26 de lunes a viernes, de 14 a 15:30 horas.
Tengo que reconocer que estoy sorprendido por la repercusión obtenida, ya que aunque es de imaginar que un canal que se encuentra dentro de las primeras cinco sintonías de la grilla, tiene una llegada masiva, me llamó la atención la gran cantidad de gente que me hizo saber que vio la nota. Muchas llamadas, mensajes de texto, numerosos mails en mi página web y en facebook, confirmaron una excelente audiencia, a pesar del horario vespertino.
Debo agradecerle a Susana Rocassalvo, el trato cariñoso y respetuoso que tuvo para conmigo, su afecto sincero, espontáneo y el destacado espacio de casi media hora que me brindó en su programa, que más allá de ser un producto basado en los nunca bien ponderados chimentos del ambiente artístico y haber recibido algún que otro personaje mediático de dudoso origen durante el año pasado (supongo que presionados por la confusa realidad del convulsionado medio televisivo actual) es uno de los pocos, quizás el único en su rubro, que dedica un importante segmento de su espacio a difundir obras de teatro, el trabajo de actores en serio, músicos profesionales, cantantes que por lo menos afinan, bailarines que son bailarines reales y todo lo que se encuentra íntimamente relacionado con el verdadero mundo del espectáculo en sí.
La charla fue muy cordial, muy cortés, enmarcada en los shows que estoy presentando desde enero, haciendo hincapié en los años de carrera recorridos, las canciones y los tributos que realizo en mis recitales. Para darle un toque de actualidad mediática, podríamos decir, “la Roca” (como ella misma, a veces, se dice) me preguntó por Ricardo Fort, la industria de la música, la televisión actual y Tinelli, quizás sabiendo (o no) mi crítica opinión sobre éste último. Como la conversación era muy natural y la respetuosa calidez de Susana me provocaba una comodidad no común en la tele, hablé con total sinceridad sobre cada uno de los temas en cuestión. Del chico del chocolate, conté cómo y cuándo lo conocí hace casi 20 años atrás, cuando yo estaba radicado en México y él intentaba hacerse camino como cantante, intentando grabar sus primeros temas.
De la televisión y el estado de la música nacional, también opiné con total honestidad y crudeza, detallando mi punto de vista sobre el “mea culpa” que deberían hacer los que manejan la industria musical argentina por el poco esfuerzo que hacen en alentar a los muchos nuevos talentos que tenemos en nuestro país y también di mi parecer sobre los límites que deberían emplear algunos conductores de programas televisivos como Alejandro Fantino, por ejemplo, de quien había visto en su programa de la noche anterior dos de los momentos de mal gusto más sobresalientes de la TV. El primero, con un análisis detallado de los panelistas (Pamela David, Martín Ciccioli, Flavio Mendoza) y el animador, que duró más de diez minutos, sobre una flatulencia... gas... pedo... del anteriormente mencionado Ricardo Fort en presencia de su jefa de prensa, su novia y algunos acompañantes más de su entorno, arriba de un avión.
