Entiendo todas las posturas respecto a la
difícil circunstancia que transitamos por la condenada Pandemia y también
comprendo que no debe ser nada fácil manejar esta coyuntura tan compleja,
porque si cerrás todo, te putean, si dejás abierto, te putean, si restringís
ciertas actividades, te putean, si habilitás ciertas labores, te putean, si
traés vacunas de Rusia, te putean, si las traes de China, te putean, si las vas
a buscar en avión, te putean, si no te cumplen los laboratorios con la
producción que te prometieron, te putean, si las empezás a aplicar, te putean y
te hacen juicio por envenenamiento, si retirás del cargo al ministro que está
al mando de las vacunas por hacer la vista gorda para beneficiar a amigos y
conocidos, te putean, si reprobás la actitud de funcionarios de la oposición
que esconden vacunas para algún provecho propio, te putean, si limitás el
transporte, te putean, si lo dejás liberado, te putean, si hay fútbol, te
putean, si no hay fútbol, te putean, si respirás, te putean y si no respirás,
te morís. Los seres humanos, a lo largo y ancho del planeta, tenemos múltiples idiosincrasias
y la nuestra, argentina, es realmente bastante particular y más para un Presidente
que debe gobernar para y por el bien de todos, de los que lo quieren y valoran,
y también, de los que lo subestiman y deprecian. Más allá de las internas políticas
y la irresponsabilidad expuesta que ha generado Rodríguez Larreta junto con
Macri, Bullrich y todo su cortejo de ‘rebeldes’ anti todo, existe una sola
realidad: La gente se muere sea peronista, macrista o budista. En fin… es lo que
somos y tenemos que asumirlo, aunque nos puteen, los de un lado, los del otro y
los que están en el medio de la “grieta”.
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