Describir en palabras el sentimiento de su ausencia física, se hace difícil. La tristeza es profunda, recóndita, desoladora y el vacío, más hondo aún. Las madres, además de darnos la vida, nos entregan su amor de manera incondicional, sea como sea, bajo cualquier circunstancia y en cualquier condición. Así lo hizo ella. Y ese amor es único, no se reemplaza por ningún otro porque es el amor más puro y natural que podemos recibir. Por suerte, se lo retribuí todo, de muchas formas, de todas las que supe y pude. El desconsuelo es intenso y lacerante, pero hago el esfuerzo por quedarme con los momentos hermosos como los que reflejan las fotos. Solo el amor atempera el dolor.
MOTIVO
Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)
sábado, 26 de diciembre de 2020
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