Siempre me pareció que lo escatológico, sea como sea y mucho más en televisión, nunca fue para ponderar y menos que menos, haciendo una apología, supuestamente graciosa, del análisis casi arqueológico del acto de mal gusto. El segundo hecho de extrema vulgaridad, fue la desagradable “confesión” del partenaire de Fantino, Coco Silly, que ante la bizarra pregunta del conductor, con total desparpajo, se animó a contar públicamente que él le practica sexo oral a las mujeres aunque estén con el período menstrual y como remate de tan desafortunado comentario, cerró con la frase: “Y termino con la boca como Piñón Fijo”. No soy para nada moralista, no me asusto de nada ni por nada en cuanto a sexo se refiera, mucho menos soy pacato, todo lo contrario, pero sí creo en que se deben manejar las formas y que existen lugares y lugares para mencionar ciertas cosas y más cuando esas cosas son intimidades
Para cerrar la amena conversación, la creadora de “Rumores”, me preguntó: “¿Te gustan los programas de Tinelli?” y allí el eje de este comentario, porque me resulta llamativo que una opinión franca, sincera, despojada de intereses de todo tipo como la que realicé, llamara tanto la atención. Después de mis comentarios, respetuosos pero críticos hacia Marcelo Hugo, una andanada de mensajes cibernéticos, llamados telefónicos y repercusiones en el medio, hicieron que la sorpresa fuera aún mayor. Entiendo que muchos colegas, traten de obviar públicamente su desaprobación al producto Tinelliano, que en la intimidad confiesan, por temor a “represalias” dentro del medio laboral; sin ir más lejos y con un poco de buena memoria (cosa difícil de lograr en nosotros), puedo hacer mención de la fuerte crítica al establisment mediático que hizo hace un par de años en el programa de Mirtha Legrand, mi amigo Pablo Rago y la cobarde e hipócrita “sanción” que le aplicaron y aplican, aún hoy, de manera oculta, ciertos cómplices periodísticos funcionales de los que manejan los hilos y dominan un alto porcentaje del trabajo artístico local.
Mis comentarios no hicieron otra cosa que reflejar la verdad de lo que pienso desde hace mucho tiempo sobre la mala injerencia de Tinelli en la tele a través de sus productos roseados de mediocridad, la burla reiterada de gente no preparada, expuesta al grotesco, las pocas ganas que denoto en su accionar por modificar y mejorar sus programas, a pesar del importante lugar obtenido a nivel económico y artístico durante estos veinte años que se mantiene al tope del raiting, cosa que le valoro enormemente y reivindico como un logro sobresaliente de su trabajo, carisma e inteligencia. También declaré que me resulta triste que él siempre se haya mofado de los artistas, con sus cámaras ocultas, poniendo en ridículo una y otra vez a los que concurrían para participar de sus ideas del sur, menospreciándolos y que lamentablemente, muchos otros artistas, fueron y son cómplices de todo eso.
En fin... no voy a volcar en esta columna la extensa lista de cosas que puedo seguir mencionando al respecto porque ya me parece demasiado largo lo que he descripto hasta aquí. Simplemente, quiero dejar mi agradecimiento a todos aquellos que me han escrito y llamado desde todo el país (y no exagero, porque recibí saludos, cartas y mensajes desde Mar del Plata, Necochea, Rosario, Santa Fé, Córdoba, Mendoza, Tucumán, Salta y Santiago del Estero, además de los muchos de Buenos Aires) para acompañar mi pensamiento, coincidiendo en muchos de los aspectos que vertí. Y decirles que creo que lo mejor que podemos tener es la libertad de expresión, aunque muchos se esfuercen desde décadas y décadas en impedirlo sistemáticamente, no sé por qué razón... o mejor dicho, sí lo sé, pero es tema para otro momento, otro post u otro café.
sábado, 6 de marzo de 2010
SOMOS BLOGGERS, SOMOS ARTISTAS, SOMOS TODOS LOS QUE SOMOS
El diario Crítica de Buenos Aires, publicó una nota en la sección de Espectáculos donde refleja una nueva modalidad de comunicación entre los artistas y la gente: El blog.
Esta nueva herramienta que posibilita la comunicación directa entre un actor, escritor, músico, director, guionista, cantante, productor, etc y el público, distribuido en profesiones tan variadas y disímiles como bancarios, médicos, estudiantes, taxistas, comerciantes, cerrajeros, empresarios, amas de casa, promotoras, ejecutivas, economistas, encargados de edificios, contadores, educadores, abogados, artesanos...
El análisis central de la investigación en cuestión, traduce este nuevo fenómeno que provoca el fantástico mundo de Internet, donde una “celebridad” tiene la posibilidad de volcar sus pensamientos en un espacio propio, al cual tienen acceso todos aquellos inquietos cibernautas que gustan de la lectura.
El artículo del periódico, centra el eje de la nota en una gran cantidad de músicos que desde hace un largo tiempo se han transformado en bloggers y vuelcan sus vivencias, intercambian sus canciones y utilizan el fenómeno computarizado, alternando su figura pública con su intimidad.
