Existen muchas clases de amores, pero el más franco y genuino es el de las madres. La retribución de ese amor sanguíneo es lo mínimo que podemos ofrecerles cuando las hojas del calendario van cayendo y nos toca a nosotros cuidar de ellas. La valoración de ese amor único es precioso e inestimable. Por momentos, se hace difícil asumir que ese amor ya no estará más, ni de ida, ni de vuelta. Mi sensibilidad está a flor de piel y la necesidad de exteriorizar públicamente el amor por ella, también.
MOTIVO
Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)
domingo, 20 de diciembre de 2020
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