MOTIVO

Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)

miércoles, 17 de noviembre de 2021

CÁNDIDO Y UTÓPICO

Además de compartir mi trabajo, de vez en cuando, vuelco ideas y pensamientos con quienes participan de mis redes sociales, como un intento de reflexionar en voz alta, simplemente. Algunos coincidirán en aspectos y opiniones conmigo y otros, discreparán, obviamente, porque de eso se trata el exponer y considerar. Todo lo que expreso en las publicaciones, trato de hacerlo con respeto, porque creo que es la mejor forma de comunicarse, aunque, a veces, haya personas que originan todo lo contrario, desplegando odio y rencor. En algunas oportunidades, con ciertos temas específicos, como pueden ser sucesos funestos de nuestra política contemporánea, relativamente recientes, hechos delictivos de mandatarios y ministros, relativamente recientes, por mencionar algunos, me sorprende la escasa participación de la gente o el poco alcance que obtiene en cuanto a comentarios, “megusteos” y/o “likes”, pero, bueno… eso va más allá de lo que uno pueda pensar, suponer o querer. Cada uno es libre de hacer lo que le plazca, para eso, por suerte, vivimos en Democracia y la defendemos desde hace 38 años. Lo que sí me llama bastante la atención es la marcada indiferencia demostrada a escritos que hablan sobre valores, códigos, respetos y ayudas. Pareciera ser que muchos de los que habitan estas áreas cibernéticas son poco fraternales o algo indiferentes a la hora de acompañar y estimular conceptos, ideas y propósitos que apoyan intenciones y creencias solidarias. Es cierto que no todos tenemos las mismas prioridades en la vida, y quizás, para muchos, tiene más importancia una foto con algún personaje popular que una ponderación hacia un ilustre facultativo, por ejemplo, o un pedido de ayuda o apoyo a un fin benéfico, pero sería más prometedor y esperanzador que, al menos, ese desnivel en las supuestas preferencias en internet, se compensara un poco en la vida cotidiana con real conciencia de concordia, unión y armonía, pensando un poco más en el prójimo. A veces me pregunto si soy demasiado cándido y utópico, y casi siempre me respondo que sí… ¡Ja ja!

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