Si bien, es una realidad que esta nueva forma de expresión, sirve para intercambiar opiniones, dejar asentado pareceres y plasmar ideas, es también una manera de llegar al otro en forma concreta, pudiendo utilizar el medio para dar a conocer la obra, más allá de formatos y preferencias.
David Byrne, Moby, Cris Martín (Coldplay), entre otros, tienen su blog a nivel internacional y Andrés Calamaro, Flavio Cianciarullo (Fabulosos Cadillacs), Abril Sosa (Cuentos Borgeanos), entre muchos más en el medio local, son algunos de los que tienen su espacio propio en la red y publican las fechas de sus conciertos, material de sus discos, entrevistas, entremezclados con relatos propios de cualquier índole.
Yo mismo, cantante, productor y algunas veces conductor, hago mi catarsis dentro de éste, mi blog personal y muchos amigos artistas (Pablo Novak, Manuel Wirzt, Alejo García Pintos) también vuelcan sus ideas, bocetos, ocurrencias y creencias en sus respectivos blogs. Muchísimos hombres y mujeres con respetadas trayectorias profesionales dentro de los medios gráficos, radiales y televisivos tienen su rincón exclusivo dentro de este mundillo; por mencionar algunos que respeto, el escritor y periodista rosarino Leonel Giacometto, un segmento dedicado a comentarios de libros titulado La Cueva de Zaratustra o el varias veces premiado blog dedicado a teoría literaria, La Hormiga Remolona.
La dinámica que nos ofrece este ámbito interactivo moderno, a todos los que hacemos uso de él, se retroalimenta con el ida y vuelta que genera el no saber adónde llega ni a quién y ese texto, esos pensamientos escritos, referencias conceptuales, opiniones generales y/o personales, se potencian al pensar que uno los escribe no solo para uno mismo sino también para los demás. Y ese eje es el que nos lleva a continuar sumando manifestaciones internas que toman vida propia en otros.
Lo positivo de esta nueva forma de comunicación es que siempre es placentero saberse escuchado (en este caso, leído) y a la vez, no solo eso, sino que facilita el contacto multitudinario que hubiese sido impensado algunos años atrás, de esta manera.
Creo que Internet, además de modificar indefectiblemente el ritmo de nuestras vidas, es una herramienta maravillosa que todavía no está desarrollada en pos del bienestar humano, más allá de que algunos han avanzado en beneficio propio, ya sea a nivel económico y material y que el futuro, justamente por ser futuro, está acompañado de incertidumbres, interrogantes y misterios que se irán develando con el correr de los tiempos.
Lo concreto y positivo, en el caso puntual del motivo que originó este nuevo post sobre el tema de las personalidades reconocidas popularmente que se animan a participar con blogs y volcar sus ideas y pensamientos, es que todos los que tienen inquietudes literarias, pueden relacionarse mucho más directamente en beneficio del intercambio cultural, que tanta falta nos hace en estos tiempos que corren de mediocridad social. Bienvenido sea el blog, bienvenidos todos aquellos que se le animan y bienvenidos los que de una forma u otra, se agrupan en él para continuar una sana y provechosa costumbre: relacionarse por medio de la reflexión y el imaginario.
martes, 2 de marzo de 2010
“SOMOS EL MUNDO” = FUERA DEL MUNDO (MUSICAL)
En estas últimas semanas, con motivo de mis shows en el Velma Café de Buenos Aires, tuve la suerte de realizar varias entrevistas en medios gráficos, radiales y televisivos que permitieron volcar en muchos de ellos mi parecer con respecto al momento que vivimos dentro de la industria musical local.
Como estoy en una etapa de mi vida donde priorizo los sentimientos verdaderos y realzo la sinceridad de pensamiento, ante la pregunta “Con tantos años de carrera en tus espaldas, ¿te animás a hacer un balance de la realidad actual de la música en nuestro país?”, respondí:
-“Veo que hay dos realidades. La primera es que hay muchísimo talento, muchos chicos se juntan y graban como pueden, con la ayuda de familiares, amigos y la pelean, tocan donde y como pueden. Pero hay mucho talento en nuestro país; bandas, solistas que no tienen donde mostrarse y poder difundir su arte. La otra realidad es la industria en sí, que lamentablemente es la responsable de que la Argentina haya perdido mercado a nivel internacional. Las compañías discográficas ya no apoyan a los artistas, no creen en los productos y si a lo mejor, algún directivo, intuye que un grupo o un cantante puede funcionar, prueban con un tema y no hacen nada. Si pica solo, picó; si no pega, queda ahí y murió. Antes, el artista tenía el apoyo de la compañía, un contrato por tres años. Te bancaban los dos primeros discos y tenías chance hasta de un tercero, aunque no obtuviera el resultado esperado, Ahora, la industria no hace nada para que el talento que hay por todos lados se pueda ver plasmado y trascienda. Hay mucho talento por un lado y una industria musical que le hace la vista ciega, por el otro. Mucho talento pero sin difusión” –
Se lanzó la canción junto con el video de “Somos el mundo”, la versión en español del histórico tema compuesto por Michael Jackson y Lionel Richie grabado en 1985 por un grupo de músicos famosos formado especialmente para la ocasión que se denominó USA for África que donó los fondos recaudados por su venta en aquellos días, a una campaña humanitaria para intentar acabar con la hambruna en Etiopía. Hoy, después de 25 años, con motivo del desastre causado por el terremoto en Haití, además de una nueva grabación en inglés con artistas ingleses, norteamericanos y europeos (Artists for Haití), se concretó la versión en castellano con protagonistas latinos. En esta nueva interpretación, se destacan los conocidísimos Gloria Estefan, Juanes, Shakira, José Luis Rodríguez, Ricardo Montaner, Ricky Martín, Cristian Castro, Vicente Fernández, Gloria Trevi, José Feliciano, Paulina Rubio, Chayanne, Jon Secada, Thalía, Willy Chirino, Lisette, Luis Fonsi, Daddy Yanki, Ednita Nazario, Carlos Santana, Andy García, Olga Tañón y los menos populares en nuestro país como Jhonny Pacheco, Milly Quesada, Gilberto Santa Rosa, Fonseca, Paquita la del Barrio, Aleks Syntec, Luis Enrique, Tito El Bambino, David Archuleta y Johnny Pacheco, entre alguno más que quizás se me escape.
Esta selección de figuras de la música latina, pone en evidencia que mi crítica a nuestra industria musical no es caprichosa, ya que más allá de los manejos empresariales de productores y grabadoras internacionales para incluir sus artistas en tan trascendente evento, revela una triste y lamentable ausencia de valores argentinos. Ni siquiera un solo cantante ni grupo argentino forma parte de tan importante reunión musical. Es muy penoso para mí y supongo que para muchos, observar la notable ausencia de nuestros artistas en una grabación significativa, más allá de gustos y preferencias, a nivel mundial.
Creo que es hora de empezar a modificar esta política apagada, chata, pobre, indiferente de la industria musical argentina con respecto a nuestro talento artístico y que los grandes “genios” que ocupan puestos ejecutivos, direcciones artísticas y cómodos sillones en oficinas de las discográficas que solo utilizan para hacerse los importantes, tomar café y de vez en cuando, editar algún que otro disco nacional, hagan un “mea culpa” del vacío existente de nuestros valores en el mercado internacional y modifiquen sus posturas viles de cobrar sus sueldos a fin de mes para ser únicamente empleados de lujo sin apostar ni jugarse siquiera a defender, aunque sea, la tradición histórica de Argentina en cuanto a música se refiere, por haber sido siempre una cantera permanente de músicos, compositores, cantantes, arregladores, productores y artistas en general que cruzaban fronteras y alcanzaban logros por tener la contención necesaria que el mismo medio debe sostener para no desaparecer.
No quiero hacer de este texto algo denso y tedioso, pero no puedo dejar de mencionar que Argentina siempre ocupó un lugar preponderante dentro del medio de la música internacional y que hoy se ve eclipsada por mexicanos, venezolanos, colombianos, portorriqueños, cubanos, dominicanos, guatemaltecos, etc, etc, etc. Me parece muy bien que otros países hayan avanzado a nivel artístico y tomen sus bien ganados lugares, pero me entristece que hayamos casi desaparecido de los espacios destacados del mundo de la música. Nunca es tarde para revertir las decisiones, espero que aquellos que están a cargo, lo hagan a tiempo.
-“Veo que hay dos realidades. La primera es que hay muchísimo talento, muchos chicos se juntan y graban como pueden, con la ayuda de familiares, amigos y la pelean, tocan donde y como pueden. Pero hay mucho talento en nuestro país; bandas, solistas que no tienen donde mostrarse y poder difundir su arte. La otra realidad es la industria en sí, que lamentablemente es la responsable de que la Argentina haya perdido mercado a nivel internacional. Las compañías discográficas ya no apoyan a los artistas, no creen en los productos y si a lo mejor, algún directivo, intuye que un grupo o un cantante puede funcionar, prueban con un tema y no hacen nada. Si pica solo, picó; si no pega, queda ahí y murió. Antes, el artista tenía el apoyo de la compañía, un contrato por tres años. Te bancaban los dos primeros discos y tenías chance hasta de un tercero, aunque no obtuviera el resultado esperado, Ahora, la industria no hace nada para que el talento que hay por todos lados se pueda ver plasmado y trascienda. Hay mucho talento por un lado y una industria musical que le hace la vista ciega, por el otro. Mucho talento pero sin difusión” –
Se lanzó la canción junto con el video de “Somos el mundo”, la versión en español del histórico tema compuesto por Michael Jackson y Lionel Richie grabado en 1985 por un grupo de músicos famosos formado especialmente para la ocasión que se denominó USA for África que donó los fondos recaudados por su venta en aquellos días, a una campaña humanitaria para intentar acabar con la hambruna en Etiopía. Hoy, después de 25 años, con motivo del desastre causado por el terremoto en Haití, además de una nueva grabación en inglés con artistas ingleses, norteamericanos y europeos (Artists for Haití), se concretó la versión en castellano con protagonistas latinos. En esta nueva interpretación, se destacan los conocidísimos Gloria Estefan, Juanes, Shakira, José Luis Rodríguez, Ricardo Montaner, Ricky Martín, Cristian Castro, Vicente Fernández, Gloria Trevi, José Feliciano, Paulina Rubio, Chayanne, Jon Secada, Thalía, Willy Chirino, Lisette, Luis Fonsi, Daddy Yanki, Ednita Nazario, Carlos Santana, Andy García, Olga Tañón y los menos populares en nuestro país como Jhonny Pacheco, Milly Quesada, Gilberto Santa Rosa, Fonseca, Paquita la del Barrio, Aleks Syntec, Luis Enrique, Tito El Bambino, David Archuleta y Johnny Pacheco, entre alguno más que quizás se me escape.
Esta selección de figuras de la música latina, pone en evidencia que mi crítica a nuestra industria musical no es caprichosa, ya que más allá de los manejos empresariales de productores y grabadoras internacionales para incluir sus artistas en tan trascendente evento, revela una triste y lamentable ausencia de valores argentinos. Ni siquiera un solo cantante ni grupo argentino forma parte de tan importante reunión musical. Es muy penoso para mí y supongo que para muchos, observar la notable ausencia de nuestros artistas en una grabación significativa, más allá de gustos y preferencias, a nivel mundial.
Creo que es hora de empezar a modificar esta política apagada, chata, pobre, indiferente de la industria musical argentina con respecto a nuestro talento artístico y que los grandes “genios” que ocupan puestos ejecutivos, direcciones artísticas y cómodos sillones en oficinas de las discográficas que solo utilizan para hacerse los importantes, tomar café y de vez en cuando, editar algún que otro disco nacional, hagan un “mea culpa” del vacío existente de nuestros valores en el mercado internacional y modifiquen sus posturas viles de cobrar sus sueldos a fin de mes para ser únicamente empleados de lujo sin apostar ni jugarse siquiera a defender, aunque sea, la tradición histórica de Argentina en cuanto a música se refiere, por haber sido siempre una cantera permanente de músicos, compositores, cantantes, arregladores, productores y artistas en general que cruzaban fronteras y alcanzaban logros por tener la contención necesaria que el mismo medio debe sostener para no desaparecer.
No quiero hacer de este texto algo denso y tedioso, pero no puedo dejar de mencionar que Argentina siempre ocupó un lugar preponderante dentro del medio de la música internacional y que hoy se ve eclipsada por mexicanos, venezolanos, colombianos, portorriqueños, cubanos, dominicanos, guatemaltecos, etc, etc, etc. Me parece muy bien que otros países hayan avanzado a nivel artístico y tomen sus bien ganados lugares, pero me entristece que hayamos casi desaparecido de los espacios destacados del mundo de la música. Nunca es tarde para revertir las decisiones, espero que aquellos que están a cargo, lo hagan a tiempo.
domingo, 28 de febrero de 2010
DUDAS Y CONFIRMACIONES
¿Será que cuando uno va creciendo, indefectiblemente, debe ponerse más reflexivo, nostálgico, melancólico, cuidadoso, serio y previsor? Si me guío por lo que me pasa desde hace un tiempo a esta parte, creo que sí. Pero no me gusta que eso me suceda. No, por ser eternamente desprejuiciado, inmaduro y “tiro al aire” (como diría mi abuela), sino porque no me encuentro cómodo en ese rol y hace que mi carácter tenga encontronazos conmigo mismo por este motivo, que empiezo a descubrir en mis actitudes personales como un signo preponderante de mis pensamientos cotidianos. Quizás, es una rebeldía interna que hace de esta situación, algo molesto e irritante y no me deja estar totalmente relajado.
Desde que fui padre de Luca, hace nueve años, y de Florencia, hace cuatro, reconozco que mis prioridades de vida cambiaron absolutamente (y seguramente es bueno que así sea, porque de otra manera, estaría presentándome como un irresponsable total), pero lo que me angustia por momentos y me produce una sensación incómoda, es la demasiada preocupación que tengo por cosas que antes no tenía.
A lo mejor, quien se encuentre leyendo esto, también es contemporáneo mío y pasa por lo mismo, o es un poco mayor y ya le sucedió, o no... no sé, pero es algo que me tiene inquieto, que no me deja descansar como antes y que tengo que solucionar de alguna forma positiva para que no afecte mis relaciones familiares y profesionales. Porque, a pesar de haber intentado siempre, separar una cosa de la otra, en algún punto, se emparentan y a la larga, terminan desacomodándose mutuamente.
Si bien, soy consciente de que la madurez llega acompañada de más responsabilidades, por ende, más preocupaciones, también creo que no necesariamente uno debe transformar su presente adulto en algo totalmente opuesto a la esencia que uno lleva desde niño, adolescente y joven.
Sinceramente, mientras escribo este pensamiento, no tengo muy en claro si es realmente simple entender lo que estoy narrando, pero voy a tratar de hacerlo fácil, desarrollando la idea de la forma más sencilla posible en cuanto a esta incertidumbre que me inquieta.
Cuando uno es chico, adolescente, jovencito, joven, soltero, sin compromisos más de los que uno se plantea como importantes día tras día, la vida es más liviana, alegre y divertida. Cuando uno crece y empieza a obtener logros, alcanzar metas y concretar las ideas y proyectos en realidades, las mismas obligaciones hacen que se empiecen a modificar esas liviandades a las que hacía referencia y se transformen en algunas pesadumbres.
La responsabilidad de traer hijos a este mundo convulsionado, trae aparejado una gran cantidad de problemas, incógnitas, dudas que nos empiezan a quitar bastantes más sonrisas de las que quisiéramos y esos instantes de alegría van disminuyendo a la vez que los períodos de preocupación crecen. Obviamente, no me estoy refiriendo al sentimiento que los hijos producen en los padres, que es algo maravilloso, intransferible y único, sino a ciertos menesteres que acompañan ese aprendizaje y camino de vida.
Evidentemente, los seres humanos somos animales de costumbres y nos vamos adaptando a estas circunstancias inapropiadas para nuestra salud mental y espiritual, pero como afortunadamente mi alma positiva puede más que cualquier elemento negativo, trato de superar esta coyuntura que muchas veces me provoca estados anímicos de pena y zozobra como los que hoy me acechan.
No alcanzo a explicarme el por qué de esta situación que nos plantea el destino, a medida que vamos andando nuestro sendero, me resisto a aceptar que la única manera que existe de afrontar mayores conquistas es con superior inquietud.
Sigo siendo optimista, a pesar de todo y confío en un futuro mejor para todos, aunque estos interrogantes que a veces me asoman, continúen sin modificarse ni resolverse.
La naturaleza, también, nos está pasando factura y todos estos fenómenos terrestres, marítimos que están sucediendo, hacen que uno se intranquilice; no por el solo hecho de entrar en la paranoia de algunos apocalípticos que anuncian el fin del mundo en dos años, sino porque, más allá de los análisis que escucho de algunos entendidos en la materia que explican que de tanto en tanto, la tierra produce estos movimientos como una manera de acomodarse nuevamente, sino porque la incertidumbre de no saber y verse vulnerable e impotente ante semejante situación, nos provoca una incógnita y otra preocupación más a las que ya tenemos cotidianamente. En fin... son momentos, estados anímicos, maneras de afrontar las cosas, formas de sobrellevarlas... que nos revelan una única realidad: la vida hay que tratar de vivirla con felicidad, optimismo, fe, esperanza y mientras la salud nos acompañe, saber que cada minuto hay que disfrutarlo a pleno, que tenemos que valorar los afectos sinceros y las relaciones verdaderas, despojadas de intereses y conveniencias. Y saber que dentro de nuestra fugacidad como seres humanos, tenemos la posibilidad de poder disfrutar lo que para muchos quizás son pequeñas cosas, el amor, el compañerismo, la amistad, la música, el sol, la luna, la lluvia, el mar... pero que en definitiva, son los más grandes elementos que hacen de nosotros, individuos íntegros.
domingo, 31 de enero de 2010
NUEVO SHOW EN EL VELMA
Fue un verdadero gustazo, reencontrarme con el público de Buenos Aires y hacerlo en un lugar como el Velma, mucho más, porque posibilita un contacto cercano con la gente, rodeado de una particular belleza arquitectónica y una calidez que solo brindan las salas que conjugan buen sonido, criteriosa iluminación y dedicado trabajo de sus técnicos.
En lo particular, fue intenso y emotivo porque significaba un regreso a los escenarios de Argentina y el comienzo de un año de mucho trabajo y proyectos por delante. En lo artístico, los comentarios y las críticas publicadas reflejan que el entusiasmo, las ganas y el trabajo que llevó el armado del show, tuvo su recompensa y el público la pasó muy bien, ya que, según todas las voces que escuché y me hicieron llegar a través de mensajes y amigos, las dos horas y cuarenta minutos que duró el recital, sucedió ameno, fluido y veloz.
Quiero agradecer, desde este espacio, a todos y cada uno de los asistentes que concurrieron a ver el espectáculo por la buena energía que recibí desde el escenario, la complicidad tácita en algunos momentos puntuales de la noche, el respeto generalizado por los segmentos que dediqué de manera, quizás muy personal, a mis amigos desaparecidos durante el año pasado, Luis Aguilé y Fernando Peña desde las imágenes que se proyectaron en la pantalla gigante y la fuerte aceptación por los distintos tributos que realicé al Rock Nacional, Sandro y Leonardo Favio.
Un punto a destacar es la calidad de los invitados que tuve sobre el escenario: Martín Pastor, Roberto Antier y Manuel Wirzt, cada uno con todo su talento artístico y calidez humana, que reflejaron en sus intervenciones de distintas maneras. Pastor, desde la bondad personal y sus bellas composiciones “Lágrimas al mar” y “Linda, linda”, canción que me gustó mucho cantar junto a él y seguramente grabaré en mi próximo disco, además de incorporarla al repertorio en vivo, de ahora en más. Antier, con su afecto de siempre y su destacado gusto para ejecutar el piano en su versión de "I´ve got you under my skin" y la compartida versión de Armando Manzanero, “Contigo aprendí”. Y la ya conocida capacidad artística y toda la emoción que significaron sus palabras para conmigo, de Manuel Wirzt; a mi entender, uno de los más completos y mejores artistas que tenemos en nuestro país. Su solvencia, talento y dimensión, se vieron reflejadas en las versiones que hicimos a dúo de “Ella ya me olvidó” y “Rescata mi corazón”.
En lo particular, fue intenso y emotivo porque significaba un regreso a los escenarios de Argentina y el comienzo de un año de mucho trabajo y proyectos por delante. En lo artístico, los comentarios y las críticas publicadas reflejan que el entusiasmo, las ganas y el trabajo que llevó el armado del show, tuvo su recompensa y el público la pasó muy bien, ya que, según todas las voces que escuché y me hicieron llegar a través de mensajes y amigos, las dos horas y cuarenta minutos que duró el recital, sucedió ameno, fluido y veloz.
Quiero agradecer, desde este espacio, a todos y cada uno de los asistentes que concurrieron a ver el espectáculo por la buena energía que recibí desde el escenario, la complicidad tácita en algunos momentos puntuales de la noche, el respeto generalizado por los segmentos que dediqué de manera, quizás muy personal, a mis amigos desaparecidos durante el año pasado, Luis Aguilé y Fernando Peña desde las imágenes que se proyectaron en la pantalla gigante y la fuerte aceptación por los distintos tributos que realicé al Rock Nacional, Sandro y Leonardo Favio.
Un punto a destacar es la calidad de los invitados que tuve sobre el escenario: Martín Pastor, Roberto Antier y Manuel Wirzt, cada uno con todo su talento artístico y calidez humana, que reflejaron en sus intervenciones de distintas maneras. Pastor, desde la bondad personal y sus bellas composiciones “Lágrimas al mar” y “Linda, linda”, canción que me gustó mucho cantar junto a él y seguramente grabaré en mi próximo disco, además de incorporarla al repertorio en vivo, de ahora en más. Antier, con su afecto de siempre y su destacado gusto para ejecutar el piano en su versión de "I´ve got you under my skin" y la compartida versión de Armando Manzanero, “Contigo aprendí”. Y la ya conocida capacidad artística y toda la emoción que significaron sus palabras para conmigo, de Manuel Wirzt; a mi entender, uno de los más completos y mejores artistas que tenemos en nuestro país. Su solvencia, talento y dimensión, se vieron reflejadas en las versiones que hicimos a dúo de “Ella ya me olvidó” y “Rescata mi corazón”.
Hubo, también, amigos y familia que se acercaron al Velma de manera espontánea y compartieron la noche conmigo desde su afecto; quiero agradecer también la buena onda de todos los que colaboraron en el armado del show y de mi banda, integrada por Abel Aguirre en guitarras, Daniel Krause en bajo, Gerardo Cerruti en teclados y Esteban Tonetti en batería.
Dada la buena respuesta obtenida y nuestras ganas de volver a vivir un momento como el que describo, volvemos a presentarnos el viernes 26 de Febrero. Los espero a todos.
Lugar: Velma Café
Dada la buena respuesta obtenida y nuestras ganas de volver a vivir un momento como el que describo, volvemos a presentarnos el viernes 26 de Febrero. Los espero a todos.
Lugar: Velma Café
Dirección: Gorriti 5520 – Palermo Hollywood – Capital Federal
Fecha: Viernes 26 de Febrero
Entrada: $ 60
Informes y Reservas: 4772-4690
Venta por Ticketek: 5237-7200
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